Durante la tarde de ayer, diversos medios reprodujeron las declaraciones que el ex jefe de la Dirección Sociocultural del Palacio de La Moneda le entregó durante la mañana de ayer al fiscal regional de O’Higgins, Luis Toledo, en su tercera declaración en el caso Caval. Esta vez el motivo era la línea investigativa abierta a partir del descubrimiento de que había borrado información del computador que utilizaba en su oficina en el Palacio de La Moneda. A partir de ese antecedente, el hijo de la presidenta Michelle Bachelet reveló al fiscal una serie de detalles hasta ahora desconocidos de la tirante relación que mantuvo con el ex ministro Rodrigo Peñailillo y su sector político del PPD, la G90, a quienes acusa de utilizar la información sobre los negocios de la empresa Caval para desvirtuar o “bajarle el perfil” al caso SQM que los afectaba directamente. Atribuye esta supuesta realidad a las intenciones del propio Peñailillo de ser “algún día” Presidente de la República.
También dice que la información sobre los negocios de Caval era entonces conocida por cercanos a la G90 entre los que menciona al senador PPD, Guido Girardi, el ex ministro Sergio Bitar y el ex embajador Fernando Ayala. Entre otros, El Mercurio reproduce la declaración íntegra de Dávalos antes el fiscal Toledo, que comienza justificando su decisión de borrar la información de su usuario para evitar “manipulaciones”.
“Yo, al momento de dejar mi cargo decidí pedir a funcionarios de informática del Palacio de La Moneda que borraran mi perfil de usuario y password, porque no quise exponerme a que fuera manipulado, introduciendo información en el computador en el cual yo trabajaba, pues tenía el temor fundado de que así podía ocurrir”.
“Puedo dar razón de mis dichos en cuanto al temor o preocupación expuesta en el punto anterior. Al momento en que yo fui designado Director Sociocultural del Palacio de La Moneda, cuestión que no se le consultó a nadie, lo que generó una fuerte reacción adversa de parte del entonces Ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, pues tanto él como cercanos suyos, los denominados Grupo G90, que es una especie de colectivo al interior del PPD que, según ellos, estaban llamados a ser la generación de recambio en la política”.
“Peñailillo y su gente tenían todos los cargos más importantes como Directores Regionales o Provinciales dependientes de la Dirección Sociocultural del Palacio de La Moneda absolutamente repartidos con los dirigentes de los partidos políticos en las diversas siete fundaciones que dependen de ella”.
“Como yo aparezco nombrado, les vine a mover el piso y dejar sin efecto esa distribución , pues al comenzar a revisar los antecedentes personales de algunos de ellos me di cuenta que no eran personas idóneas o aptas para dichas funciones, razón por la cuál parte de esos nombramientos fueron desechados. Todo esto vino a agravar aún más la conflictiva y distante relación que yo tenía con el ex ministro del Interior Peñailillo, dado que yo no seguía sus líneas políticas, introducir a cargos a personas idóneas y sus ansias de manejo de poder, que, según mi parecer, se orientan a llegar a ser Presidente algún día”.
Caval-SQM
Dávalos resume sus acusaciones en el interés del ex ministro Peñailillo y la G90 de removerlo de sus funciones a través de la revelación de los antecedentes de Caval, así como desviar la atención del caso SQM.
“En todo este ambiente surge la información durante enero de 2015 de la bomba que se venía por el caso Penta-SQM, que involucraban entre otros al ex ministro Peñailillo, pues hasta esa fecha todas las investigaciones que vinculaban al financiamiento de privados con la política estaban concentradas en un sector político, la UDI, a través del caso Penta”.
“Sin embargo, con el caso SQM, ya en esa fecha comenzó a hacerse un rumor permanente que esta forma de financiamiento iba a involucrar directamente a la Nueva Mayoría y afectar especialmente al G90 y estas investigaciones, cuyo máximo representante era el ministro Peñailillo”.
“Siendo claro que la información de la adquisición de los predios en Machalí por parte de Caval ya estaba en poder de personas cercanas a ese colectivo político G90, me refiero especialmente al ex ministro Sergio Bitar, Guido Girardi, Fernando Ayala, de lo que me enteré por la lectura de algunos antecedentes que me fueron contrastados en mis declaraciones anteriores, resulta claro que la información del negocio de Caval fue conservada y utilizada por parte del G90 y un sector del PPD para utilizar este caso y su cobertura mediática para bajar el perfil al caso SQM, que los involucraban y terminar de desplazarme de mis funciones e intervención en el gobierno”.
Y concluye sobre este punto: “Sin embargo quienes utilizaron la información nunca imaginaron las enormes consecuencias de su decisión que finalmente terminó por costarle el cargo también al ministro del Interior Peñailillo”.
Más adelante en su testimonio, revelado íntegramente por El Mercurio, Sebastián Dávalos dice que se enteró de la publicación del caso Caval por la prensa mientras viajaba a Caburgua a pasar las vacaciones. Al llegar al lugar, dice que se le informó que el Vicepresidente (Rodrigo Peñailillo) se haría cargo del “manejo de crisis”, cuestión que dice no haber cuestionado en su calidad de funcionario público. Debido a la pésima señal que hay en Caburgua, dice que recibió información intermitente.
“Peñailillo no enfrentaba el tema con la suficiente fuerza, por lo que estimo que él dejó que el tema se descontrolara”, señaló.
Luego relatara que ante este escenario decidió volver el miércoles 11 a Santiago y renunciar, aunque Peñailillo le recomendó quedarse “encerrado en su casa” hasta el viernes 13, día en que se ambos se reunieron y el entonces Vicepresidente le aprobó el discurso de salida.
“Me sugirió que renunciara en la puerta de mi casa, lugar en donde ya estaban desplegados todos los medios de prensa, a lo que me negué rotundamente”.
"He pedido declarar"
Hacia el final de su declaración, el hijo de mandataria dice que él pidió esta tercera declaración en fiscalía para aclarar su participación en todos los hechos.
"Se me ha acusado de tráfico de influencias, negociación incompatible, fraude informático, fraudes tributarios y otras imputaciones. De cada una de ellas no tengo participación alguna, no he cometido falta ni delito".
"Entregué acceso a mails, cuentas corrientes, equipamientos tecnológico e incluso se registró mi casa, por lo que he puesto a disposición de la fiscalía, ya sea directa o indirectamente, toda la información que se me ha pedido. Incluso en esta oportunidad yo he pedido declarar por tercera vez para aclarar todo lo que sea necesario", cierra.