Por Qué Pasa Diciembre 22, 2015

Fue él quien pidió declarar para profundizar/aclarar su rol en el caso Caval. Pero más bien Sebastián Dávalos, primogénito de la presidenta Bachelet y ex director sociocultural de La Moneda, se concentró en profundizar en su relación con el ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, la que siempre se supo, no era de las mejores en Palacio.

¿Por qué lo hizo en este momento?, ¿Qué consecuencias políticas tendrá?, ¿Por qué involucró a dirigentes PPD y decidió reabrir un capítulo de la historia que había quedado atrás? Aquí las claves del testimonio que descolocó al mundo político.

El momento

Hacia el final de su declaración, Sebastián Dávalos entrega un detalle importante: dice que él pidió esta tercera declaración en fiscalía para aclarar su participación en todos los hechos. Es decir, escogió el momento. ¿Lo hizo en conciencia de los efectos?, es una pregunta abierta, pero lo que es claro es que voluntariamente el ex director sociocultural de La Moneda reaviva las cenizas de un caso que, si bien es muy difícil que salga de la retina pública, se perdía de la primera línea de atención entre tantos recovecos, nombres, figuras e intereses en juego. El caso Caval se había transformado en un ladrillo difícil de digerir donde la atención estaba puesta en el entramado de operadores políticos, funcionarios públicos, y agentes negociadores que participaron del negocio de Machalí. La declaración de Dávalos vuelve al origen: el Palacio de La Moneda. "Se me ha acusado de tráfico de influencias, negociación incompatible, fraude informático, fraudes tributarios y otras imputaciones. De cada una de ellas no tengo participación alguna, no he cometido falta ni delito", dijo Dávalos para agregar: "Entregué acceso a mails, cuentas corrientes, equipamientos tecnológicos e incluso se registró mi casa, por lo que he puesto a disposición de la fiscalía, ya sea directa o indirectamente, toda la información que se me ha pedido. Incluso en esta oportunidad yo he pedido declarar por tercera vez para aclarar todo lo que sea necesario", cerró su testimonio. Si bien no menciona a su madre, la presidenta Bachelet, en toda su declaración, Dávalos vuelve a poner el caso en la agenda, reavivando momentos difíciles de olvidar para la mandataria. Reavivando la crisis política más grave de sus dos periodos en La Moneda, justo cuando intentaba cerrar el año -el más difícil de su carrera política-, con dificultades, pero con la esperanza de cumplir, entre otras cosas, con la promesa de la gratuidad.

La caja negra de SQM

Desarrollando su tesis, Sebastián Dávalos asegura que el ex ministro Peñailillo y su entorno utilizaron la información de Caval para "bajarle el perfil al caso SQM". El ex director sociocultural detalla que eso ocurrió justo en momentos en que "surge la información durante enero de 2015 que se venía la bomba por el caso Penta Soquimich".  Dávalos señala: "Ya en esa fecha comenzó a hacerse un rumor permanente que esta forma de financiamiento iba a involucrar directamente a la Nueva Mayoría y afectar al G90 y estas investigaciones, cuyo máximo representante era el ex ministro Peñailillo".

Efectivamente a mediados de enero, en medio de la investigación del caso Penta que llevaba el fiscal Carlos Gajardo junto a su equipo de la Unidad de Alta Complejidad de la Fiscalía Oriente, se descubre una hebra que apuntaba hacia la empresa SQM. El Servicio de Impuestos Internos (SII) en su querella contra Pablo Wagner advierte sobre la existencia de boletas de su cuñada, María Carolina de la Cerda, a la minera no metálica cuyos respaldos no se encontraban debidamente justificados. El Ministerio Público descubre que se trata de dineros que fueron a parar a la campaña senatorial de Joaquín Lavín el año 2009, razón por la que el fiscal Gajardo se constituye en las oficinas de SQM para incautar toda la información contable de la empresa entre 2009 y 2014 el viernes 16 de enero. Pero no es sino hasta mediados de febrero que recién se empieza a rumorear sobre posibles vinculaciones de personeros de la Nueva Mayoría en el caso, realidad que contrasta con su declaración. Hasta ahí el caso Penta había golpeado exclusivamente a la oposición, y más fuertemente a la UDI. De hecho, el primer nexo con figuras del oficialismo surge recién el 17 de febrero cuando el diario La Tercera publica que Gajardo había solicitado a la PDI investigar un listado de boletas emitidas a SQM y que pertenecían a personas vinculadas a políticos de la DC, como Marcelo Rozas, ex embajador y el hijo del diputado DC, Roberto León, entre otros. Pero no fue sino hasta mediados de abril que se conoce el vínculo del ex ministro del Interior con la minera no metálica, que le pagó servicios a través de la empresa del recaudador de campañas, Giorgio Martelli.

