Por Víctor Hugo Moreno. Agosto 1, 2016

Ley corta. Un concepto que el gobierno siempre maneja como carta bajo la manga cada vez que se enfrenta ante un problema mayor, y ante al cual se debe salir al paso con algo inmediato. Ocurrió en educación, en temas de seguridad pública, entre otras materias. La ley corta permite apaciguar los síntomas de la fiebre, a la espera de una cirugía mayor que cure el problema de raíz. Y esta es la salida que el gobierno baraja ante la presión ciudadana que existe en torno al sistema de AFP y que apuntaría —según lo que se conversó largamente en el comité político de este lunes— a una mejora, por ahora, al sistema de pensiones solidarias y la AFP estatal.

En la reunión los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría le hicieron ver a La Moneda la urgencia de tomar cartas en el asunto del tema y evitar que la efervescencia social mostrada dos domingos atrás con 800 mil personas protestado a lo largo de todo el país subiera de tono.  Y más todavía cuando José Piñera, el creador intelectual de las AFP en la década de los 80, llega a Chile para defender el sistema, pero también para proponer cambios en algo que denominó como “perfectible”. El gobierno no podía quedar al margen. Alguna señal, al menos, debía dar.

Y todo más bien quedó en ese terreno: el de las señales, pues de la mesa de trabajo del salón entre patios de La Moneda no emanó ninguna decisión. El gobierno sólo mostró disposición a acelerar el trámite de la AFP estatal, pero sin fechas claras mientras no exista el piso político necesario. Además, se evaluó la opción de generar un aumento al pilar solidario de pensiones básicas que se formó justamente en el anterior gobierno de Michelle Bachelet. “Hubo un debate sobre la magnitud de la reforma que podría impulsarse en el gobierno, hay opiniones diversas, pero en general, creemos que no va a hacer en este año y medio que se va a resolver la reestructuración del sistema de pensiones. Si tienen que haber medidas a corto plazo, porque si hay un sector de pensiones solidarias que son bajas  y en donde se debe hacer un esfuerzo. Readecuaciones internas del sistema permitirían hacer ese esfuerzo que significa readecuaciones presupuestarias”, explicó el presidente del PPD, Gonzalo Navarrete.

Dentro de ese debate, se concordó que el gobierno debe ampliar los cambios y adelantar, mediante una ley corta, algunas reestructuraciones que pueden ser extraídas de las conclusiones a las que llegó la Comisión Bravo. “Se debe avanzar en la AFP estatal rápido, y que las conclusiones de la comisión Bravo se traduzcan en un conjunto de iniciativas administrativas que generen una transición para lo que es una discusión mayor, un sistema que se haga cargo de las tremendas inequidades y eso trascenderá este gobierno y será parte de la campaña presidencial”, dijo el presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, enfatizó en que se requiere una reforma estructural, pero se resignó a que esta no iba a poder darse bajo este gobierno: “El Ejecutivo sigue en un proceso de discusión, pero todos vemos que no se puede diluir el problema. Todos sabemos que hay que cambiar el sistema de AFP, debe haber un sistema distinto, el tema es cuándo se puede hacer, cuándo estarán listos los estudios. Se ve difícil que en este gobierno, porque además no estaba en el programa, se pueda hacer una reforma estructural; sin embargo, se está pensado en una ley corta y dejar establecida una hora de ruta que apunte a una reforma estructural”, dijo.

Desde el gobierno, recogieron esta presión, pero sin aventurarse a plazos, cuestión que ya se está haciendo una costumbre: el no querer amarrarse a fechas considerando los autogoles del pasado. El vocero, Marcelo Díaz, dijo que se “iba a enfrentar el desafío”, reconociendo que se había abierto un debate importante en Chile.

Así las cosas el análisis del comité político, al menos, concluyó que no se podía hacer oídos sordos a la demanda ciudadana, y que se debía comenzar a establecer una hoja de ruta para la próxima gran reforma estructural, que será —según concordaron jefes de partidos y ministros —será eje central de la futura campaña presidencial. Mientras tanto, ya se piensa en una ley corta, en paralelo a la AFP estatal. Una ley corta que sea capaz por un momento de apagar en algo el fuego ciudadano, que ya amenaza con más protestas en demanda de una reforma estructural al sistema de pensiones.

Relacionados