La fallida inscripción de las listas para primarias municipales legales de la Nueva Mayoría a esta altura ya postula para un guión de reallity de horario prime y con varias listas de nominados por convivencia. Desde todos los partidos han intentado defender sus feudos y desmarcarse de eventuales costos que pueda tener que el oficialismo finalmente no logre hacer las primarias legales. Y dentro de esas luchas, surgen dudas respecto a algunos hechos concretos.
Así, dentro de estas escenas está la vivida el viernes 22 de abril en pleno funeral de Estado del presidente Patricio Aylwin. Ese día la Nueva Mayoría iba a presentar el requerimiento para objetar la decisión del Servel adoptada el miércoles 20, que determinó no recibir los antecedentes por estar fuera de plazo. Hasta ahí la historia es más menos conocida, con el atraso de la senadora Isabel Allende y la escena del cierre de puertas a las 12: 00 am por parte de los funcionarios del Servel.
De ahí en más, había que ponerse de acuerdo sobre el camino a seguir. Comenzaron las recriminaciones públicas, algunas subidas de tono, hacia el actuar del Servel. Pero más allá de eso había que tomar determinaciones concretas. Y luego de muchos llamados telefónicos y reuniones se optó por ir al Servel de queja ante la directora (S) Elizabeth Cabrera. Todo ya estaba más o menos claro, pero había que juntar las firmas.
Ese viernes en la mañana a primera hora se reunieron los abogados de la Nueva Mayoría junto a algunos secretarios generales y presidentes de partidos en la sede del Partido Socialista. Los abogados del PS leyeron el documento que se iba a presentar al Servel, pero había un detalle: los comparecientes. No estaban todos y no se iban a lograr tener todas las firmas, pues algunos estaban fuera de Santiago como Ernesto Velasco (PR)y Jaime Quintana (PPD), y otros lejos como el secretario general del MAS, Fernando Zamorano.
Así las cosas acordaron cambiar la hoja de los firmantes y enviar al Servel una donde sólo estuvieran los firmantes presentes, para evitar que el documento tuviera vacíos de firmas. Es decir presentar el recurso sólo con los comparecientes que estaban físicamente en el acto.
Una vez que los abogados llegaron al Servel el abogado Isidro Solis pidió revisar el documento, sin embargo, esto no fue posible pues ya la prensa estaba agolpada a las afueras del recinto, el plazo vencía y había que entregar el documento. Una vez que ingresó Solis pidió una copia la que fue negada por los funcionarios del servicio, según relataron algunos de los presentes ese día. También llegó a última hora Zamorano quien no alcanzó a firmar Pero había un detalle: el documento que se entregó estaba con todos los comparecientes, dejando los espacios vacíos con los que no alcanzaron a llegar porque estaban fuera de Santiago. Solís se sorprendió pues en la mañana el acuerdo había sido entregar el documento sólo con los nombres que estaban con firma para que no fuera rechazado de forma. El documento se había cambiado.
Desde el PS reconocen que pudo haber existido un error de parte de los abogados de Isabel Allende, aludiendo a la “inexperiencia del profesional”, comenta una alta fuente partidaria. Y ante ello se cometió un nuevo y grave error. Aunque la misma fuente también cree que el abogado con más experiencia de la Nueva Mayoría, Solís, tenía toda la responsabilidad de revisar hasta el último detalle del documento.
Con todo, el requerimiento también fue rechazado por la falta de firmas. Dos dirigentes de la Nueva Mayoría comentan su extrañeza ante tanto error no forzado proveniente del PS. Algunos piensan derechamente que estaban torpedeando las primarias y otros que dentro del mismo PS querían que finalmente Isabel Allende tuviera todos los costos para así perjudicarla en una eventual carrera presidencial, dejando el camino abierto a Ricardo Lagos. Las mismas sospechas existen sobre el papel de la DC. Conspiraciones más o menos, lo cierto es que hubo errores, cambios de documentos a última hora y malas decisiones. Todo ello, hoy tiene a la Nueva Mayoría apelando a un último suspiro: el Tribunal Calificador de Elecciones.
La consulta ciudadana
Este martes a las 15 horas comenzarán los alegatos en el Tricel. Ayer lunes la Nueva Mayoría afinó las acciones a seguir en caso de que el fallo, que podría ser dado a conocer este mismo martes o el miércoles, sea adverso. Para ello, los secretarios generales están trabajando en una fórmula que puede llegar a ser una consulta ciudadana. La idea que se baraja en el oficialismo es dar vuelta el concepto de primarias convencionales por el de consulta. También, está la opción de las encuestas. Todo ello pensando en las 60 comunas que quedarían fuera de las primarias legales en caso de perder el requerimiento ante el Tricel.
El senador Jaime Quintana comentó estas alternativas: “Se le ven escasas opciones a la primaria convencional, dado que la primaria legal deja poco margen especialmente al financiamiento de campaña. Hay que seguir viendo opciones independientemente del fallo del Tricel que vamos a respetar, conversando para abordar otras 60 comunas”, dijo.
En tanto, el vocero de la Nueva Mayoría, Ernesto Velasco, reconoció que se habían hecho mal las cosas y que se debía enmendar el camino: “Estamos convencidos que la realización de primarias legales que sean supervisadas por el Servel es un tema de fondo y daremos la lucha, pero también tenemos que restituir el diálogo con el Servel que es fundamental para fiscalizar los actos electorales. Uno tiene que ser humilde, tenemos que decir que las cosas podemos y debemos hacerlas mejor, por eso hay que hacer un esfuerzo que por la vía del Tricel se pueda instalar el concepto de las primarias legales y que los ciudadanos elijan”, dijo.
Otra opción que en privado han comentado que en algún momento también se barajó es que el Servel hiciera un instructivo especial para la Nueva Mayoría que regule el proceso de primarias convencionales. Hasta ahora, dicha idea no ha tenido algún tipo de definición.
En todo caso, en la Nueva Mayoría ya se adelantan a un escenario adverso y a nuevos titulares que digan: bochorno. Para soportar esta nueva tormenta, ahora quieren revisar en serio el concepto de consultas ciudadanas y salvar de ese modo la elección de candidatos y en recuperar la mala imagen pública que ha significado este “culebrón”.