Por Qué Pasa Junio 21, 2016

Desde las 11 de la mañana estaba programado que comenzara a tramitarse en la comisión de Trabajo de la Cámara el veto a la reforma laboral, el que se ha convertido en uno de los grandes dolores de cabeza del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés.  Pese a que desde fines de abril, cuando se dio a conocer el fallo del Tribunal Constitucional que declaró inconstitucional la titularidad sindical, el jefe del equipo económico se había opuesto a presentar un veto, el viernes pasado el ministro tuvo que reconocer que era la única opción disponible, luego de que fracasaran sus intentos de llegar a un acuerdo con la oposición para presentar una reforma constitucional.

De acuerdo a lo publicado por Reportajes de La Tercera, esta derrota habría sido un duro golpe para Valdés. En el oficialismo no es un secreto que el el ministro ha sufrido un sostenido desgaste tanto por el debate de este proyecto, como por el constante desorden de la Nueva Mayoría y el escaso margen que tiene para hacer valer sus opiniones en La Moneda. La renuncia del ex ministro del Interior, Jorge Burgos -su compañero más cercano en el comité político-, habría terminado por agravar la situación.

No obstante, este lunes Valdés descartó que estuviese pensando abandonar el gabinete. "No, yo no pienso en renunciar. Yo estoy trabajando fuerte; no tendría por qué renunciar, tampoco por el veto", sostuvo el ministro, según consigna El Mercurio.

Sin embargo, también reconoció que le hubiese gustado hacer las cosas de manera distinta. "Yo habría preferido por lejos llegar a un acuerdo, tener una reforma constitucional, tener pactos de adaptabilidad. Los pactos son buenos para la econnomía en la medida en que sean los sindicatos los que los hagan", afirmó Valdés.

Lo cierto es que hasta el momento no hay señales de que el panorama vaya a mejorar para el titular de Hacienda. A la compleja situación macroeconómica que vive el país -que ha llevado al ministro a hacer repetidos llamados a la cautela fiscal-, se suman las críticas que le realizan por igual desde la CUT y el empresariado.

"Creo que el mayor ‘debe’ que uno puede ver es la incapacidad de Valdés para ser creativo, osado y lograr que Chile crezca pese a esta suerte de tensión y chantaje del empresariado. Sigue siempre apostando a lo clásico, a dar señales", dijo Barbara Figueroa, presidenta de la CUT en Pulso.

Desde la vereda contraria, la Sofofa emitió un comunicado rechazando la medida tomada por el gobierno. "Este proyecto sigue siendo una mala reforma", se lee en el documento.

 

 

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