Aunque la semana pasada el presidente Sebastián Piñera se reunió con los dirigentes de Chile Vamos para manifestarles sus dudas en torno al proceso constituyente que dirige el gobierno, pidiéndoles que definieran una postura frente al tema, días más tarde el consejo político de Evópoli decidió de manera unánime participar en los cabildos ciudadanos, marcando un punto de quiebre con el resto de los partidos del conglomerado, como el PRI y la UDI, que creen en la estrategia de marginarse para así no validar el proceso del gobierno.
Felipe Kast, presidente de Evópoli, defiende la postura que adoptó su partido:
—Honestamente, creo que es una tremenda oportunidad para que el gobierno no diga después que el proceso fracasó o tuvo baja participación por nuestra culpa. Nos acabamos de constituir como partido nacional con 21.000 nuevos militantes y le queremos pedir a ellos también que se desplieguen para poder ocupar esos espacios.
—¿Comparte la posición del ex presidente Piñera, quien asegura que aún no existen garantías de participación inclusiva, transparente y equitativa?
—Compartimos la visión crítica, pero no compartimos que la mejor estrategia sea quedarse al margen del proceso. Creemos que es importante participar para llevar a cada uno de esos rincones la visión de una centro derecha liberal. Pero tampoco es una decisión que pasa solamente por mí: venimos trabajando hace más de un año con el centro de estudios de Horizontal, y en el consejo político del viernes pasado se determinó cumplir con ese rol fiscalizador, desde adentro, porque estando afuera difícilmente podríamos reclamar por cosas que no estamos viendo en terreno.
—¿Es un error que Chile Vamos se esté autoexcluyendo de proceso del gobierno?
—Lejos de quitarle legitimidad al proceso, le quita legitimidad al sector. Afortunadamente ha ido girando la posición de Chile Vamos y he visto distintos actores que se han ido sumando a nuestra visión. Por ejemplo, en una buena parte de Renovación Nacional el discurso hoy día es dejar libertad de acción. Creemos que esa centro derecha, que está dispuesta a participar, dispuesta a ganarse los espacios en los distintos cabildos es lo que deberíamos hacer y no repetir con lo que ocurrió con el binominal, que la centro derecha se demoró muchísimo en modificarlo, en enfrentar los temas.
—¿Este giro es un triunfo de ustedes? ¿Han hecho algún trabajo para cambiar la opinión de los partidos que están más reticentes de participar?
—Más que un triunfo de nosotros, es una evolución que ha ocurrido al interior de los distintos partidos. Nosotros lo tuvimos claro desde un inicio, pero me alegra ver que otros han ido considerando que tal vez es importante tener una actitud más ofensiva, y no tan defensiva, en un tema tan crucial para el país.
—El argumento que utilizan los que se oponen a participar es precisamente que estarían legitimando el proceso de gobierno, para que al final ellos presenten la Constitución que más les acomoda ¿Cuál va a ser su garantía?
—Este lunes fuimos a hablar con el Consejo de Observadores. Nosotros creemos, y en eso hay coincidencia en Chile Vamos, que el Consejo de Observadores ha intentado hacer su labor, lo que pasa es que el gobierno no le ha dado el piso suficiente. Si nos marginamos sólo empeoraríamos la situación, lo que sería una muy mala noticia porque son de los pocos grupos institucionales que están haciendo una buena labor. Por lo mismo, es muy importante apoyarse en ellos, empoderarlos y exigirle al gobierno que respete sus peticiones.
—¿No cree que el ex presidente Lagos marcó un punto al convocar a más de 60 mil personas y presentar un grueso documento con contenidos, ganando terreno en el debate?
—Demuestra que el presidente Lagos está muy por encima de la Nueva Mayoría y que la Nueva Mayoría, en lugar de despreciar su pasado concertacionista, debería empezar a tomárselo un poco más en serio. La semana pasada tuvimos la tristeza de ver pasar a Patricio Aylwin, una persona que en lugar de dividir convocó. La Nueva Mayoría tiene que dejar la retroexcavadora al lado y empezar a hacerle más caso a sus ex presidentes, que son bastante más republicanos y más serios que lo que hemos visto en estos dos años de gobierno.
—¿Por qué a Chile Vamos le ha costado ponerse de acuerdo? ¿No cree que hubo indefinición?
—Pronto vamos a tener la propuesta de Chile Vamos, que va a estar enfocada en el contenido. Las divergencias tienen más bien que ver con que si es o no positivo participar o no en los cabildos y en las distintas instancias, que no son vinculantes.
—Pero antes de eso también hubo un retraso porque muchos no estaban convencidos de que era necesario modificar la Constitución.
—Sí, pero ha habido un proceso de maduración en Chile Vamos. Tener hoy una mirada de qué tipo de Constitución es buena para el país y que tipo de Constitución no es buena para el país es un avance tremendo a lo que normalmente se hacía antes, que muchas veces era decir que no y quedarse cerrado a las votaciones.
—Con ustedes ya participando, ¿qué cambios les gustaría ver en las siguientes etapas del proceso constituyente?
—Un poquito más de seriedad en el gobierno y que empoderen en serio a Patricio Zapata. Realmente admiro la paciencia que han tenido en el Consejo de Observadores, lo peor que le podría ocurrir a Chile es que finalmente ellos digan saben que más, no tenemos garantías y nos vamos para la casa, nos sentimos engañados.
—¿Usted ve eso como una posibilidad?
—Espero que no, por eso nos hemos sumado. Pero que algunos ya hayan renunciado es una muy mala señal, y el gobierno debería tomar nota.