Por Qué Pasa Marzo 28, 2016

Recuperado y de buen ánimo, este fin de semana el fiscal nacional Jorge Abbott (68) concedió su segunda entrevista desde que asumió la conducción del Ministerio Público en diciembre pasado.

Se trata de la primera vez que habla en profundidad desde que sufriera un infarto los primeros días de 2016, que lo mantuvo en reposo durante varias semanas y del que dice ya se encuentra plenamente recuperado según confidenció a Reportajes de La Tercera.

En un extensa entrevista, Abbott contesta todo y no se guarda nada. Se hace cargo de los rumores acerca de su afección cardíaca, y dice que su continuidad está lejos de estar en riesgo, y que ni siquiera su familia le ha planteado la opción de resignar la mayor responsabilidad de su carrera.

Luego, sin mayores preámbulos, reconoce que espera un pronto término de las causas sobre financiamiento de campañas políticas.

"Sólo espero que no duren siete años", dice para luego profundizar: "Al contrario, queremos buscar la fórmula para acotar esas investigaciones y darles un pronto término, tratando de investigar intensamente todas las aristas que se presenten, pero tomando decisiones rápidas", señaló Abbott.

Las palabras del fiscal nacional tienen como telón de fondo una estrategia que venía trabajando hace varias semanas y que Revista Qué Pasa consignó en su edición del 11 de marzo pasado en un reportaje titulado: El efecto Longueira: el desplome del plan Abbott.

En dicho artículo se planteaba que las nuevas líneas abiertas en la causa SQM a propósito del intercambio de correos electrónicos entre el ex senador Pablo Longueira y el ex gerente de SQM, Patricio Contesse sobre la ley de royalty, y que derivaron en una investigación por cohecho; lejos de ayudar a cerrar las causas terminaba abriendo nuevas hebras investigativas.

Y Abbott también aborda esta situación: "Tenemos equipos de personas que son importantes para la institución y que se están desviando de la investigación de otro tipo de causas que también son importantes. Lo que yo les he pedido a los fiscales a cargos de esas investigacione es que amplíen las indagaciones, envíen los antecedentes al Servicio de Impuestos Internos (SII) de todos aquellos hechos que pudieran ser constitutivos de delito tributario, de modo tal que el SII haga uso de sus atribuciones legales y resuelva si se va a querellar o no  para terminas esas causas".

El máximo jefe del Ministerio Público es consultado también por las críticas de querellantes que plantean que el fiscal Pablo Gómez, del caso SQM, se vio forzado a seguir la veta investigativa del cohecho a partir de las filtraciones de los correos de Longueira y Contesse.

El fiscal nacional aclaró que ya desde febrero el fiscal Gómez había decretado diligencias orientadas hacia "un eventual delito de cohecho" en contra del ex senador Longueira. "Eso no tiene que ver con los correos que se hicieron público en el mes de marzo. Lo que sí puede ocurrir es que hayan existido correos durante un tiempo que hayan pasado desapercibidos, pero en ningún caso podría esto atribuírsele al fiscal Gómez. A él se le entregó la causa, luego estuvo de vacaciones e inmediatamente después, cuando aparecen los primeros indicios de que podría haber un cohecho, hace las diligencias del caso y separa la investigación de la arista principal", puntualizó.

En otro pasaje de la entrevista Abbott reconoce que la labor de la Fiscalía debe resguardar el interés de las instituciones públicas y republicanas.

"Debemos ser muy cuidados en el resguardo de las instituciones. Las responsabilidades penales son personales, no institucionales, y en eso tenemos que ser particularmente respetuosos de no afectar la institucionalidad de la República. Por eso tratamos de hacer las investigaciones con el más bajo perfil, de modo tal de no afectar a las instituciones y tampoco no afectar la presunción de inocencia de cada persona, que hoy día no tiene mucha consideración de parte de los medios y la comunidad", insistió.

 

 

 

 

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