¿Quiénes sabían del negocio?

"La información de la adquisición de los predios en Machalí por parte de Caval ya estaba en poder de personas cercanas a ese colectivo político G-90, me refiero especialmente al ex ministro Sergio Bitar, Guido Girardi, Fernando Ayala de lo que me enteré por la lectura de algunos antecedentes”, declaró Dávalos involucrando a los tres personeros del PPD que, según él, habrían conocido con anterioridad el negocio de su esposa, Natalia Compagnon.

Esta mañana tanto el ex ministro Bitar, como el senador Guido Girardi, desmintieron dicha información señalando que se enteraron por la prensa del caso Caval. Hasta el minuto el vínculo de ambos con el tema es que el empresario y cineasta chileno radicado en México, Alvaro Covacevich, que el 2013 tenía interés en adquirir los terrenos de Caval para desarrollar un proyecto inmobiliario un museo y una universidad en Machalí,  el año pasado les contó del proyecto, llamado “ciudad del Cobre”, tanto a Bitar como a Girardi.

Fernando Ayala, en tanto, es considerado una de las personas más cercanas a la presidenta Bachelet. Amigo cercano de la ex asesora presidencial, María Angélica Álvarez, y jefe de Protocolo en el primer gobierno de la mandataria, cuando se le consideraba un canciller en las sombras,  hoy se desempeña como embajador de Chile en Italia.

Rol de Peñailillo

Sebastián Dávalos las emprende contra el ex ministro del Interior y sitúa el origen de todo en una reacción adversa de Peñailillo a su nombramiento en la Dirección Sociocultural. Aunque hasta ahora se trata de una relación de desaveniencias que era conocida en el mundo político, nunca ninguno de los dos se había hecho cargo. "Todo esto vino a agravar aún más la conflictiva y distante relación que yo tenía con el ex ministro del Interior, Peñailillo, dado que yo no seguía sus líneas políticas". Más allá de atribuir a esta distancia una supuesta operación para hacer explotar el caso Caval y sacarlo de su puesto en la Dirección Sociocultural, Dávalos le asigna a Peñailillo un rol clave en el manejo de la crisis que hubo en Palacio, tras la publicación del reportaje de Qué Pasa.

Dávalos señala que en Caburgua y debido a la mala señal de celular, recibía información intermitente. No obstante, se apura en aclarar que "Peñailillo no enfrentaba el tema con la suficiente fuerza, por lo que estimo que él dejo que el tema se descontrolara". De hecho, señala que tomó la decisión de regresar a Santiago y renunciar al gobierno ante la "inactividad" del ex ministro.

Más allá de ser su versión, hay varios en La Moneda que durante los días de la crisis repararon en ciertos detalles que coinciden con su planteamiento. Efectivamente Peñailillo en su calidad de vicepresidente en reemplazo de la presidenta que se encontraba de vacaciones, tomó el control de la situación, pero recién el día lunes posterior a la publicación del reportaje. El ex ministro del Interior condujo la salida comunicacional y autorizó la comentada primera vocería del entonces ministro de Justicia y vocero (s) José Antonio Gómez, quien desde el Salón Azul -utilizada sólo para grandes anuncios- y no desde los patios como había enfrentado a la prensa en días anteriores, entregó la primera reacción oficial del gobierno. Entre otras cosas, Peñailillo no desmintió por esos días versiones de prensa que señalaban que existían diferencias entre ambos, en particular la revelación del diario La Segunda que señalaba que Dávalos tildaba de "galán rural" a Peñailillo por sus orígenes en Cabrero, región del Biobío. De hecho, cuando fue consultado, Peñailillo sólo atinó a sonreir nerviosamente. También hay una discrepancia entre las versiones de ambos sobre los hechos de esa semana: mientras Dávalos señala que se devolvió desde Caburgua para renunciar a su cargo enfrentar el tema ante la inacción de Peñailillo, desde el entorno del ex ministro del Interior trascendió por esos días que fue él quien le pedía que regresara y enfrentara el tema, como una forma de minimizar los costos.

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