No hay dos opiniones. Cuando ex y actuales colaboradores, parlamentarios y analistas repasan la cuestionada última semana del ex presidente Sebastián Piñera, la respuesta es una sola. Que no se va a bajar de la carrera presidencial. Que la polémica por sus inversiones en la empresa pesquera peruana Exalmar y en la minera Dominga no lo mueve de un camino ya recorrido. Pero, por sobre todo, que creer que el ex mandatario va a desistir de este empeño por el revuelo mediático de estos casos, es no conocerlo. Lo evidencia un abogado que trabajó de cerca con él en La Moneda: “A Piñera le gusta la competencia, nunca la ha rehuido. Pero lo más importante es que le gusta ganar, más aún si es en un contexto adverso”.
El apoyo a Piñera en las filas militantes de la oposición es mayoritario y viene dado por un profundo pragmatismo: los números dan cuenta de que es el mejor candidato para volver a La Moneda.
Algo de eso se vio el lunes, cuando de forma categórica —ante una publicación de radio Bío-Bío, según la cual Bancorp tuvo inversiones en minera Andes Iron, matriz de minera Dominga, entre 2009 y 2010—, el ex presidente, a través de una declaración pública, afirmó que “quienes pretendan con estas campañas sucias debilitar mi compromiso y vocación de servicio público, no me conocen y se equivocan profundamente. Muy por el contrario, estas campañas me motivan a seguir comprometido con los grandes problemas y desafíos que enfrenta Chile”.
Este episodio —uno de los primeros rounds en esta campaña que recién comienza— da cuenta de que esta nueva aventura presidencial será una pelea compleja.
No sólo por el factor Alejandro Guillier, que lo más probable lo espere a la vuelta de las primarias. Sino que por el flanco abierto que significan sus inversiones, que lo acompañará durante toda la campaña, declaran en Chile Vamos, y por otros nudos que tendrá que resolver de aquí al 2 de julio para asegurar una recta final pacífica —al menos, dentro de su coalición— hasta diciembre. Puntos clave en esto son las aspiraciones presidenciales del senador ex RN Manuel José Ossandón y el hambre de los partidos de, esta vez, sí influir en las decisiones sobre la campaña y el equipo de Piñera.
Serán meses duros, concuerdan en la oposición, donde anticipan una campaña confrontacional con la Nueva Mayoría. La dura crítica que el ex presidente realizó el lunes hablando de la “desesperación de algunos sectores de la Nueva Mayoría, pues muchos de ellos no conocen la palabra trabajo” mostró el tono. Tuvo sus detractores —quienes sintieron que Piñera había caído en el juego de la Nueva Mayoría. Pero también hubo quienes reconocieron en ella una “buena jugada” que habla al votante piñerista duro, justamente aquel que hay que salir a buscar en una campaña de primarias.
“Hasta ahora, Piñera ha manejado bien un contexto adverso, porque ha sufrido una seguidilla de ataques que lo hacen frágil, pero la gestión política de esta crisis ha sido muy buena”, opina un ex colaborador.
Los optimistas afirman que criticarlo por su desempeño en los negocios no le genera un daño significativo, y que prueba de ello es que en los sondeos de Cadem el ex presidente bajó de 28 a 22% en la intención de voto en noviembre de 2016, cuando estalló el caso, cifra que esta semana se ubicó en 25%. “Lo que sí le haría daño es que se le cuestionara respecto de su gestión o de su liderazgo, porque eso es lo que las personas ven en él como atributo”, plantea un analista del sector. Otros piensan que tarde o temprano, estos cuestionamientos le harán mella. En el círculo cercano de Piñera, hay claridad sobre la necesidad de que el futuro candidato despeje la interrogante respecto del manejo de sus inversiones. Según afirman, el anuncio de un nuevo fideicomiso que, esta vez, incluiría a sus inversiones en el extranjero —cerrando flancos como la polémica de Exalmar— será parte “esencial” del lanzamiento de su candidatura, la que se oficializará a mediados de mes, en alguna comuna “popular” y de “clase media”. Aseguran que el anuncio de la fórmula “es un compromiso público”, y que en su forma será más amplio que el realizado en 2009. Los detalles ya los trabaja un equipo de abogados.
Mientras, seguirá respondiendo frontal y personalmente a las acusaciones. Las bancadas de Chile Vamos, por su parte, resolvieron tomar una posición “de combate” y contestar la ofensiva judicial del diputado PC Hugo Gutiérrez y fiscalizadora del oficialismo con la creación de una comisión investigadora por el eventual financiamiento de OAS a campañas de la Nueva Mayoría y Marco Enríquez-Ominami.
Paz interna
En la cuenta regresiva para los consejos generales de la UDI y RN —programados para el 24 y 25 de marzo—, las gestiones políticas del piñerismo también apuntan a evitar los conflictos en el frente interno.
El apoyo en las filas militantes de la oposición es mayoritario, y viene dado principalmente por un profundo pragmatismo: los números dan cuenta de que es el mejor candidato para volver a La Moneda.
