Un complejo mayo le tocó vivir a la presidenta Michelle Bahelet. Diversos temas se cruzaron en medio de semanas de protestas sociales en Chiloé, en donde la presidenta -en pleno auge del conflicto- decidió emprender de igual modo la gira europea por Suecia e Inglaterra. Gira que provocó más de alguna crítica por su oportunidad, justo cuando la oleada de protestas en el sur de Chile iba en aumento. La Moneda defendió que la mandataria representara a Chile en el exterior, informando que Bachelet estaba monitoreando cada paso del movimiento desde el Viejo Continente. De todos modos, en algo esa decidió podría haberle pasado la cuenta.
Todo ello, sumado a una reforma laboral en detención; al aumento de las denuncias de financiamiento irregular de campañas por parte SQM, esta vez al PPD; y a un discurso del 21 de mayo marcado por la muerte del trabajador municipal Eduardo Lara. Detalles que formaron parte de un adverso escenario, según Adimark, que causó que la aprobación a la presidenta bajara de 29% a 24% (mínimo histórico que ya había alcanzado en agosto y diciembre de 2015); mientras que la desaprobación subiera de 65% a 72%. Ambas cifras estadísticamente significativas según explicó la consultora. Estas cifras revierten una relativa alza que desde diciembre de 2015 estaba teniendo la aprobación alcanzando el mes pasado el 29%.
Un día antes, la encuesta Cadem publicó que según sus registros la mandataria regresó a su medición histórica más baja, la de septiembre del año pasado. En la última semana de mayo sólo un 21% aprobó la gestión de la presidenta, bajando tres puntos en comparación a abril y subiendo 4 puntos en desaprobación, de un 64 a 68% en dicho sondeo.
Mientras tanto, hoy en Adimark explican que al final del trabajo de campo nuevamente el caso Caval apareció con fuerza, luego de las filtraciones de las escuchas telefónicas de Juan Díaz en donde deslizaba una posible participación de la presidenta en el negocio.
La presidenta también disminuye en seis de los siete atributos que mide la encuesta. Baja 9 puntos en “activa y energética”; 7 en “cuenta con capacidad para solucionar los problemas del país”; y cuatro puntos disminuye en “cuenta con liderazgo” y “es creíble”. El único item en que sube es en “es respetada por los chilenos”, logrando un alza de 4%.
Sobre el gabinete, el ministro de Economía Luis Felipe Céspedes registró un alza de cinco puntos en el nivel de conocimiento, llegando a 35%. Sin embargo, no logró el mínimo requerido para ser evaluado en la encuesta.
Respecto a los ministros evaluados, en un mes de bajas generalizadas para el gabinete, el ranking se encuentra liderado por la ministra del Serman Claudia Pascual, quien retoma al primer lugar, con 73% de aprobación en un mes de gran presencia en los casos de violencia contra mujeres. Seguido se encuentra el Canciller Heraldo Muñoz con un 70% de aprobación, quien cayó tres puntos. En tercer lugar se ubica la ministra Natalia Riffo con un 53% de aprobación, una caída de 11 unidades respecto al mes anterior.
La mayor baja en aprobación durante este mes la experimenta el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés quien cae 12 puntos y llega al 39%. Esto coincide con bajas importantes de percepción de la evolución del Empleo (-6) y de la Economía en general (-6), según explicaron desde Adimark.
Las reformas
Sobre el proceso de reformas, la educacional se mantiene en un nivel de aprobación de 49%; mientras que la reforma laboral marca la más abrupta caída de 13% logrando un 28% de aprobación. Dicho retroceso se produce en un contexto de debate tras el fallo del Tribunal Constitucional, y en donde el gobierno aún no toma una decisión sobre su futuro.
Respecto del proceso constituyente cae en 3 puntos quienes demuestran “algo o mucho” interés por participar, mientras que 39% se declara “poco y nada” interesado.
El mal escenario económico pasa la cuenta
Para el director del Observatorio de Políticas Públicas de la UDP, Mauricio Morales, esta caída de la aprobación de la presidenta se debe a que la mala situación de la economía ya está comenzando a afectar a la gente: “El rechazo tiene que ver más con la situación económica que con el plan de reformas. La gente, poco a poco, se ha ido informando respecto al contenido de esas reformas, pero día a día deben enfrentar el alza en el precio de los alimentos y el incremento en las tasas de desempleo. Esa sensación de inseguridad e incertidumbre es lo que ha llevado- en esta etapa- a desaprobar en mayor medida al gobierno. Muchos dirán que es el efecto 21 de mayo, pero ese argumento tiene un serio problema de relación espuria. No todos vieron el discurso- generalmente lo ven los más politizados- y es bien difícil que un mero discurso provoque cambios relevantes en la aprobación presidencial”, explica.
Respecto a la caída de la reforma laboral, el analista sostiene que su discusión se esta dando bajo el peor escenario económico: “En el caso de la reforma laboral, no hay peor espacio comunicacional para una reforma de este tipo que un ambiente de desaceleración, desempleo, e incertidumbre”.
¿Cuánto afectó Chiloé?
Morales sostiene que las protestas en el sur develaron una falla más sistémica del Estado y del gobierno en particular, y que a ojos de la ciudadanía que la presidenta haya viajado en el peor momento de la crisis reflejó que se le bajó el perfil a la crisis: “En un escenario difícil económicamente, cualquier estallido social implica costos. Para el ciudadano común, un gobierno que ha sido lento en la generación de empleos y que, además, le cuesta contener una crisis, no es una buena administración. Además, en el caso de Chiloé siempre quedó la sospecha de que parte del desastre había sido producto de la mala fiscalización pública a las empresas privadas. En un ambiente donde los abusos de los privados hacia particulares son vistos como un claro indicador de desigualdad- a lo que se añade farmacias, confort, pollo, etc- cualquier cosa que se le asimile es castigada por la ciudadanía. El viaje de Bachelet fue interpretado como que lo de Chiloé era poco relevante, siendo cómplice pasiva del desastre”, explica el académico.