Por Víctor Hugo Moreno Diciembre 14, 2015

Una semana clave se vivirá esta semana en la discusión de la Reforma Laboral, que este miércoles pretende ser despachada por la comisión del trabajo del Senado. El gobierno envió, la semana pasada, las últimas indicaciones al texto que se aprobó que la Cámara de Diputados aprobó en junio pasado. Las nuevas modificaciones encendieron las alarmas en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y en los sectores más de izquierda de la Nueva Mayoría debido a que uno de los pilares de esta reforma, el fin del reemplazo en huelga, no se llevaría a cabo como se propuso originalmente, ante la posibilidad de adecuaciones que puede llevar a cabo el empleador para cubrir determinadas funciones con trabajadores que no participen en huelga y que sus contratos les permita desdoblar funciones.

Para llegar a esta fórmula la Democracia Cristiana (DC) cumplió un rol clave al momento de las negociaciones. Un cercano al proceso cuenta que dicho partido, en especial el senador Andrés Zaldívar, insistió en la necesidad de buscar elementos que no perjudicaran del todo el funcionamiento de la empresa mediante una reasignación de funciones, cuestión que a juicio de varios abre la puerta para continuar con el reemplazo en huelga. En esto hubo cierta flexibilidad de parte del gobierno, pese a que insisten en que estos puntos no alteran el llamado corazón de la reforma, como señaló la ministra del trabajo, Ximena Rincón, este domingo en entrevista con Reportajes de La Tercera. La secretaria de Estado aclaró que los cambios que se hicieron son para clarificar que el que va a huelga es el trabajador y no su puesto de trabajo.

La DC ha vuelto a la carga. Uno de sus intereses pasa por cuidar la situación económica y ante ello, se han alineado con una postura más moderada como la que vino a marcar el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.

Pese a que Rincón enfatizó que esta reforma es para el país y no para la DC o el PC —los dos polos opuestos de la Nueva Mayoría y que más han mostrado sus discrepancias en torno a la reforma—, lo cierto es que el peso de la DC se ha hecho notar, pues han estado muy activos y pendientes de salvaguardar sus puntos de vista en la ronda de negociaciones. De hecho, los senadores DC hicieron pesar su voz, igual que el año pasado, cuando su influencia en el acuerdo que permitió destrabar la reforma tributaria y que fue conducido por Zaldívar, en la que fue conocida como la “cocina de Zaldívar”. Incluso al ex presidente de la DC, senador Ignacio Walker, al principio de la discusión le costaba hablar de reforma y en innumerables ocasiones prefería hablar de “agenda laboral”, antes de que el proyecto arribara al Congreso en diciembre del 2014.

En ese plano, la DC ha vuelto a la carga. Uno de sus intereses pasa por cuidar la situación económica y ante ello, se han alineado con una postura más moderada como la que vino a marcar el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.

Sin embargo, dentro del partido no hay una sola opinión, hay otras voces, como la de la senadora Carolina Goic, quien ha intentado defender la esencia del proyecto, poniendo hincapié en qué parte de éste tiene que asegurar el efectivo derecho a huelga, acabando con el reemplazo. Por ello, en conversación con Qué Pasa, adelanta que se debe revisar en detalle el articulado para que ese tema no se vea alterado con las indicaciones que presentó el gobierno: “Ha habido muchas reuniones, las indicaciones están en la línea de las conversaciones, pero hay que revisar pues hay detalles de palabras, y hay que revisar bien el alcance de la indicación en el reemplazo de huelga. Lo que si me preocupa es que el resultado final sea una reforma que permita fortalecer el movimiento sindical”, afirma. La parlamentaria sí cree que es razonable cautelar que quien no está en huelga pueda seguir ejerciendo su labor, pero ello no debe afectar lo medular que es el fin del reemplazo. A la senadora también le habría gustado, eso sí, haber llegado a un acuerdo en esta instancia, pues cree que otra cosa fundamental es aprobar este texto antes del 31 de enero, para no seguir alargando en demasía la discusión.

La Moneda se abre al diálogo

En el gobierno saben que el proyecto aún no cuenta con la venía de toda la Nueva Mayoría, y están preocupados de que esta reforma no se transforme en un nuevo foco de tensión al interior del oficialismo. Por ello apuestan a que aún es tiempo de encontrar el acuerdo para evitar más fricciones, sobre todo entre la DC y el PC.

Pero las indicaciones también generan dudas en el PS. El ex presidente del partido y ex ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, expresó sus reparos el domingo en La Tercera, y acusó un "retroceso en el Senado", anticipó un "trámite conflictivo" y respecto del trámite en la Cámara dijo: "Estuvimos un mes perdiendo el tiempo". De hecho, respecto de las "adecuaciones necesarias", Andrade señala que no son otra cosa que un "reemplazo interno encubierto".

Habrá que ver  si esta posición se ve reflejada entre los senadores PS y PPD, o si las fuerzas de izquierda como el PC y la Izquierda Ciudadana tendrán que esperar a que el proyecto entre, eventualmente, a comisión mixta, para intentar que el proyecto vuelva a ser lo que salió de la Cámara en el primer trámite legislativo.

El vocero de gobierno, Marcelo Díaz, expresó ayer disposición a seguir debatiendo las indicaciones, resaltando sí que, además de velar por una reforma para los trabajadores, se tiene que tomar en cuenta el delicado estado de la economía: “Mantendremos una conducta permanente de conversación y diálogo en esta materia con los distintos actores, porque nos interesa que se mantengan los principios esenciales de la reforma laboral que presentamos, que significa mejorar el equilibrio al interior de la empresa, entre empleador y empleado, proteger los derechos de los trabajadores, fortalecer la acción de los sindicatos, y que sea compatible con los objetivos que tiene el país en materia de crecimiento”, puntualizó.

Ante ello, también se espera que la propia presidenta Michelle Bachelet haga gestos que permitan un acuerdo, pues la CUT insistirá en tener una reunión con la mandataria, para escuchar de su propia voz su posición respecto a los puntos esenciales que deberían estar en el texto final de una de las reformas estructurales que se propuso en el programa de gobierno.

Ximena Rincón: 'Este no es un proyecto para el PC ni la DC, sino que para el país'

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