Por Víctor Hugo Moreno Enero 14, 2016

El gobierno ciudadano. Ese fue el eslogan que marcó la primera administración de Michelle Bachelet. Un gobierno cercano a la ciudadanía que nació con la figura de la entonces ministra de Defensa arriba de un tanque en los temporales que azotaron a Santiago en el año 2002. Para muchos, allí Michelle Bachelet se proclamó como la primera mujer que podía llegar a ocupar la banda presidencial. Cuestión que año más tarde se hizo realidad.

 Esa esencia, esa estirpe que marcó su primer gobierno hoy se ha perdido, según las mismas encuestas de opinión lo reflejan con la caída de uno de sus principales atributos: la cercanía, la empatía. En el cónclave de anoche en Cerro Castillo, donde participaron los ministros del comité político junto a los presidentes de partido y jefes de bancadas oficialistas,  uno de los análisis centrales estuvo marcado por la necesidad de dar un giro a esta segunda administración, pasando de una agenda cargada de reformas a una más ciudadana. Y ello da respuesta de un análisis que viene resonando hace meses en el Palacio de la Moneda: cuando llegue el momento que las reformas toquen la puerta del ciudadano común, el gobierno comenzará a aumentar su aprobación ciudadana. Y para ello, la figura de Bachelet resulta clave, en vías de que sea ella quien capitalice la concreción del proceso reformista, con una vuelta a las calles, con un incremento en sus apariciones públicas acompañada de ciudadanos. Así, por ejemplo, esta última semana la Mandataria se ha reunido con los beneficiados por la gratuidad en la educación superior, para mostrar que finalmente, después de todo el embrollo legislativo, hay resultados concretos. Hay personas a las que les cambiará la vida, como repiten constantemente los ministros del gabinete cuando se les consulta por los avances en el programa.

El presidente del PPD, Jaime Quintana, enfatizó en esta tesis, tras salir de la reunión que se prolongó por casi cinco horas: “Fue una reunión más bien de diagnóstico, de avanzar hacia una fase de reformas distintas a las que hemos tenido hasta esta hora, de pasar de una fase de reformas legislativas, a una fase más bien ciudadana, y en eso no podemos estar más de acuerdo con lo que hemos venido planteando. Y eso se ve en que ha habido una fase más bien madura, diría yo, agotada de proyectos. Estamos cerca del cierre de la fase legislativa de este proceso transformador, y ahora lo que se requiere es pasar a una fase más bien ciudadana, y por supuesto ahora vienen otras cosas como el proceso constituyente”, expresó.

 Desde La Moneda también han venido comentando en las últimas semanas esta necesidad de Bachelet de “volver a las raíces”. Es por ello que, comentan, por ejemplo, ha forjado una estrecha relación con el ministro de Desarrollo Social, Marco Barraza, con quien se reúne con periodicidad para ver los avances de dicha cartera, que aborda justamente los temas que para la jefa de Estado se enmarcan dentro de sus principales prioridades, hoy.

El presidente del Partido Comunista (PC) y vocero de la NM, Guillermo Teillier, explicó que la presidenta se comprometió a mantener la voluntad política de su gobierno: “(La Presidenta) ha mantenido la voluntad política de aprobar todas las leyes comprometidas, y eso creo tiene un gran valor. Se nos pidió que mejoráramos la forma de hacerlo, mejor gestión, una relación más fluida entre gobiernos y parlamentarios y a eso nos vamos a abocar ahora, a resolver los problemas de la ciudadanía, es lo que todo el mundo además está esperando”, apuntó el parlamentario luego de la extensa jornada de trabajo en Cerro Castillo.

 Por reforma laboral, uno de los temas que ha mantenido tensionada a la Nueva Mayoría, no se llegó a ningún acuerdo concreto. Salvo la intención de la presidenta para que la Nueva Mayoría se ponga de acuerdo, con el objetivo de despachar el proyecto antes del 31 de enero. El texto está ahora en la sala del Senado, en donde aún no se sabe si volverá  o no a la Comisión de Trabajo. Al respecto el jefe de los comunistas, uno de los partidos que mas ha estado alerta sobre los posibles cambios que pueda tener el proyecto, expresó que “no discutimos en detalle ninguna parte de la reforma laboral, solo en general. Planteé (en la cena) el tema y lo que acordamos es ver si podemos acercar las posiciones y ver si podemos sacar adelante el proyecto en enero”.

