Por Qué Pasa Abril 27, 2016

La titularidad sindical era uno de esos artículos denominados como el corazón de la reforma laboral. Esta parte esencial del proyecto fue declarada hoy inconstitucional por el Tribunal Constitucional (TC) por 6 votos contra 4. Con este dictamen, dicha normativa no podrá ser promulgada como ley y ahora el gobierno estudiará los pasos a seguir una vez que el 9 de mayo se den a conocer los argumentos de fondo de la resolución. Sin embargo, en Palacio ya adelantaron que insistirán mediante todas las vías legales posibles para aprobar la norma que calificaron como fundamental dentro del proyecto.

Así, luego de conocerse el fallo, los ministros del comité político más la titular del Trabajo, Ximena Rincón, se reunieron con la presidenta Michelle Bachelet para concordar una postura común. El vocero, Marcelo Díaz, dio lectura a un duro comunicado condenando la resolución, aunque aclarando que se respetará: “Acatamos el fallo del tribunal, pero lamentamos su decisión de    mayoría. El objetivo del gobierno con este proyecto era que entre trabajadores y empleadores existieran relaciones equilibradas”, dijo.

Pero el vocero fue más allá acusando que con esta determinación se da cuenta de la necesidad de una nueva Carta Fundamental: “Ésta no es una buena noticia para los trabajadores, y también una mala noticia para la reputación del país. Porque no podremos cumplir con loes estándares internacionales a los que nos hemos obligado en tratados, y que han sido observado por la Organización Internacional del Trabajo. Este fallo confirma también que la actual Constitución no es la casa común que queremos”.

La ministra del Trabajo Ximena Rincón enfatizó que el fallo atenta contra elementos esenciales del proyecto. “Son dos aspectos fundamentales, la titularidad sindical, que sean los sindicatos que representen a los trabajadores y que no coexistían con los grupos negociadores nos parece fundamental. No conocemos ninguna Constitución que ampare esta dualidad”, dijo.  Esta declaración apunta a que el gobierno se la jugó por mantener en su esencia este artículo sin acceder a flexibilizaciones, debido a que era un tema neurálgico para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Así, en este aspecto no hubo espacio para indicaciones, como sí las hubo en cuanto al reemplazo en huelga, con las llamadas adecuaciones necesarias. La titularidad sindical que otorgaría plenas facultades como único interlocutor válido al sindicato en una negociación colectiva fue un tema del cual no se tranzó, pues siempre fue visto como la esencia de las nuevas relaciones laborales que se pretendían construir.

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, emplazó a la derecha a hacerse cargo de un sistema que a su juicio es único en el mundo. “El tema de titularidad sindical, la existencia de grupos negociadores, el valor que se le da al sindicato es algo muy raro que pasa acá no más. Chile Vamos tendrá que explicar por qué somos tan raros en esto. El estándar es lo que los sindicatos representan a los trabajadores”.

Desde el gobierno no descartaron ninguna alternativa. Una de ellas es el veto y otra es redactar una nueva ley, ante lo cual Valdés explicó que hay tiempo “para hacer lo correcto y llevar al Congreso” una nueva iniciativa.

El fallo también acogió parcialmente la impugnación realizada por la derecha sobre  la extensión de beneficios, mecanismo que establece que el sindicato- previo acuerdo con el empleador- podría extender los acuerdos alcanzados en la negociación colectiva a los trabajadores que no estuviesen sindicalizados.

Desde la derecha valoraron el fallo y expresaron que con ello se demostró la ceguera con que actuó el gobierno: “El gobierno no va a poder reponer una norma que restablece la titularidad, podrá buscar otra fórmula y siempre vamos a estar llanos a dialogar. El gobierno se engolosinó con su mayoría y no se dio cuenta que la constitución no se podía pasar a llevar”, expresó el diputado UDI, Patricio Melero. Mientras que el senador RN Andrés Allamand dijo que con este fallo “se demostró que el gobierno se empeña en hacer mal las cosas”.

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