Carolina Tohá se tomó en serio sus cuatro años en la Municipalidad de Santiago. Abandonó por completo su rutina de reuniones políticas y activa vida partidaria, la que muchas veces desarrollaba en su propia casa enclavada hacia el sur de Avenida Bilbao, casi en el límite de las comunas de Providencia y Ñuñoa. En la antigua casona decorada con cuadros de Matta y Bororo solía reunirse regularmente, sobre todo los fines de semana, con integrantes de lo que durante un tiempo se denominó como “laguismo PPD”, facción que integraban los senadores Ricardo Lagos Weber y Felipe Harboe, o el diputado Marco Antonio Núñez, entre otros, incluso después de haber dejado la presidencia de su partido que detentó entre 2010 y 2012. Su casa fue también el escenario de los primeros acuerdos de los jefes partidarios de la Concertación para dar vida a la Nueva Mayoría, acuerdo político y programático que le permitió a la centroizquierda recuperar el gobierno con Michelle Bachelet tras la dolorosa derrota de Eduardo Frei en 2010.
Su triunfo en las municipales de 2012 le hizo cambiar el chip. Dejó, en lo sucesivo, de hablar y dar entrevistas políticas, y se dedicó a los temas locales, vecinales, barriales. Se volcó a la gestión comunal y no se salió de ahí.
Hasta que el caso SQM comenzó a estallarle en sus narices como una reacción en cadena: antecedentes de aportes regulares e irregulares de la minera no metálica al partido durante su administración golpearon fuertemente su imagen y la posibilidad de su repostulación municipal fue puesta en duda en su propio partido.
En esa misma casa, hoy más acostumbrada a reuniones familiares, Tohá vuelve a hablar de lo que más le gusta.
Explica las razones de los vínculos de su gestión en el PPD con SQM, sus planes para seguir en Santiago y su proyección política más allá de 2017.
También de su reconocida cercanía con Ricardo Lagos —con quien habla seguido—, pero cuya irrupción no eclipsa, a su juicio, las posibilidades de figuras jóvenes de su sector que también sueñan con llegar a La Moneda.
—“Seré la primera en darme cuenta si esto afecta mi candidatura”. Esa fue su respuesta cuando se le preguntó si el caso SQM afectaría su repostulación en Santiago. ¿Cuánto daño le ha hecho, en definitiva, la investigación por financiamiento irregular del PPD durante su gestión?
—Mi relación con los vecinos no ha cambiado y los temas con los que todos los días nos encontramos siguen siendo las cosas que nos interesan: cómo resolvemos los temas de convivencia, salud, seguridad, la gestión del espacio público. Eso no quiere decir que este tema no importa. Importa mucho lo que ha pasado, por más duro que haya sido. Aquí teníamos una debilidad muy grande con el sistema de financiamiento a la política, yo siempre lo pensé, fui partidaria muchas veces de varias iniciativas para enfrentar este tema, pero la realidad es que no se dieron las condiciones hasta que hubo esta crisis. Y cuando esta crisis se abrió, nosotros fuimos claros en decir “si es necesario reabrir la competencia, reabrámosla”. Por eso ofrecimos abiertamente que hubiera primarias, pero al final las cosas volvieron a converger en un apoyo transversal de la Nueva Mayoría y no hubo otras candidaturas de otros sectores para competir en primarias.
"Las conversaciones con Patricio Contesse (ex gerente general de SQM) fueron dos. Una reunión en su oficina y una visita a la faena en SQM. Se trataron de otros temas, no de financiamiento".
—¿Nunca estuvo en duda su repostulación?
—No, en lo absoluto. Nosotros siempre pensamos esta gestión municipal con una repostulación, hicimos una apuesta de un programa para la comuna que requiere para consolidarse y dar frutos, dos periodos. Siempre fuimos claros en que íbamos a repostular sólo una vez, esa es una cosa en la que hemos sido bastante categóricos desde el principio.
—El intento de la UDI de levantar a última hora la candidatura de Joaquín Lavín fue una señal de que estaba instalada la idea de que había más posibilidades de arrebatarle el sillón que hace unos meses… ¿Cómo lo enfrentó?
