Menos de cinco minutos se demoró el ex candidato presidencial, ex ministro y ex senador de la UDI, Pablo Longueira, en leer una declaración pública con la que selló su renuncia al partido que ayudó a fundar. Longueira llegó hasta la sede de la UDI acompañado de dos de sus hijos y caminó directamente hacia una abarrotada sala de prensa. Se tomó menos de un minuto, esperó el silencio de los periodistas, antes de comenzar a leer una carta de dos carillas en la que expresó una férrea defensa de su labor como parlamentario y ministro de Estado.
"El 31 de enero pasado manifesté a través de una carta publica que como cualquier ciudadano enfrentaría con dignidad y fuerza interior el escrutinio de mis actos como parlamentario, como ministro de Estado y como dirigente de la UDI. Durante las últimas semanas he estado dedicado a reconstruir el itinerario de mis funciones como senador y como ministro de Estado, para recopilar los antecedentes que me permitan demostrar en las investigaciones en curso un aspecto que para mí es esencial para vivir con dignidad y con la frente en alto. Para vivir con dignidad y con la frente en alto: soy un hombre honesto", comenzó su alocución.
En una primera parte de su declaración dice haber sido víctima de una condena anticipada a partir de las publicaciones que han revelado sus comunicaciones con el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse.
"Tengo la profunda convicción de que con la ayuda de Dios lograré hacerlo, a pesar de la impresionante y abrumadora descalificación pública, que ya me sitúa como condenado, sin que medie aún ninguna acusación formal en mi contra. Espero que los medios de comunicación que condenan anticipadamente con antecedentes parciales y elementos de prueba deliberadamente seleccionados, extraídos de carpetas investigativas a las que tienen acceso de manera irregular, dispongan de los mismos espacios para informar de mi inocencia cuando ella se acredite, y logren dimensionar el daño inmenso que me han hecho, no sólo a mí, sino que también a mi familia, a mi partido y a la actividad pública", aseguró Longueira.
"Quiero manifestarle al país que dedicaré toda mi voluntad y toda mi energía a defender mi honor y mi inocencia", cerró la primera etapa de su declaración.
En una segunda parte de su lectura, sin hacer alusión directa a los correos electrónicos que hoy son públicos, realizó una revisión de su carrera política y planteó una defensa de su labor pública, asegurando que nunca favoreció a ninguna persona, institución u empresa.
"Recopilaré todos los antecedentes de mi trabajo legislativo para demostrar que nunca, nunca favorecí a ninguna persona, institución o empresa de manera indebida. Y en el caso que ha ocupado la atención pública esta semana, no descansaré hasta demostrar que como senador me limité a apoyar el acuerdo político que logró incorporar al pago del royalty minero a las empresas extranjeras, que no tenían obligación de hacerlo por tener invariabilidad tributaria, y a las empresas de la gran mayoría, para que también aportaran a esta contribución tributaria adicional para la urgente reconstrucción de Chile devastado. Mas aún, si el anterior proyecto del royalty minero había sido rechazado en el parlamento".
"Todos los parlamentarios recogimos opiniones, aunamos voluntades, aprobamos una ley que contó con el apoyo prácticamente unánime del Senado. La mejor demostración de que el royalty subió los impuestos y las cargas tributarias a las grandes compañías mineras fue una buena ley, es que fue revisada, fue discutida exhaustivamente y después aprobada. Ninguna concesión especial, distinta al régimen que tuvieron todas las empresas mineras, se otorgó a una empresa determinada, pues se trató de una norma de aplicación general a todo un sector, que se activa cuando se cumplieron los requisitos legales", insistió.
También dirigió una mensaje a su partido, la UDI, comunicando y justificando su decisión de renunciar al partido.
"Al reiterar mi decisión inquebrantable de luchar, con toda mi fuerza, para demostrar mi inocencia con los instrumentos que me otorga la ley como cualquier ciudadano, quiero dirigir un mensaje a la UDI, mi partido, y a los dirigentes políticos de todos los sectores. A la UDI, que junto con Chile y mi familia ha sido la pasión y la razón de mi vida, les digo que volveremos a levantarnos porque nuestra fuerza nace de la adversidad, y nunca nada nos ha sido fácil. Pero más que palabras, Chile vive un aquí y un ahora que requiere gestos y actos concretos. Por eso, y porque la UDI representa un aspecto muy importante para mi proyecto de vida, he resuelto renunciar a la militancia de mi partido para volver a postular a ella sólo cuando los tribunales de justicia de país acrediten que no he cometido delito alguno", planteó el ex senador.
En los párrafo finales insiste en detallar el impacto de estas revelaciones y agradece a quienes le han apoyado, sin hacerse cargo de los antecedentes conocidos públicamente.
"Esta es una decisión muy dolorosa de mi vida, pero la adopto porque sé que he actuado correctamente y porque tengo fe profunda en que siempre se impone la verdad. De paso, evito con ello que mi presencia pueda usarse para afectar aun más nuestro proyecto político, el partido que fundé, presidí, apoyé y defendí siempre, aun a costa de mi propia salud e integridad".
"Y a los dirigentes políticos de todos los sectores, los convoco con humildad, pero también con toda mi fuerza y convicción a que levanten el espíritu para defender la actividad política. Porque la única forma de garantizar que los dolores y las divisiones que tuvimos en el pasado den paso al diálogo racional, a la amistad cívica y al cultivo del bien común, que es lo que nuestro querido país tanto necesita en la hora presente". Y cerró con gesto especial: "Una última palabra para agradecer a tantas personas que me han manifestado su apoyo. Todas me conmueven, pero especialmente aquellas que provienen de quienes no comparten mis ideales".