Por Víctor Hugo Moreno   Julio 19, 2016

Lejos de decantar o de alguna tregua, las relaciones entre Chile y Bolivia pasan por su peor momento desde que en 2013 el gobierno de Evo Morales anunciara una demanda en contra de nuestro país por una salida soberana al mar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) Si bien desde que comenzó este proceso ha existido una serie de duelos verbales, notas de protesta y denuncias ante organismos internacionales, la visita del canciller de Bolivia, David Choquehuanca, a Chile sin avisar, y con el fin de inspeccionar los puertos nacionales colmó la paciencia del gobierno chileno. El canciller, Heraldo Muñoz, tomó medidas y drásticas.

Así, luego de reunirse con el ministro del Interior, Mario Fernández en La Moneda, y con ambas cámaras del Congreso, decidió revocar el convenio de pasaportes diplomáticos que rige actualmente entre ambos países—como beneficio dado que no existen relaciones diplomática—, y que permite el libre tránsito de funcionarios de gobierno por suelo nacional. Con la medida, de ahora en adelante cualquier funcionario oficial o de gobierno boliviano deberá pedir una visa especial para poder ingresar a Chile, lo que lo obligará anunciar los motivos de la visita.

 Muñoz justificó la decisión debido a la actitud que ha tomado el gobierno de Evo Morales con la mediática visita: En consideración a la actitud irresponsable del gobierno boliviano en esta denominada “visita privada” de una delegación boliviana a los puertos de Arica y Antofagasta, el gobierno ha decidido iniciar para revocar el convenio de visas diplomáticas entre Chile y Bolivia”.  Dicha medida deberá eso sí ser aprobada por ambas cámaras del Parlamento, luego que el gobierno ingrese un proyecto con la revocación. Según el sondeo realizado este martes por Muñoz, existirá un respaldo mayoritario a la determinación adoptada por el gobierno chileno.

 El canciller explicó que los bolivianos comunes y corrientes podrán seguir ingresando tal cual lo hacen, pues esta visa sólo se exigirá para funcionarios oficiales y de gobierno. Muñoz remarcó que esta es una decisión soberana adoptada por Chile.

 Pero no todo queda en eso. La cancillería concretará en las próximas horas el envío de una segunda nota de protesta (la primera fue a raíz de que la comitiva del ministro Choquehuanca intentó negarse a cumplir con las normas de control fitosanitario que están obligados a respetar tanto los chilenos como los extranjeros que viajan a nuestro país),  denunciando ahora todas las irregularidades que se cometieron en el actuar del gobierno boliviano en territorio chileno.

 El gobierno chileno calificó todo lo ocurrido estos días como “una operación mediática para intentar desafiar la soberanía chilena y amplificar las falsedades que ya le conocemos al gobierno boliviano”, según expreso la cancillería a través de un extenso comunicado, en donde se explica punto por punto cada irregularidad cometida por la comitiva de más de 60 autoridades que trajo consigo el canciller Choquehuanca. Por ahora, desde el gobierno descartaron otras medidas, no obstante, según comentaron fuentes diplomáticas, se estará atento a cada paso que siga Bolivia, pues se espera una dura respuesta de parte de Evo Morales al anuncio realizado este martes. Pese a ello, no está en carpeta, por ahora, llamar al cónsul de Santiago en La Paz, Milenko Skoknic, quien de todas formas durante agosto volvería al país a cumplir otras funciones diplomáticas.

 Tanto el Senado como la Cámara emitieron también su propias notas de reclamo ante el parlamento boliviano por el contenido de la polémica visita, criticando, entre otras cosas, el mal trato de recibieron personeros del Servicio Agrícola Ganadero (SAG), cuando se les prohibió, como se hace con cualquier persona que ingresa a Chile, ingresar alimentos vegetales. Dentro de las diversas ideas que hubo hoy en el Congreso, estuvo la del senador UDI Hernán Larraín, quien propuso considerar como persona Non Grata al canciller boliviano. Dicha medida, según altas fuentes del gobierno, está absolutamente descartada.

 Así, las relaciones entre ambos países pasan por un delicado momento, y que según estiman en el gobierno chileno, está lejos de apaciguar. Uno de los nuevos flancos que el gobierno boliviano ya amenazó con abrir es la soberanía del río Lauca. Y para ello, ya se han preparado todos los argumentos necesarios ante una posible arremetida o nueva demanda que Palacio Quemado pretenda llevar adelante. Como así también, se está preparando el escenario para otra demanda en paralelo que pueda hacer Bolivia ante otros organismos como la Corte Internacional de Arbitraje denunciando los supuestos incumplimientos de Chile del tratado de 1904. Con Bolivia, todo puede pasar. 

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