—Siempre dijimos que cuando uno va a la reelección lo sustantivo es el cumplimiento del compromiso de lo que uno ofreció a los ciudadanos y la mirada hacia adelante de cómo eso se proyecta. Pero es imposible no leer que durante todo este año las principales figuras de la derecha fueron probadas en Santiago, fueron invitadas a competir, fueron testeadas en encuestas y, en definitiva, ninguna quiso competir. Con eso no quiero para nada subestimar a Felipe Alessandri, pero hay que hacer la evaluación de qué fue lo que le pasó a la centroderecha, que intentó aquí traer a sus figuras nacionales pero ninguno se subió, con encuestas de por medio también.
—Alessandri se impuso a Lavín en encuestas, pero tal parece que la estrategia del candidato RN apunta a disputarle el espacio territorial, el de los vecinos... ¿No cree que Alessandri podría convertirse en una amenaza real?
—Más que amenazas, lo que tenemos al frente son otras opciones que el ciudadano, la ciudadana, van a tener que evaluar y van a tener que ponderar. De eso se trata la elección, de concurrir, de proponer, después rendir cuentas y reconcursar.
“Estuvimos incómodos”
—Hace más de un año usted dijo que el mundo político le debía una explicación al país. Hoy no parece haber cambiado mucho el panorama…
—Hay algo de qué hacerse cargo y es transversal de la política chilena, y quien quiera mirar al cielo no está siendo sincero: teníamos una enorme falencia del sistema democrático y no se enfrentó a tiempo, habiendo oportunidades. Tuvimos en el Parlamento un proyecto de ley para cambiar el sistema de financiamiento y no hubo los acuerdos para eliminar los aportes de empresas y los aportes reservados. En el gobierno anterior de la presidenta Bachelet la derecha se opuso a esos cambios, tuvimos propuestas, agendas desde los distintos sectores; nosotros, como PPD, propusimos una alternativa en el gobierno del presidente Piñera. Tampoco hubo interés y no estoy hablando sólo de un sector político; la sociedad en general no vibraba con estos temas, la prensa no estaba en estos temas y hasta que no hubo una crisis de magnitud, no se enfrentó.
—Usted dijo hace unos días que decir que conocía la forma de financiamiento del PPD no era lo mismo que decir que conocía una operación hecha de manera irregular con SQM ¿Le parece creíble pensar que la presidenta de un partido no sabía de dónde o cómo sus colaboradores conseguían el financiamiento para la colectividad?
—Hay una investigación y la tiene que hacer la Fiscalía. La política que definió el PPD para su financiamiento fue apegada a lo que la ley permite y acepta, y de esa política me hago responsable. De los mecanismos que exploramos, las decisiones que tomamos, fueron buscando hacer viable un partido en el contexto de la ley vigente y ocupando los mecanismos que son legítimos en el sistema que regía a la época. Si hubo algo fuera de eso, no fue parte de la política del PPD, y no lo tengo que decir yo, lo tiene que decir la investigación. No fue un mecanismo aprobado ni impulsado por la dirección del partido.
"Puedo conceder que los nombres que hoy se barajan son de una generación mayor que nosotros, pero en lo más mínimo pienso que mi generación esté ausente de lo que está pasando en Chile. Hay muchas personas más jóvenes que están jugando roles determinantes en la sociedad chilena y tienen expectativas presidenciales".
—¿Cuál es la responsabilidad política que usted señaló hace unos meses que tiene que asumir entonces?
— Hay una falencia colectiva de no haber resuelto este tema oportunamente, a pesar de que era de una evidencia absoluta. No sólo para el mundo político, para la prensa, la sociedad civil, estaba en nuestras narices y lo dejamos pasar.
—Entonces comparte la opinión del ex presidente del PPD, Pepe Auth, hoy ex militante, quien señaló que se sentía “incómodo” pidiendo aportes a empresas, entre ellas a SQM, pero tenía que hacerlo considerando que enfrentaba una elección por delante…
—Todas las personas que pensamos que el sistema de financiamiento de la política no debió haber descansado en empresas estuvimos incómodos con ese sistema. No estoy hablando de SQM, de cualquier solicitud de financiamiento a las empresas que era en lo que descansaba nuestro sistema para parte importante de nuestro espectro político, para nuestro partido, el PPD, era contrario a lo que nosotros pensábamos que era el sistema deseable. Y era el sistema que en Chile se había dado. No sólo permitía el aporte de empresas, lo incentivaba con franquicias tributarias y permitía que fuera reservado, en el caso de las campañas.
—¿En ese contexto se enmarca lo conocido el miércoles a través del testimonio de Juan Claro, que reconoció ante el fiscal de SQM que debido a la cercanía con su administración donó al PPD $ 30 millones?
