En modo concentración. Así pasa los días la ministra de Justicia, Javiera Blanco, preparándose para la interpelación a la que será sometida por la Cámara el próximo 2 de agosto. Su rutina comienza antes de las 9 de la mañana y culmina pasadas las 21 horas, casi en estado de claustro, dedicada a este tema, como también al trabajo de gestión de las instituciones cuestionadas: Servicio Nacional de Menores y Gendarmería.
Al llegar a su oficina, lo primero que hace es reunirse con sus asesores y jefes de servicio, para estudiar cada detalle de las preguntas que deberá responder respecto a la crisis por la que atraviesan estos dos organismos dependientes de su cartera. Sus cercanos la califican como “matea”, sacando a luz sus dotes de profesora universitaria al momento de ensayar el contenido de los argumentos que expondrá ante los diputados.
Parte importante de la información con la que está trabajando la ha obtenido de las propias comisiones investigadoras que se abrieron en relación al tema. Así, Blanco ha alterado gran parte de su rutina. De hecho, esta semana no fue al Congreso, ni siquiera a la cuenta pública a la que asistió gran parte del gabinete. La ministra también ha recibido el apoyo explícito de La Moneda con el gesto del ministro del Interior, Mario Fernández, de ir a visitarla en medio de los rumores de su salida.
En tanto, Marcela Sabat, la diputada RN a cargo de la interpelación, se prepara para el trabajo escénico-comunicacional a cargo del actor Luciano Cruz-Coke. Además, se ha reunido con dirigentes gremiales del Sename y Gendarmería.
Blanco se defiende
En horas de esta mañana, la ministra en entrevista con Radio Cooperativa, la ministra calificó de desafortunadas las declaraciones del ex director de Gendarmería, Tulio Arce, quien acusó que el entorno de Blanco la ordenó asensos que permitieron abultar el monto de las pensiones. Blanco dijo que “nosotros no tenemos nada que ver con los nombramientos. Si esta ministra tuviera que ver con la contratación es no podría ejercer mi rol, estaría firmando todo el día documentos”.
La secretaria de Estado mostró su extrañeza por el momento en que Arce decidió hacer la denuncia: “Tulio tuvo un proceso de liderazgo, siempre pueden mejorarse, siempre van a estar en revisión como cualquier otro director, cuando tiene situaciones que denunciar tiene que hacerlas en su momento, porque si no parece a todas luces raro que se haga una vez que se ha apartado de la institución”, dijo la ministra.
El rol de Juan Ignacio Piña
En otra arista de este caso, en el gobierno también preocupa el rol del actual presidente del Consejo de Defensa de Estado, Juan Ignacio Piña. Ello, debido a que consideran en el Ejecutivo que existiría un aprovechamiento de su actual rol y un desconocimiento de la responsabilidad que habría tenido cuando ejerció como subsecretario de Justicia en el gobierno de Sebastián Piñera. En el gobierno estiman que un mínimo de prudencia aconsejaría que se inhabilite de la discusión en la materia. Piña ha expresado que se deben analizar los casos, “pues la información que ha salido a la luz parece mostrar una maquinación que permite abultar el cálculo de las pensiones diseñadas estratégicamente”. En el gobierno no consideran prudente que emita juicios, sobre un tema del cual a él también le ciñe cierto grado de responsabilidad.