Los ex ministros Andrés Chadwick y Cecilia Pérez son quienes llevan el pulso y la comunicación directa con ambos partidos. En el núcleo piñerista se afirma que, en general, las relaciones con ambos partidos viven un buen momento, siempre bajo la premisa de no tener problemas en el frente interno. “Hay conciencia de que la campaña será difícil, y de que para ganar tenemos que hacer todo bien, sin errores y sin debilitarnos”, explica un miembro de ese círculo.
En ambas tiendas afirman que el mensaje que ha transmitido Piñera es de no querer conflictos internos.
Sin embargo, el senador Manuel José Ossandón, que esta semana amenazó con llegar a la primera vuelta si su ex partido (RN) no lo proclama junto con el ex mandatario, genera ruido.
Hasta principios de esta semana, tanto en esa tienda como en el círculo del ex mandatario cundía la percepción de que Ossandón había perdido apoyo entre los miembros del consejo general. Malas noticias, al tomar en cuenta que requiere 2/3 de sus votos para ser nominado como presidenciable. El forado en su apoyo se dio, explican en el partido, al perder el respaldo del ex dirigente Carlos Larraín, quien mantiene una gran influencia. También, se asegura, porque no ha logrado despegar en las encuestas, lo que ha gatillado el “pragmatismo” de los consejeros.
Ossandón, por otra parte, ha apostado a generar apoyo entre alcaldes de la tienda, pero ello —se afirma— no ha logrado plasmarse en la bancada parlamentaria, donde cuenta con el respaldo de dos diputados: Leopoldo Pérez y Alejandro Santana.
La UDI introdujo presión al sistema al adelantar su consejo general para el 18 de marzo y, días después, reprogramarlo para el 24 de marzo.
Como sea, en RN ha ganado fuerza la opción de proclamar sólo a Piñera, y de zanjar la participación de Ossandón en la primaria del sector a través de una modificación reglamentaria, o bien de echar mano a la facultad que tiene el comité ejecutivo de Chile Vamos de abrir un espacio a la participación de un independiente en esa elección.
En el partido afirman que el mensaje que ha transmitido Piñera es de no querer conflictos que puedan terminar con Ossandón compitiendo por fuera, junto con el diputado ex UDI José Antonio Kast.
Dos contendores que, si bien no marcan un gran desempeño en las encuestas, pueden implicar una fuga de votantes relevante para el principal candidato de la centroderecha. Y que mantienen duros cuestionamientos a la figura del ex mandatario, sobre todo por el manejo de sus inversiones.
La forma como se realice esta tarea, afirman en Chile Vamos, será clave para garantizar la unidad del sector tras las primarias del 2 de julio. Un desafío nuevo para el ex mandatario: en su pasada elección ya había sido proclamado por ambos partidos un año antes, a fines de 2008. Esta vez el camino tiene más recovecos —el candidato de Evópoli, Felipe Kast, va sí o sí a la competencia— y cuenta con el negativo precedente de las primarias de 2013 entre el ex UDI Pablo Longueira y Andrés Allamand. Esa noche, el equipo del senador gremialista, quien salió ganador, no logró que ambos se tomaran la foto conjunta de rigor.
“Para generar unidad el 3 de julio es importante que Piñera gane con una gran distancia y que se ocupe de generar las relaciones adecuadas entre las personas, cuestión que le permita sumar”, explica un ex colaborador de La Moneda. En el círculo de Piñera afirman que el compromiso de los dirigentes de Chile Vamos de un apoyo mutuo entre los participantes de la primaria “está hecho”, y que éste se ha ido reforzando en el tiempo. Un punto a favor del ex mandatario en estas gestiones, dicen, es la experiencia política y de gobierno que tanto él como su equipo tienen. Otro, es el rol que Chadwick tiene en estas tratativas. “Andrés conoce los códigos de la política”, afirman.
La hora de los Partidos
El martes pasado, por segunda vez en dos semanas, la jefa de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, le volvió a plantear a Piñera que el trabajo de la campaña “debe ser a través de los partidos políticos”, como recalca un miembro de la directiva gremialista.
El hecho de fijar el encuentro gremialista para una fecha anterior a RN demuestra la gravitación que ese partido espera tener en las definiciones políticas y de equipos, una vez lanzada la candidatura de Piñera y, más adelante, tras la primaria.
Quienes trabajan hoy con Piñera afirman que un futuro equipo de campaña será distinto del de 2009: “Esta vez, quienes estén en la primera línea tendrán experiencia política y redes”. Así lo graficó el director de la Fundación Avanza Chile, Gonzalo Blumel, en una entrevista a mediados de enero, cuando preguntando por los aprendizajes adquiridos durante el gobierno, éste afirmó que “se necesita una compenetración mucho mayor con los partidos”. Un mensaje parecido es el que el propio ex presidente dio a conocer a la UDI y RN el año pasado en las comidas que, respectivamente, realizó con sus directivas, cuando les señaló que en un eventual segundo gobierno quería evitar el “fuego amigo”.