Para Ricardo Lagos — dejando de lado el golpe de Estado de 1973—Chile vivió un panorama similar en 1952 cuando Carlos Ibáñez del Campo instauró la metáfora dela escoba: había que barrer con los políticos, luego de tres gobiernos radicales que habían instaurado malas prácticas, quizás algo similares a las que se ven hoy en día en nuestra clase política. Claro que para el ex mandatario la escoba no es la solución, sino que debería ser un gran acuerdo que nazca de la institucionalidad que procure que la ciudadanía vuelva a creer en ésta.
Para Lagos las instituciones son base de la esencia de la estabilidad democrática y republicana de un país. Conocida se hizo su frase —que pasó rápidamente a ser un dogma— respecto a “dejar que las instituciones funciones”. El problema que sinceró el casi seguro candidato presidencial de buena parte de la Nueva Mayoría es que hoy esas instituciones, base de ese “Estado en forma” portaliano, carecen de legitimidad. Y cuando se pierde la legitimidad la democracia puede estar en problemas.
Consultado sobre este estado de las cosas, Lagos no tuvo espacio para filtrar: “Creo que es la peor que ha tenido Chile desde que tengo memoria. Dejo aparte, por cierto, el quiebre de nuestra democracia el año 1973, cuando el país se dividió en dos. Hablo exclusivamente en términos de legitimidad. Quizás podríamos remontarnos al ibañismo, que llegó al poder con una escoba para barrer con todo”, fue el misil directo que lanzó, agregando que bajo este escenario el problema se tornaba más grave en la distancia que se estaba provocando entre las instituciones y la ciudadanía: “Lo que hay acá es una crisis de legitimidad asociada a una crisis de confianza. La ciudadanía no está confiando ni en las instituciones ni en los actores políticos”.
Su agudo análisis abarca todas las instituciones, la Iglesia, el mundo privado, incluso el fútbol con la paradoja de ser campeones de América en medio del acto de corrupción más grande que se haya conocido en la actividad: “Estamos todos cuestionados, cualesquiera sean nuestras posiciones y cargos. Es cosa de verlo. Las colusiones lastimaron mucho al sector privado. Es difícil no hablar de captura del aparato del Estado cuando en algunas reparticiones las jubilaciones se arreglan con mañas. La Iglesia, que era parte de la reserva moral del país, quedó golpeada a raíz de los abusos. Y no hablemos de lo ocurrido en el fútbol, justo cuando estábamos celebrando los triunfos de La Roja”. El ex jefe de Estado termina ese análisis con una pregunta que muchos se hacen en cada rincón al cual uno vaya por cualquier ciudad del país: ¿En quién confiar?
¿Cómo se soluciona esto?, no precisamente con una escoba, fiel a su sentido de la República y sus instituciones cree que desde esa esfera debe germinar una respuesta: “Mi respuesta es que quienes lo deben hacer son los poderes del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo, los jueces”.
Respecto al sistema electoral, Lagos es partidario de que el presidente sea elegido con cuatro años con reeleeción, cosa que no pudo hacerlo durante su mandando, pues según reveló, le aconsejaron que no lo hiciera porque daría la impresión que la idea era dejarlo 12 años en el poder. Lagos cree que con el voto obligatorio no se resolvería la crisis de legitimidad y muestra su preocupación —como muchos ya lo están transparentando — por los altos niveles de abstención del voto que se pueden provocar en las próximas elecciones municipales: “Ciertamente, la elección municipal debiera clarificar algo el panorama. Pero no nos hagamos muchas ilusiones. La municipal clarificará lo que ya sabemos: que va a haber poco interés en votar. Lo cual nos va a confirmar aún más la crisis en que estamos. La falta de legitimidad va a quedar todavía más al desnudo. Imagínese que acuda sólo un 35% del padrón”, dijo.
Vocero: “No es una opción no hacer nada”
Muchos de los misiles lanzados por el ex mandatario al menos rozaron las dependencias del Palacio Presidencial. El ministro vocero, Marcelo Díaz, si bien compartió parte del análisis de Lagos, dijo que el gobierno está trabajando para mejorar este ambiente y descartó que existiese algún tipo de vacío de poder como también esbozó Lagos en la entrevista el decir que “pareciera haberlo” (el vacío de poder) y que quizás por eso se había adelantado la carrera presidencial. Ante esto Díaz expresó: “Acá tenemos que hacer un esfuerzo todos por mejorar la calidad del debate y por contribuir a enfrentar las causas que generan esta crisis de confianza. Lo hemos dicho, sin la confianza de los ciudadanos en sus instituciones los países no avanzan (...) El primer esfuerzo es elevar el debate público es hacernos cargos de que lo que un país busca que las instituciones estén a su servicio”.
Diaz concuerda en la tesis de que Chile está viviendo una crisis política, y que por ello el gobierno tuvo que emprender la agenda de probidad y en los cambios que se están generando, por ejemplo, en el sistema de elecciones: “No es una opción no hacer nada, ya tuvimos una primera prueba de fuego en cómo está funcionando el nuevo sistema de financiamiento de la política y vamos a tener otra en las elecciones municipales”, dijo.
El vocero recalcó que todas las instituciones y los actores deben hacerse cargo de la crisis de legitimidad. La Moneda reaccionó así a las profundas reflexiones de quien se perfila cono el candidato más seguro dentro de la Nueva Mayoría, o del conglomerado que se forme bajo su candidatura. El gobierno respeta a Lagos, pero se encargó de remarcar que no existe ningún vacío de poder y que se está trabajando con todas las herramientas para mejorar en algo el mal diagnóstico que transparentó Lagos esta mañana.