En el entorno del senador por Antofagasta Alejandro Guillier y en el Partido Radical (PR) ya están trabajando por una eventual campaña presidencial del periodista. Aunque él transmite que todavía no es momento y que, quizás, no esté convencido, la maquinaria radical se está moviendo.
En la colectividad ya comenzaron a elaborar un proyecto de contenido programático, como también un esquema de contención de daños, para salir a cubrir los primeros flancos de críticas que en las últimas semanas se han dejado caer en contra del senador. En el partido manejan encuestas que hablan de un respaldo ciudadano en crecimiento, a media que aumentan también en conocimiento.
Todo ello a la espera de la gran encuesta madre, la CEP, que, dicen, debiera darse a conocer esta semana, después de dos semanas en las que la clase política ha estado con los nervios de punta.
En dicho sondeo, acaso el más importante y el que ha servido de oráculo en cada disputa presidencial desde el retorno de la democracia, Guillier, asomaría como la gran sorpresa, pues pese a ser medido por primera vez, figuraría en los puestos de avanzada, según se comenta transversalmente en el mundo político.
Hace unas semanas en el hemiciclo del Senado, el DC Jorge Pizarro acusó de populista a Guillier por ser el promotor de la idea de conceder dos feriados locales en Antofagasta y Tarapacá. A juicio del senador falangista había que tener cuidado con este tipo de proyectos, apuntando sus dardos en contra del senador con cupo radical. A Guillier también se le criticó en su momento por apoyar un proyecto en beneficio de reos adultos mayores, lo que podría significar la obtención de libertades de varios presos recluidos en Punta Peuco. En el plano más político, al senador lo han criticado por carecer de liderazgo y redes; como también los cuestionamientos se han dejado sentir desde sectores más progresistas —como Revolución Democrática— que consideran a Guillier como alguien que representa más de lo mismo. La figura del periodista masón y cercano al radicalismo (nunca ha querido militar) está ahora cada día más expuesta y este hecho en la colectividad asentada en la vieja casona de Paris con Londres ya lo tienen muy claro. Y para ello había que actuar.
Dentro de los radicales hay grupos de trabajos determinados para monitorear cada paso del candidato. Quien asoma como el cabecilla del grupo es un viejo conocido: Patricio Tombolini. El ex subsecretario de Transportes se ha transformado en una suerte de “generalísimo” de la campaña. También, dentro de este equipo de trabajo está colaborando muy activamente el secretario general del PR, Osvaldo Correa, quien en conversación con Qué Pasa salió a defender al senador de las últimas lluvias de críticas.
“Las críticas son absolutamente infundadas incluso me atrevería a decir que es parte del ejercicio del típico chaqueteo chileno. Quien resuelve finalmente el liderazgo no son ni los parlamentarios ni los políticos, lo define la ciudadanía. Y lo que hemos visto es que efectivamente en las encuestas hoy día la figura de Alejando Guillier se está instalando con mucha fuerza, y eso es porque la gente ve en él una persona que se liga a la transparencia, a la confianza, algo que hoy no todos los políticos pueden tener. Y eso es una señal potente de liderazgo. Nadie podría cuestionar que no hay un reconocimiento de la ciudadanía, de la gente”, comentó.
Guillier fue presentado hace unas semanas como el rostro oficial de la campaña de los más de mil candidatos radicales para las próximas elecciones municipales. Un “sello de garantía” de confianza fue la consigna elaborada dentro del partido, para posicionar la figura del periodista como alguien limpio de cualquier acto irregular.
Correa explica que ahora, además del tema municipal, ya están trabajando derechamente en la elaboración de un programa presidencial y que para ello están en permanente coordinación con el senador: “Acá nos debe preocupar que el liderazgo que está proyectando Guillier finalmente tenga un contenido que la ciudadanía pueda visibilizar. En ese trabajo estamos generando propuestas concretas, programas de trabajo, además del despliegue que por todo el país está llevando a cabo, apoyando a figuras no sólo del Partido Radical, sino también independientes”. Correa enfatiza que “más que preocupado de las críticas, estamos ocupados de hacer el trabajo”.
En ese contexto, el secretario general del PR explica que a nivel electoral el esfuerzo está concentrado en las elecciones de octubre, además de ya trabajar en el contenido programático para Guillier. Pero aclara que “cada día tiene su afán”, y que ya llegará el momento de una proclamación completamente oficial de una candidatura presidencial que seduce a gran parte del mundo radical. Cada cosa tiene su momento y, por ahora, una aclamación continuará esperando. Pues para que ello ocurra deben confluir aún varios elementos, y el más importante de todos: el pleno convencimiento de Guillier para competir en la carrera por el sillón presidencial de La Moneda, elemento que aún falta por completar. Pero mientras ello ocurre, en el radicalismo ya trabajan con todas sus armas, pensando en que el más temprano que tarde el senador se decidirá por emprender la aventura.