Por Víctor Hugo Moreno Marzo 7, 2016

Este lunes regresa el Ministro del Interior, Jorge Burgos, tras dos semanas de vacaciones que pasó, en su mayoría, en Puerto Velero.  A su arribo  se encontrará con una casa con severo desorden. El primer comité político entre presidentes de partidos y ministros que le tocará dirigir estará marcado por las profundas grietas que quedaron luego de que el gobierno hiciera ingreso de las indicaciones para la reforma laboral. Texto con el que nadie quedó contento. Desde la Democracia Cristiana (DC) hasta el Partido Comunista (PC) mostraron sendos reparos. Cada colectividad, eso sí, defendiendo intereses diametralmente opuestos.

Los comunistas, sin representación en el Senado, monitoreaban sigilosamente cada paso que se daba en la discusión de  la Cámara Alta, en particular de la comisión del Trabajo, con el fin de resguardar el proyecto tal y como había salido de la Cámara de Diputados. Las cosas para el PC comenzaron a ir por mal camino cuando desde el gobierno se incluyeron las adecuaciones necesarias, que apuntaba a proteger la productividad de la empresa en huelga, acomodando turnos y horarios de trabajadores internos que no adherían a la movilización.  Indicación ideada en Hacienda y que contó con la plena venía de la DC. Así en el PC observaban con gran preocupación cómo la falange una vez más lograba moderar y contener una reforma, tal como ocurrió en 2014 con la tributaria.

Durante el verano creció el forcejeo, con un PC más bien de observador pues no cuenta con votos en el Senado y con una DC dividida entre los senadores más conservadores (Zaldívar, Matta, y los hermanos Walker),  y la senadora Carolina Goic alineada más hacia a la izquierda del proyecto, o más bien respetando los principios marcados en el programa.  Mientras, el presidente de la colectividad, el senador Jorge Pizarro, se mostraba algo indeciso. Sin acuerdo oficialista el gobierno, mandatado por la presidenta Bachelet, redactó 23 nuevas indicaciones. Estas incluyeron las adecuaciones necesarias bajo otro nombre, dejando relativamente satisfechos a la DC y muy insatisfechos a los PC y PS; ahora respecto a la negociación interempresa la satisfacción se invirtió, la DC se molestó por las indicaciones en torno a este punto, mientras que en el PC y PS quedaron algo más satisfechos, pero tampoco plenamente conformes.

El gobierno no logró alienar a sus parlamentarios oficialistas, fracasando en su intento de encontrar el consenso dentro de los dos polos de la Nueva Mayoría. Ello quedó demostrado en las reacciones que se escucharon desde los diferentes bandos. En el PC el diputado Lautaro Carmona emitió un duro comunicado el pasado viernes en donde cuestiona la decisión final que tomó La Moneda, colocando en duda el respaldo de dicha colectividad en los votos. “Si es que esto significa debilitar el real derecho a huelga, nosotros vamos a votar en contra, y eso va a ameritar ir a comisión mixta (…). “Si es que las cosas no  son como le manifestamos al gobierno, tendremos la absoluta libertad como PC para tomar posición respecto de la otra expresión del debate, que es a través del voto”, expresó el parlamentario.

En tanto que desde el PS el diputado y futuro presidente de la Cámara, Osvaldo Andrade, señaló: “Aquí se establece el reemplazo interno en huelga, y la negociación interempresas es ambigua. Me genera cierta preocupación, porque el reemplazo interno puede afectar directamente a los trabajadores”, alentando a los senadores de su partido a derechamente votar en contra del texto.

En la DC hubo más rostros sonrientes salvo en el elemento de la negociación interempresa que amenaza con ser rechazado por un grupo de senadores, como el senador Ignacio Walker, quien señaló en Diario Pulso que “Sólo en Chile existe el sindicato interempresa, no hay en ninguna parte del mundo. No hay ninguna sola mención en el programa de gobierno en materia laboral a avanzar desde una negociación colectiva voluntaria a una obligatoria en sindicato interempresa”.

Bajo ese escenario el futuro de la reforma laboral no sólo está en duda, sino que también marcará un escenario de tensiones al interior de  la Nueva Mayoría y de ésta con La Moneda. En el gobierno, comenta una fuente cercana a las negociaciones, saben que este lunes y martes se vivirá una dura negociación y un arduo debate, primero en la comisión de Trabajo del Senado este lunes, y luego en la sala el martes. Con todo, en el Ejecutivo ya saben que el texto pasará finalmente a comisión mixta y que allí se deberá zanjar todo.

En este contexto este lunes a las 10 de la mañana la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, se reunirá con el Contralor General de la República, Jorge Bermúdez, en donde se abordarían algunos asuntos legales referentes a la reforma.

Así, este lunes en La Moneda los focos estarán centrados en laboral y en el análisis político que se haga respecto a las importantes diferencias que enredaron una vez más la compleja relación dentro del oficialismo. Así también aparecerá el otro polémico proyecto en tramitación sobre la despenalización del aborto

Y en ese escenario, muchos esperan que el Ministro Burgos tenga algo que decir. Dos semanas de silencio que se romperán este lunes en un comité político que volverá a ser dirigido por el jefe de gabinete. Muchos presidentes de partido quieren oír su voz. Algunos también esperan que logre poner algo de orden a la casa que durante su ausencia tuvo bastante movimiento, todos ellos liderados por el subrogante Mahmud Aleuy que aprovechó la ausencia de su superior en Interior, para marcar una intensa agenda de temas, que incluyó un consejo de gabinete, un consejo de intendentes y una entrevista política. Pero para este lunes llegó la hora de Burgos.

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