El 29 de noviembre de 2011, el Tricel ratificaba a Pedro Sabat como alcalde de Ñuñoa luego de que, tras una solicitud de RN, volvieran a ser contados los votos 29 mesas de la comuna. A pesar de que días antes había celebrado como si fuera la ganadora, la nieta del ex presidente Salvador Allende, Maya Fernández (PS), se quedaba sin la alcaldía por sólo 30 sufragios, mientras Sabat se preparaba para comenzar su quinto período como edil del municipio.

Cuatro años más tarde, el resultado aún le pesa a la izquierda ñuñoína y a sus sectores más progresistas. Tanto así, que desde hace casi un año vienen trabajando en una estrategia que, esperan, los lleve a poner fin a la administración que Renovación Nacional ha tenido en sus manos desde 1996.

Se trata de 1, 2, 3 por Nuñoa, la plataforma que busca unir a los vecinos afines a ese sector político bajo un candidato único que, elegido mediante primarias vinculantes, lleve adelante un programa construido en conjunto por todos los que participan en la iniciativa.

“El objetivo es generar espacios unitarios para todas las fuerzas progresistas para que ahora, con la lección aprendida, no nos vuelva a pasar lo mismo”, sostiene Alejandra Placencia, concejala por el Partido Comunista y una de las dirigentas de 1, 2, 3 por Ñuñoa.

El diagnóstico que hacen es que Ñuñoa se ha convertido en una comuna empobrecida, agotada del liderazgo de Pedro Sabat –el que califican de autoritario– y con un gran déficit social en materia de participación ciudadana.

Aunque la plataforma es de carácter vecinal, la gran mayoría de sus miembros son dirigentes sociales o militantes activos de algún partido político. El espectro es amplio: además de estar conformado por todos los partidos de la Nueva Mayoría –salvo la Democracia Cristiana–, en 1, 2, 3 por Ñuñoa también participa el PRO, el Partido Humanista, el Partido Ecologista Verde, Igualdad, Revolución Democrática y algunos sectores de la Izquierda Autónoma.

“La municipalidad de Ñuñoa no se puede conquistar sólo desde la Nueva Mayoría.  Tenemos claro que hay que avanzar en conversaciones que vayan más allá de nuestro propio sector, porque queremos una comuna que sea abierta a todos los ciudadanos. Mientras más amplio sea ese respaldo y ese trabajo programático, va a ser más representativa a los intereses de la comuna”, afirma Paula Mendoza, quien como Plasencia también es dirigente y concejala por el Partido Socialista.

Una comuna emblemática

Debido a la estrechez de la última elección, Ñuñoa es una comuna clave. En 2012, los pactos que representaban en aquel entonces a la Concertación y a la Alianza terminaron empatados virtualmente con aproximadamente 34.000 votos cada uno. La tesis de 1, 2, 3 por Ñuñoa es que al ampliarse más allá de la Nueva Mayoría se pueden conseguir los votos que marquen la diferencia.

A pesar de que en la Nueva Mayoría aún no definen cuál será la estrategia electoral que van a llevar el próximo año y no se sabrá antes de la primera quincena de diciembre el número de listas y la conformación de los subpactos, los partidos oficialistas se han mostrado abiertos a este tipo acuerdos.

“Nosotros estamos dentro de la Nueva Mayoría y los acuerdos y las conversaciones tienen que ser dentro de la Nueva Mayoría. Pero hay situaciones que se pueden ver caso a caso, una situación como la que ya ocurrió en Providencia, por dar un ejemplo. Se reunió la sociedad civil, partidos, organizaciones y fue más amplio el acuerdo de lo que era estrictamente la Nueva Mayoría. Eso podría darse o repetirse en algunas comunas más”, afirmó la senadora Isabel Allende este lunes.

Tanto el Partido Comunista como el Socialista ya nombraron a sus concejalas pre-candidatas de la comuna.

El modelo Providencia

Efectivamente, en 1, 2, 3 por Ñuñoa han seguido muy de cerca el caso de Providencia y toman nota de la experiencia de Josefa Errázuriz en 2012.

“Nosotros vimos con mucho entusiasmo lo que ocurrió en Providencia, porque es un ejemplo de cómo la ciudadanía se organiza y levanta a una dirigente social para decirle a los partidos políticos qué es lo que ellos quieren que pase en la comuna donde residen”, afirma Paula Mendoza. La concejala conoce a Errázuriz desde la época en que era presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos.

Así como en Providencia un factor de cohesión fue la épica de terminar con la gestión de Cristián Labbé que ya llevaba 16 años en la alcaldía, en los inicios de 1, 2, 3 por Ñuñoa también hubo algunos elementos de "anti-sabatismo". Hoy, a pesar de que la situación ha cambiado –Sabat dejó el cargo por motivos de salud a fines de septiembre, y fue sucedido por Andrés Zahri– no se ha abandonado el propósito de instalar la idea de que se está llegando al cierre del ciclo de Renovación Nacional en Ñuñoa.

"Ya no queremos seguir hablando de Sabat, queremos pensar que queremos una nueva forma de administración que sea tan simple como que se escuche a los vecinos”, afirma José Luis Sepúlveda, coordinador de Revolución Democrática en Ñuñoa y miembro de la plataforma.

No obstante, por el momento el objetivo de 1, 2, 3 por Ñuñoa es concreto y no tiene una aspiración mayor que llegar con un candidato único a las municipales de 2016.

Pese a ello, entre dirigentes del oficialismo ya se observa el fenómeno de Ñuñoa, con otros ojos: como una especie de laboratorio de lo que podría ser una futura coalición de fuerzas de izquierda sin la DC. Algo que desde las cúpulas, hoy por hoy, es impensable.