—Los aportes de Juan Claro se hicieron dentro de los procedimientos regulares que el partido aprobó. No tienen ningún reparo legal.
—Respecto a los aportes de SQM, no se ha aclarado si usted sabía o no de la fórmula de financiamiento a través de corporaciones asociadas. Es más, su versión ha sido desmentida a partir de las declaraciones de sus ex colaboradores, el ex jefe de administración y finanzas, Sergio Ortega, y su ex tesorero, Luis Matte Lira…
—Más allá de la discusión pública, hay protagonistas de lo que hoy se está discutiendo que han sido claros en decir que yo no fui parte de esas conversaciones y decisiones. Dicho eso, no significa que yo supiera el mecanismo de financiamiento del PPD. El partido buscó financiamiento a través de corporaciones relacionadas, pero no con SQM, sino con otras instancias, y lo hizo con mecanismos permitidos en la ley, que no están en investigación. Dentro de eso se enmarca el tema que está en investigación, que es SQM.
—¿Cómo se explican entonces sus reuniones con el ex gerente de la firma, Patricio Contesse, e incluso un viaje al salar de Llamara, siendo presidenta del PPD?
—El viaje al salar no tiene nada que ver con mecanismos de financiamiento. Fue un viaje a conocer la faena de SQM y no está relacionado con esta conversación. Otras gestiones tuvieron que ver con buscar financiamiento con otras instancias y otros actores, no SQM.
—¿En esas conversaciones con Contesse no se hablaba de financiamiento?
—Las conversaciones con Patricio Contesse fueron dos. Una reunión en su oficina y una visita a la faena en SQM. Se trataron otros temas, no de financiamiento.
—¿No le parece irreversible el daño a la imagen del PPD? El partido se convirtió en el símbolo de la crisis política e ideológica…
—Es un desafío para toda la política, no sólo para el PPD y es bien de fondo, tiene que ver con el debate que ha habido sobre el financiamiento, pero va más allá. Dicho eso, hay tareas que vienen por delante que son para todos, pero el PPD las debe hacer bien. En el proceso de refichaje hay que renovar el compromiso de las personas que quieran estar en el proyecto del PPD. Está todo el proceso electoral, hay una nueva ley de partidos que hay que hacer cumplir. La discusión en relación a cómo el PPD se proyecta hacia adelante y el espacio progresista que representa en nuestro sistema político. Pero eso después de las elecciones municipales.
—¿No cree que se agotó la marca y la propuesta PPD?
—No sé si esa es la idea. No es un tema de hoy. Siempre he pensado que tenemos que construir un espacio transversal más amplio dentro del contexto de la Nueva Mayoría. Mi opinión desde hace mucho tiempo es que hay que generar un actor del progresismo amplio, que represente a todo ese importante sector de la población chilena que se sitúa detrás de esas ideas. Es la cultura política más amplia que existe en Chile y hay que representarla mejor cada vez mejor.
—Auth renunció al PPD, el senador Harboe se declaró en estado de reflexión… ¿No se le ha pasado por la cabeza irse del PPD?
—No estoy en ese tema hoy día. Estoy en ganar una elección municipal, y lo que proponga para el PPD va a tener que ver con esas ideas en las que siempre he creído.
—Hay quienes creen que su generación resintió el impacto de la crisis política dejando nocaut alternativas de proyección como Rodrigo Peñailillo, el propio Harboe, Ricardo Lagos Weber, y ha alentado el regreso de figuras de la vieja Concertación, como Ricardo Lagos, quien aparece como la salida a un escenario de crisis terminal…
—Va a llegar el momento para ver cuáles son los liderazgos que se posicionan en el tema presidencial. Creo que esa es la conversación para el día después de las municipales. Puedo conceder que los nombres que hoy se barajan son de una generación mayor que nosotros, pero en lo más mínimo pienso que mi generación esté ausente de lo que esté pasando en Chile. Hay muchas personas más jóvenes que están jugando roles determinantes en la sociedad chilena y tienen expectativas presidenciales y lo que están haciendo es significativo. Pienso desde el presidente de Codelco (Óscar Landerretche) hasta Ricardo (Lagos Weber) que está dirigiendo el Senado, lo que hace Claudio Orrego en la Intendencia, Bárbara Figueroa en la CUT, lo que está haciendo Carolina Goic en la presidencia de la DC. Hoy en día tenemos una importante cantidad de figuras de una generación más joven que quienes son señalados como presidenciables, que están en decisiones determinantes y haciendo cosas interesantes. La política no se reduce a los tres nombres que suenan en la presidencial, sin perjuicio de que además esa elección está totalmente abierta y aún no le ha llegado su día.