También, se abordó la situación económica del país, bajo un magro escenario del precio del cobre.

La presidenta Bachelet escuchó y tomó nota e hizo un llamado a continuar trabajando para cumplir con el programa de gobierno. En esa línea el diputado jefe de bancada del PPD, Jorge Tarud, señaló que “fue una reunión muy franca, con críticas siempre respetuosas que la Presidenta agradeció y tomó nota de cada una de ellas”. A la vez la jefa de Estado dio cuenta de los avances logrados hasta ahora en algunos proyectos aprobados como la Ley de Inclusión Escolar; al fin del descuento del 5% de las cotizaciones a los jubilados de este país, la ley Ricarte Soto , entre otros.

 Un asistente resume el encuentro de ayer como una “reunión de buenas intenciones” en donde se hizo una dura autocrítica sobre lo obrado hasta ahora en materia de gestión y en donde la Presidenta escuchó “con respeto” el duro análisis que hicieron algunos de los comensales. Fue una reunión de análisis político, en donde lo que espera ahora es saber si se traducirá en algo más concreto, que signifique un mayor diálogo entre La Nueva Mayoría y La Moneda. La cita tuvo, según otro de los comensales, un tono “versallesco”, muy recto y formal.

 El interés de Bachelet por las municipales

 Otras de las conclusiones de la jornada de anoche fue que en marzo la jefa de Estado liderará un encuentro de similares características, para tratar el tema de las próximas elecciones municipales y marcar el ritmo que se le quiere impregnar al año 2016. Todo ello para analizar, también, la proyección que pueda tener el conglomerado, pensando ya en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2017. “Quedamos en realizar un segundo encuentro para marzo en la cual no solamente van a estar los partidos, aumentando el número de personas con un objetivo, mejorar los ámbitos legislativos y trabajar mejor el 2016”, explicó al presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco.

 En ese contexto, en torno a las municipales que se avecinan, Bachelet- según comentó uno de los presentes- habría planteado su interés en cómo se está organizando la Nueva Mayoría de cara al proceso eleccionario; incluso la Mandataria les expresó su voluntad de estar activa y atenta a dicho proceso. Otro presente en la cena dijo que la jefa de Estado señaló que “ella ejercerá su rol en el proceso municipal y que les pidió a los partidos que ellos también hagan el suyo”.

 Ante ello, uno de los temas centrales para al nuevo cónclave de marzo será justamente monitorear el desarrollo del proceso electoral de octubre próximo. Muchos ven allí que está en juego el futuro del pacto, dependiendo el resultado de los sufragios.

 La previa, en el Congreso

 El día del esperado encuentro cara a cara entre los partidos de la Nueva Mayoría y la presidenta Michelle Bachelet, estuvo marcado en el Congreso por una serie de reuniones de las diferentes bancadas para ordenar un discurso en común para cada partido. Querían llegar preparados a la cena ofrecida anoche por la Mandataria a los presidentes y jefes de bancadas del oficialismo. Así comenzaban a aflorar temas en común que formaron parte de la reunión que se extendió por cerca 4 horas en el Palacio Presidencial de Cerro Castillo.

 En la previa, fue el vocero del Gobierno, Marcelo Díaz, quien dedicó parte de la jornada de la tarde de ayer para hacer un barrido con los diferentes partidos en el Congreso, para tantear los temas que iban a exponerle a Bachelet horas más tarde. Así, sostuvo reuniones con jefes de bancadas y un almuerzo en la presidencia de la Cámara con diferentes parlamentarios. Entre los planteamientos que le hicieron algunos de los parlamentarios con los que se reunió, estuvo la queja en torno a que la Presidenta debe conversar más con los partidos, que muchas veces- según expresó un dirigente oficialista- se enteran por la prensa de las acciones y decisiones que se toman en La Moneda.

 Entre otras temáticas que los partidos expresaron al vocero en Valparaíso estuvieron el cómo se iba a enfrentar lo que queda de Gobierno bajo el fantasma de la crisis económica mundial. Ante ello, una de las preocupaciones que más importa de forma transversal es si este nuevo escenario, más negro de lo que se preveía, significará algún tipo de ajuste de cinturón que reviva el realismo sin renuncia, pero más cargado ahora a la renuncia, como expresó uno de los asistentes antes de entrar al encuentro de la noche.

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