Desde su oficina en el piso 19 de Apoquindo 3000 —el cuartel general de Sebastián Piñera—, Gonzalo Blumel (38) habla con entusiasmo de las ideas en las que trabaja la Fundación Avanza Chile, que en marzo del próximo año cumple tres años de vida. El ingeniero civil de la UC destaca la labor que ese mismo equipo que hoy lidera realizó durante el gobierno de Sebastián Piñera.
Tras culminar sus estudios, Blumel trabajó en la Municipalidad de Futrono, donde realizaba investigación en temas ambientales.
Luego de esa experiencia, ganó en 2007 una beca para cursar un máster en Economía en la Universidad de Birmingham. A su regreso llegó a Libertad y Desarrollo como investigador de temas medioambientales, desarrollo sustentable y crecimiento económico. Fue en LyD donde trabajó con Cristián Larroulet, quien lo reclutó en 2010 como jefe de la divisón de estudios de la Segpres. Su desempeño le valió ascender al Segundo Piso tras la salida de María Luisa Brahm para ser ministra del Tribunal Constitucional.
En una de sus facetas menos conocida, Blumel cuenta que toca guitarra clásica, charango y quena con su banda de música latinoamericana Huella Antu. También dirige un equipo de fútbol integrado por amigos con los que juega cada vez que tiene tiempo. Está casado y tiene tres hijos.
Hoy Blumel cumple el rol que durante años tuvo el abogado Ignacio Rivadeneira en el equipo de Piñera. Está a cargo de dirigir el rumbo de su fundación, la que busca generar propuestas programáticas como centro de pensamiento para la centroderecha, focalizadas en políticas públicas. También colabora en organizar la agenda de Sebastián Piñera, en sus actividades nacionales y en el extranjero.
Dice que el objetivo central es lograr que Avanza Chile sea una plataforma de encuentro para la oposición y quienes comparten sus ideas. Para eso trabajan hoy en propuestas para apoyar a los alcaldes de Chile Vamos, programas para incentivar la participación, estrategia de redes sociales y políticas públicas, entre otros. Todo al alero de la visión del Piñera y del grupo que formó con sus ex ministros y asesores de gobierno.
—En la pregunta, “¿Quiénes creen que serán los candidatos presidenciales para las elecciones del 2017?”, el 48,2% cree que Sebastián Piñera será candidato, ¿están en lo cierto?
—Creo que esa imagen se ha dado naturalmente, a partir de lo que fue un buen gobierno y un buen ex presidente, que pese a todas las dificultades supo salir adelante, junto a un gran equipo de colaboradores, generando políticas públicas y un programa de gobierno que se tradujo en beneficios para la sociedad, haciéndose cargo de episodios tan complejos y dramáticos como la reconstrucción, el rescate de los mineros, el juicio de La Haya, etc. Es el reconocimiento de cómo fue como presidente y su gobierno. También se ha ido valorando su rol como ex presidente, marcando la pauta, señalando los problemas que se han generado en la conducción gubernamental y el país, planteando a la vez una visión de cómo Chile recupera el rumbo.
—¿Cómo vería su regreso a La Moneda?
—Obviamente me gustaría que volviera a ser presidente. Él ha planteado una definición, que en marzo va a tomar una decisión, y esa decisión va a ser, yo creo, teniendo a la vista varias cosas: primero, evaluando en su calidad de ex presidente dónde puede aportar más, si es efectivamente una candidatura presidencial. También, a partir de las definiciones de Chile Vamos y de una decisión familiar. Anticiparse en exceso y transformar cada uno de estos gobiernos cortos de cuatro años en un año de candidatura presidencial, no creo que sea bueno para Chile, nos desconcentra de lo que es importante, y es un poco lo que está pasando en la Nueva Mayoría, que sólo discute quién va a ser su candidato presidencial y no se hace cargo de la tremenda cantidad de problemas que hay en el país.
—¿Cuál es su balance de las municipales?
—Hay que ponerle atención a la abstención y buscar mecanismos que permitan que la gente se reencante y participe. Lo segundo: la gran derrota es de la Nueva Mayoría y el gobierno, yo creo que sobre todo por la soberbia. Ellos instalaron que lo relevante no era la encuesta, sino los resultados de las elecciones, y lo que se observó finalmente es que obtuvieron su peor resultado histórico. Nunca la centroderecha los había derrotado en estos indicadores de alcaldes y concejales.
—¿Qué se viene para la centroderecha después de estas elecciones?
— Chile Vamos logró un muy buen resultado. Pero ese es sólo un primer paso, porque la meta final es encargarse de este nuevo Chile y preparar una propuesta no sólo para tener un buen gobierno, sino tener un proyecto político que pueda generar un apoyo mayoritario prolongado y sustentable en el tiempo. Generar un cambio en la hegemonía política del último tiempo, que ha traído tantos problemas a Chile.
—¿Quién cree que será el candidato de la Nueva Mayoría?
—El escenario en el bloque está muy revuelto. Creo que lo más relevante es cuál es la identidad del proyecto con que quieren seguir. Sea cual sea el liderazgo que quiera darle continuidad a la Nueva Mayoría tal como se le conoce hasta hoy, creo que está condenado al fracaso.
—¿Es bueno tener varios candidatos presidenciales (Ossandón, Kast, Chahuán, etc.) o refleja desorden?
—Creo que al sector le hace bien tener varias figuras potentes, que convoquen y tengan liderazgo. Lo fundamental es que jueguen con las reglas del fair play, que estén dispuestos a jugar en un marco de unidad, dentro de la cancha y las reglas que definimos como coalición, y que entiendan que es la causa común lo que importa, más que el personalismo.
—¿Cómo cree que será el 2017 para el gobierno de Bachelet?
— Hoy en la Nueva Mayoría, en las mismas candidaturas presidenciales, se está dando por terminado el gobierno, de hecho se vio al presidente de la Cámara y del Senado pedirle a Bachelet que acote y termine su agenda legislativa, y deje gran parte de sus promesas en el baúl. Y al gobierno le queda todavía un tercio, es mucho tiempo. El tirar la toalla tan anticipadamente le causa un daño importante a Chile.