Por Víctor Hugo Moreno Febrero 29, 2016

“Hay proyectos a los que les llega su hora”. Estas fueron las palabras del vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, luego de concluir el consejo de gabinete con que se dio inicio oficial al año legislativo en La Moneda. Reunión que estuvo marcada por temas económicos y la decisión del gobierno de llevar adelante un ajuste fiscal, situación que en las próximas horas debería ser detallado por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. Sin embargo, otros temas son más urgentes para el Ejecutivo y son los temas pendientes que quedaron de enero. Sobre todo considerando la reforma laboral que ya lleva más de un año de trámite en el Parlamento, generando un alto grado de incertidumbre en el mundo empresarial y político por las consecuencias que podría tener en la economía.

 

Ministerios apretarán cinturón e inversión en salud no se toca

El ministro de Hacienda detalló minutos más tarde desde Teatinos 120 y acompañado el director de Presupuestos, Sergio Granados, este ajuste que se situará en torno a los US 540 millones del gasto público, concentrado esencialmente en el gobierno central. Será una reducción del 1% del gasto considerado por presupuesto para este año y cada ministerio deberá entregar una propuesta para minimizar los gastos en cada repartición.

Valdés fue claro en señalar que este ajuste  no tocará las prioridades sociales, que están aseguradas en su totalidad, por ejemplo, detalló que en áreas como la salud no se verá reducidas las inversiones. Dicha señal fue reforzada por la misma presidenta Bachelet, quien luego de la reunión asistió a la inauguración de un Centro de Salud Familiar (Cesfam) en la comuna de La Ligua, donde enfatizó las inversiones que se están llevado a cabo en dicha área. Sector muy sensible para la sociedad y en donde la Nueva Mayoría ha dicho en reiteradas oportunidades que no se aceptarán reducciones del gasto. Valdés y Bachelet dieron así la señal que este ajuste no afectará este sector, con el fin de apaciguar de inmediato posibles flancos de críticas.

El jefe de las finanzas públicas explicó que “la baja en el precio del cobre de largo plazo  significará un shock  de ingresos estructurales del orden de 1 punto del PIB.  Lo que requeriría en ausencia de otras cosas de un ajuste bastante grande”. Valdés enfatizó que de no ser por la reforma tributaria que se aprobó en 2014 el ajuste habría sido mucho mayor.  “La buena noticia y que nos permite compensar una porción importante de la mala noticia anterior es que la recaudación tributaria del año 2015 fue mejor de lo esperado. El déficit fiscal del año pasado terminó siendo 2,2%. Menos que el 3,3% que teníamos proyectados. Una parte importante en esta diferencia es porque hubo mayores ingresos. Mejor comportamiento de contribuyente, ingreso renta IPB ha subido, IVA en la demanda interna también subió. También el sistema para disminuir elusión y evasión. La reforma tributaria, así, está dando sus frutos. Gracias a eso podemos hacer un ajuste moderado, sin esa recaudación habría que hacer un ajuste mayor”.

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