"La elección municipal es importante. Y creo que en esta elección municipal la Nueva Mayoría va a ganarle a la centroderecha (...) Pero tampoco la municipal puede ser simplemente el termómetro de lo que viene después".
—Sin ir más lejos, tras su triunfo en Santiago en 2012 usted era mirada como una de las figuras con serias proyecciones hacia 2017. ¿Qué es lo que cambió?
—Si hay un día en que se decide y tomo la decisión de entrar en esa carrera, entraré y lo haré como lo he hecho cada vez que he tomado una decisión de asumir una tarea. Y la tarea que hoy decidí asumir cien por ciento es la conducción del municipio de Santiago y nos hemos jugado en eso todas las energías que tenemos y hemos impulsado cosas muy de fondo desde ahí. Así veo yo que uno tiene que actuar en política, no estar con la calculadora en la mano para ver hacia dónde te lleva el trampolín.
—¿Comparte el diagnóstico del ex presidente Lagos de que hay una crisis política e institucional inédita en nuestra historia reciente?
—Nuestra sociedad y nuestra democracia están presionadas a hacer una gran evolución. Estamos ante una ciudadanía distinta, ante miedos que se han disipado, ante una diversidad ciudadana que no es fácil de contener con los tres o cuatro mecanismos habituales. Eso obliga a un esfuerzo de innovación política importante que sólo ahora la política está intentando acometer. Enhorabuena, porque las señales de que eso era necesario están ahí hace rato. Lo tomaría por ese lado. Creo que más bien es una maduración de nuestra sociedad y es un desafío más bien exigente al sistema político de cómo representar en esta época y cómo relacionarse con esta ciudadanía.
—Usted es cercana al ex presidente Lagos ¿le parece viable una candidatura presidencial del ex mandatario?
—Veo que el momento de las definiciones presidenciales va a ser después de octubre, después de la elección municipal. Y voy a ser bien leal con esa opinión que tengo. Creo que no es bueno adelantarlo en este momento. Como sea, las opciones que se plantean, creo que ya hemos aprendido y tenemos bastante experiencia para afirmarlo, tenemos que ponernos en un camino de primarias donde las distintas opciones estén dispuestas a competir. Es muy importante que las ideas se pongan arriba de la mesa porque estamos ante un escenario muy distinto, que no tiene continuidad con nada de lo que vimos hacia atrás, por lo tanto, no bastan aquí los nombres, las figuras, sino que es necesario abrir ideas, propuestas.
—Independiente de quién o quiénes sean los candidatos, ¿cómo ve la irrupción de Lagos en este escenario de crisis que él plantea?Porque entiendo que no comparte su diagnóstico...
—Creo que es bueno que haya opciones disponibles y personas que están dispuestas a dar ese paso. Pero el momento de las definiciones no es ahora, es después. En eso voy a ser coherente con esta convicción que tengo.
—¿Ha podido conversar con el ex mandatario sobre este escenario?
—Me reúno siempre con Ricardo Lagos. Y con él y también con otras personas que están sonando como nombres posibles he tenido diálogo permanente todo este tiempo y he recibido apoyo de todos, lo que agradezco mucho.
—¿Si el ex presiente decide no repostularse a La Moneda, se complicarían las cosas en la Nueva Mayoría? Es el que tiene más opciones de competirle a Piñera…
—La elección municipal es importante. Y creo que en esta elección municipal la Nueva Mayoría va a ganarle a la centroderecha. Va a sacar más alcaldes, va a sacar más concejales. Dicho eso, las elecciones municipales no se tratan solamente de anticipar el clima electoral de la presidencial. Tienen importancia en su propio mérito. Y el gobierno local no da lo mismo que lo conduzca una visión progresista que una conservadora. Se priorizan de otra forma los recursos, se hace de otra forma la relación con los ciudadanos. Cambia la política social, la de transportes, la de aseo, la de salud. Entonces tampoco la elección municipal puede ser simplemente el termómetro de lo que viene después. Creo que lo que viene hacia adelante, más allá de lo difíciles que han sido estos años, de lo que le ha costado madurar a este acuerdo político, es que la Nueva Mayoría tiene mejores condiciones para ofrecerle hacia el futuro un camino al país.
—Es optimista respecto de la proyección del bloque...
—Es por lo que apuesto y para lo que trabajo.