Sin urgencia en el Congreso avanza la discusión por el proyecto de reforma a la Educación Superior. Este lunes, la subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga, acompañada de la directora del Demre, María Leonor Varas, expuso ante la comisión de Educación de la Cámara el capítulo relativo a la creación de la Superintendencia de Educación Superior y sus funciones, poniendo énfasis en los nuevos instrumentos que van a depender del organismo: el sistema nacional de información, el marco nacional de cualificaciones y el sistema único de admisión para las instituciones que adscriban a la gratuidad.

Desde que el proyecto de reforma ingresó al Congreso como mensaje presidencial el pasado 4 de julio, el rol de la Superintendencia ha sido –fuera del tema del financiamiento– uno de los puntos más cuestionados por la opinión pública, especialmente por los rectores, quienes ven con desconfianza que algunos de los procesos que hoy están en manos de organismos autónomos –como la PSU– vayan a quedar a merced de los gobiernos de turno, sufriendo grandes cambios cada cuatro años.

Marco Nacional de Cualificaciones

En la Cámara uno de los focos de crítica fue el Marco Nacional de Cualificaciones, un instrumento que aunque existe en otras partes del mundo, como Europa y Australia, nunca antes ha sido implementado en Chile y cuyo objetivo, de acuerdo a la definición que entregó la subsecretaria, será clasificar los conocimientos, competencias y habilidades de los distintos ciclos formativos en un continuo de niveles a través de certificados.

En este sentido, el primero en abrir fuego contra el Mineduc fue el diputado Giorgio Jackson (RD), “No hay una definición de lo que significa el marco de cualificaciones en la ley, no sale para qué universidades, ni cómo se va a regular ni cuándo va a implementarse", sostuvo el ex dirigente estudiantil, alegando porque la ley no hace vinculante ninguno de estos procesos.

Por su parte, Jaime Bellolio (UDI) cuestionó la autonomía del instrumento en manos del Mineduc. "Yo creo que tiene razón el diputado Jackson en que esta es una de las cuestiones más importantes y precisamente por eso es que yo creo que no tiene que hacerlo la subsecretaria de educación, sino que tiene que estar afuera. Tiene que hacerlo alguien que no sea capturable, con un gobierno corporativo y autónomo por la implicancia que tiene", afirmó el diputado.

En esta postura lo secundaron sus pares de Chile Vamos María José Hoffman (UDI) y José Manuel Edwards (RN), quienes agregaron que no queda claro cómo conversa la subsecretaría con la Agencia Nacional de Calidad, encargada del proceso de acreditación.

Por último Camila Vallejo (PC) preguntó sobre los criterios epistemológicos que se van a utilizar para definir los distintos niveles de cualificación.

La subsecretaria reconoció que faltó profundidad en la propuesta del gobierno, pero explicó que lo que se busca es darle flexibilidad al proyecto. Sobre la pertinencia de que el instrumento dependa del Mineduc, en cambio, no estuvo de acuerdo con los críticos.

"Respecto de que el Ministerio de educación lo haga le quita legitimidad, en muchas partes del mundo es el ministerio de educación el que lo hace. Es cierto que hay otras parte en que son otras instituciones, pero no es una cosa descabellada pensar que es el ministerio de Educación el que lleva el proceso", afirmó Quiroga.

Sobre este punto aclaró que el marco no es ni un programa de estudios ni un perfil de egresados y que, aunque la propuesta del gobierno le entrega la responsabilidad al Mineduc, el mecanismo con que este se haría cargo no está definido, y que por ejemplo, se podría hacer a través de licitaciones a organismos externos.

Normas comunes para el acceso

Otro de los flancos de crítica fue el Sistema Único de Admisión, que regiría sólo para las universidades adscritas a la universidad y no para todas las instituciones de educación superior.

En este caso, una vez más se cuestionó que la nueva prueba dependa de la Subsecretaría y no de un organismo independiente, como ocurre actualmente con el Demre, que pertenece a la Universidad de Chile.

"Las normas en términos de qué es lo que espera el Estado de cómo se ingresa a la Universidad tienen que estar en el ministerio, pero quién la aplica y cómo la aplica. ¿Por qué tiene que ser la subsecretaría?", preguntó el presidente de la comisión, Alberto Robles (PR).

Giorgio Jackson, en cambio, sostuvo que los requisitos que establece el proyecto de ley para el acceso no son suficientes para ponerle fin a las malas prácticas en que hoy incurren los establecimientos.

"No solamente se necesita información, se necesita regulación. El orden de llegada cabe dentro de estos criterios, y hoy día hay universidades y hay IP, hay centros de formación técnica que hacen que sus estudiantes accedan por orden de llegada, y esto no lo elimina", dijo Jackson.

En cambio, los diputados de Chile Vamos cuestionaron la falta de mecanismos para evaluar otro tipo de habilidades, como las actividades extracurriculares, y propusieron incluir la redacción de ensayos como método de selección.

“Un tipo que hace deporte o práctica un instrumento ya tiene concentración y ya tiene resilencia”, argumentó Bellolio.

La angustia del Demre

Una de las principales dudas que manifestaron los diputados fue el rol que pasaría a tener el Demre en el nuevo sistema.

Sobre este punto, María Leonor Varas, directora del organismo, no tuvo una respuesta. "No tenía muy claro cuál era mi rol aquí", afirmó la cabeza del Demre.

Por el contrario, Varas aprovechó sus minutos de exposición para exponer el principal de sus temores: la demora con que se definirá una nueva Prueba de Selección Universitaria”.

"En el Demre nos angustia el tránsito. Ya fue desahuciada públicamente la PSU por la ministra de Educación en los diarios, y después de eso no podemos llegar al próximo proceso sin decir cómo va a ser la próxima PSU y no puede ser peor que lo que hoy hay", sostuvo Varas.

"Esta ley no se va a aprobar tan rápido y a mí me angustia diciembre de este año", agregó.

Por último, afirmó que en el Demre están trabajando desde hace más de un año en generar nuevas evaluaciones.