Esta mañana el senador RN Andrés Allamand llegó hasta la sede de la UDI. Un gesto inédito para los días que corren. Si bien arribó a la casona de calle Suecia para realizar una conferencia de prensa conjunta con el presidente de la UDI, Hernán Larraín, sobre los alcances de la reforma laboral, el acto tiene un trasfondo claro. Se produce justo en el momento más complejo para el partido de Larraín: a días de la renuncia de Pablo Longueira a su militancia luego de la revelación de correos electrónicos que profundizaban su relación con el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse, de quien recibía opiniones y directrices que luego fueron plasmadas en el proyecto de ley de royalty minero en 2010. Eso, sin contar los más de $730 millones que Longueira recibió a través de terceras personas de parte de la empresa, según los informes internos de SQM.
Pero la visita de Allamand tiene un factor adicional: se concreta cuando la relación entre la directiva de su partido, RN y la UDI no pasa por su mejor momento, precisamente por el factor Longueira. Desde principios de febrero pasado el presidente de RN, Cristián Monckeberg había roto relaciones con la UDI al fustigar públicamente la defensa partidaria al ex senador Longueira. La postura del jefe de RN fracturó la delicada relación entre las mesas partidarias de ambos partidos opositores, lo que tensionó incluso las cosas al interior del conglomerado Chile Vamos.
Esta semana, tras la revelación de nuevos correos electrónicos, Monckeberg volvió a la carga.
"Los partidos no pueden mirar al techo y nosotros hace un año que fijamos reglas de transparencia y de responsabilidad política distinta a la vía judicial, de hacernos cargo políticamente de las ilegalidades", dijo Monckeberg al diario La Segunda. "O echamos la mugre bajo la alfombra o tomamos medidas", insistió
"Uno empieza a preguntarse por qué la coalición no despega: algunos de sus partidos sí lo están, y en esto encontramos respuestas. Algunos lo han enfrentado muy bien y otros muy mal", cerró en el vespertino.
La señal de Allamand tiene otro propósito: hace varios meses que viene sondeando la posibilidad de levantar una candidatura a la presidencia de su partido, cuestión que si bien ha negado en público, es prácticamente una realidad al interior de la colectividad.
En la sede de la UDI, Allamand y Larraín anunciaron que recurrirán al Tribunal Consitucional (TC) para intentar revertir en particular un aspecto de la reforma laboral, que tiene que ver con la extensión de beneficios sólo a los trabajadores sindicalizados.
Hernán Larraín reforzó esta idea y apunto a la división de la Nueva Mayoría en la votación del proyecto durante las jornadas del miércoles y jueves.
"Esta limitación de los derechos de los trabajadores, en beneficio del monopolio de los sindicatos, le causa un grave daño a los trabajadores. En el proyecto de reforma laboral hay que equilibrar dos aspectos: la de los derechos de los trabajadores con la viabilidad de la empresa, y lo que hace este proyecto es desequilibrar la balanza ...este es el saldo de un mal proyecto, del que hemos logrado salvar algunas cosas por la división de la Nueva Mayoría", señaló Hernán Larraín.
Con todo, ambos anunciaron que seguirán trabajando en conjunto en este y otros temas, lo que podría marcar una nueva relación entre ambos partidos, dependiendo de las decisiones que tome Allamand y si consigue el respaldo interno suficiente para levantar una candidatura que le compita a Monckeberg el próximo 29 de mayo.