“Fueron dos semanas difíciles”, manifestó esta mañana el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, en una entrevista en radio Concierto. Semanas en que el gobierno optó por jugársela por el veto de algunos articulados de la reforma laboral, y en donde la propuesta de salario mínimo provocó un transversal rechazo, desde la CUT, Chile Vamos y la Nueva Mayoría, y que finalmente pese a los ajustes que hizo el Ejecutivo terminó siendo rechazado en la Cámara con votos del Partido Comunista.
Algunos cercanos lo han visto un poco cansado ante días de mucha presión, que incluso le llevaron a este lunes a descartar una renuncia y a tener el martes una fuerte pelea en el Parlamento con el diputado PPD, Cristián Campos en medio del álgido debate por el salario mínimo. “Se me pasó la mano”, confesó el ministro en la misma entrevista radial. En dicha entrevista, también confesó que lamentó la salida de Jorge Burgos de Interior, con quien ya estaba formando una dupla. De plano también descartó tensiones con la ministra del Trabajo Ximena Rincón, con la cual se comenta en el oficialismo no ha sido una relación fácil de manejar. Todo este panorama hace que Valdés no esté pasando por sus mejores momentos desde que asumió la cartera de Hacienda hace ya un año.
En concreto, ayer el gobierno presentó una escuálida propuesta de salario mínimo que no convenció a nadie en la Nueva Mayoría y en Chile Vamos. El Ejecutivo expuso un aumento nominal del 2% que se traduciría en un incremento en $10 mil pesos en un plazo de un año del salario. Dicha cifra no fue consensuada con la CUT y generó el inmediato rechazo de parlamentarios miembros de la comisión de Trabajo, como el comunista Lautaro Carmona que la consideró una propuesta precaria, criticando además que no haya sido acordada con los trabajadores. De inmediato, comenzaron a levantarse nuevas voces en contra como la del presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, quien además de creer que era un aumento insuficiente, se resignaba a que Hacienda no iba a poder presentar una nueva propuesta. En tanto desde la UDI, aprovechaban el momento para anunciar el fracaso de Valdés. El diputado Ernesto Silva apuntaba a que la propuesta era el fiel reflejo del pésimo manejo de la economía que estaba llevando a cabo el gobierno, con un déficit claro en el crecimiento, con el aumento en el desempleo y con pocas expectativas futuras. Silva le ponía la lápida el jefe de las arcas fiscales.
Dentro de ese agitado día de Valdés también estuvo la pelea que sostuvo con el diputado Campos, en medio de la discusión que se estaba dado en la comisión de Trabajo por el salario mínimo. Según el ministro todo fue por un mal entendido, pues el parlamentario no sabía que la nueva propuesta que estaba dando el gobierno, había sido producto de una moción parlamentaria. Según comentaron asistentes, el diputado Osvaldo Andrade tuvo que poner paños fríos ante el exabrupto de Valdés con el parlamentario, que estuvo acompañado de algunos improperios
Bajo ese tenso escenario se sucedieron una serie de reuniones entre los equipos asesores del gobierno para ver qué se podía hacer. Entre medio, la Democracia Cristiana apareció con una propuesta que fue tomada como un salvavidas para Valdés quien en la tarde de ayer veía cómo se desvanecía la posibilidad de aprobar el salario mínimo en los plazos estimados. Desde la falange apostaron por un alza escalonada que estipulaba un aumento desde los $250.000 actuales a los $276.000, en un periodo de 18 meses. El articulado fue aprobado esta mañana por la comisión de Hacienda de la Cámara por siete votos a favor, pero rechazado en la Sala de la Cámara con los votos del Partido Comunista y la Izquierda Ciudadana.
Tensión con el PC
En el PC aluden este rechazo a un gran factor: la falta de diálogo con el ministro. Se sintieron pasados a llevar y poco escuchados por el gobierno. Por ende, de forma unánime la bancada de siete diputados PC –IC decidieron no apoyar la propuesta del Ejecutivo, provocándole una nueva derrota a Valdés, quien tendrá que seguir desplegando esfuerzos para revertir este duro revés.
Este hecho- comentan desde el partido- puede marcar una nueva grieta en la relación con el ministro, pues reclaman que no fueron incluidos en la iniciativa que emanó de la Nueva Mayoría. El diputado PC Lautaro Carmona emplazó al gobierno a dialogar: “Creemos que el gobierno debe conversar con todas las bancadas, incluidas la comunista. No hemos tenido la oportunidad de hablar con el ministro”. En tanto, el diputado Sergio Aguiló (IC) dijo que “la principal razón por la que el gobierno accedió a esta nueva fórmula de dos años, fue para evitar que los parlamentarios no estuviéramos sometidos el próximo año 2017 a la tensión de discutir el salario mínimo en un año de contexto electoral, y a nosotros no nos parece un argumento serio”.
No es primera vez que el PC se siente desplazado de una negociación. Con el anterior ministro Alberto Arenas también alegaron en muchas oportunidades (como en la llamada cocina de la reforma tributaria) que no eran tomados en cuenta, lo que generó fuertes roces entre Hacienda y los comunistas. Ahora, en el PC estiman que la propuesta sólo fue consensuada con la DC excluyéndolos de todo tipo de debate, ante lo cual no les quedó otra que ir en contra de la iniciativa de La Moneda.
Lo que viene, el presupuesto
Sin poder despejar por completo el tema de la reforma laboral y del salario mínimo, ya se ve en el horizonte una nueva y tan o más compleja discusión: el presupuesto 2017. Valdés ya prevé que habrá un duro debate, sobre todo, tomando en cuenta el año electoral que se avecina. En la entrevista en radio Concierto dijo que va a haber una gran presión por gastar en un año de elecciones con el fin de mostrar logros. “Por suerte tenemos una regla fiscal clara, un compromiso de seguir avanzando en el balance estructural”, aclaró. El jefe de las finanzas públicas también explicó que nada tiene que ver un mayor gasto, con un éxito en las urnas: “Los gastos muy grandes no garantizan nada, perdimos la elección anterior en un año en que el gasto fiscal aumentó 16%. Asociar éxito político a simplemente gastar no es correcto. Lo que quiere la gente es un buen gobierno que hable con la verdad, quede orden y gobernabilidad”.
Así, Valdés no logró juntar posiciones y a los daños colaterales que le ha provocado el veto por la reforma laboral, al no conseguir el acuerdo necesario para avanzar en el proyecto; ahora se suma una dura pugna con la CUT y el Partido Comunista, quienes no aceptaron la propuesta de salario mínimo. El ministro confesó que había tenido semanas difíciles, pues al parecer las que vienen no navegarán por aguas más tranquilas.