La escena se abre con un paneo a una gran mesa redonda, en la que conversan unas veinte personas. Hablan de diversas problemas del país. La cámara da vueltas en redondo y se fija en las intervenciones de algunos participantes. Ahí están el ex ministro de Hacienda Felipe Larraín, la ex subsecretaria de Desarrollo Social Soledad Arellano, el ex subsecretario de Vivienda Francisco Irarrázaval. El candidato anota.
La franja del 8 de enero de 2009 intentó mostrar el trabajo que los Grupos Tantauco realizaron para la candidatura de Sebastián Piñera. Fueron 36 comisiones, integradas por 1.200 personas en total, según las cifras del entonces comando presidencial, las que elaboraron el programa de gobierno. La mayoría de sus participantes fueron técnicos, profesionales con estudios en el extranjero que provenían de la academia, ONG o empresas, pero sin experiencia política. Muchos de ellos entraron al gobierno en 2010 de la mano de Piñera, en un gabinete de bajo gramaje político, lo que tantos reparos y reclamos le valió por parte de los partidos de la Coalición por el Cambio.
En las instancias de campaña serán incorporados los partidos, lo que para gran parte de Chile Vamos demuestra que el ex presidente tomó nota del reclamo de RN y la UDI por un mayor protagonismo.
Ocho años después —con Piñera candidato por tercera vez— las cosas serán diferentes. No sólo porque una parte importante de los técnicos que participaron en 2009 tiene experiencia de gobierno, sino porque la “bajada” de los aspectos programáticos será marcadamente política. Así lo afirman en Chile Vamos.
“Los lineamientos tendrán un cariz más político. Piñera no quiere amarrarse indefinidamente a cifras, aunque hay algunas áreas en las que sí lo hará. Lo que va a dar son orientaciones. La idea es tener un programa con un relato”, afirma un senador cercano al candidato.
“El 2009 el problema que hubo fue que las propuestas técnicas no pudieron implementarse. La posición hoy es más realista y pragmática. El programa no puede tener que ver sólo con lo que quieres, sino también con lo que puedes hacer. Hay un componente de evaluación política que es clave, que va a ir al lado de la técnica”, dice un conocedor del proceso. Algo similar a lo quePiñera esbozó la semana pasada en la Universidad Adolfo Ibáñez. “Tiene que ser un gobierno que no prometa lo que no puede cumplir”, dijo, dando cuenta de esa nueva cuota de realidad política.
Un muestra de ello se dio el martes, cuando se conoció el equipo de educación, compuesto por el senador Andrés Allamand (RN), el diputado Jaime Bellolio (UDI); el director de Avanza Chile, Gonzalo Blumel, y el de Acción Educar, Raúl Figueroa; la investigadora del CEP Sylvia Eyzaguirre; el consejero general de Republicanos, Julio Isamit, y la presidenta de la Confederación de Padres y Apoderados (Confepa), Erika Muñoz. A ellos se les sumará el ex ministro Harald Beyer y el ex subsecretario Fernando Rojas. Esa conjunción entre experiencia política y técnica, mundo civil, años y juventud, se replicará en cada uno de los equipos que se darán a conocer próximamente. “El desafío es integrar caras nuevas y caras viejas, y sobre todo mostrar personas dispuestas a estar, por primera vez, en la primera línea”, cuenta otra persona que conoce el engranaje que —enfatizan— se encuentra en desarrollo.
Círculos concéntricos
El equipo político que apoyará la campaña piñerista funcionará en torno a círculos concéntricos. En el centro está el ex ministro Andrés Chadwick, a quien Piñera sindicó el lunes como el jefe del consejo político de su campaña. Lo acompañará la ex vocera Cecilia Pérez. Ambos forman parte del núcleo duro, el comité ejecutivo que comenzó a reunirse el lunes y lo hará varias veces a la semana, también integrado por el propio Piñera, el director de la Fundación Avanza Chile, Gonzalo Blumel, y los senadores Alberto Espina (RN) y Juan Antonio Coloma (UDI).
En un segundo círculo se situará el comité político ampliado, en el que además participarán los presidentes de partido y secretarios generales de Chile Vamos, los líderes de las bancadas de diputados y senadores, alcaldes e independientes. En un tercer círculo funcionará el comité de coordinación político-legislativo, al que se sumará a parlamentarios de Chile Vamos.
De forma paralela, en cada región se constituirá un consejo ciudadano. En todas estas instancias serán incorporados los partidos activamente, lo que para gran parte de la coalición de Piñera demuestra que el ex presidente tomó nota del reclamo permanente de RN y la UDI durante su gobierno por un mayor protagonismo.
El esquema programático
El comité programático, en tanto, constará de cinco macrocoordinadores —entre los que se cuentan económico, social, educación e infraestructura— y 15 voceros temáticos. Ahí se integrarán los encargados de los partidos, como los senadores Ena von Baer (UDI) yAlberto Espina (RN). Este grupo no tendrá, como en 2009, un nombre propio.
Su labor partirá de la base de los diez grupos que, a fines del año pasado, se formaron al alero de la Fundación Avanza Chile. Estos se reunían de forma más o menos periódica en las instalaciones ubicadas en Apoquindo 3000. En el entorno de Piñera afirman que unas cien personas participaron del proceso en el que se realizó un diagnóstico y un bosquejo de propuestas en temas como modernización del Estado, economía, educación e innovación, entre otros. Con Piñera ya proclamado por los partidos de Chile Vamos, el trabajo programático entrará a una etapa política, para lo cual se decidió incorporar a parlamentarios y partidos en su elaboración.
Gonzalo Blumel es la figura clave en este tema. Ingeniero civil y máster en Economía de la Universidad de Birmingham, ofició de organizador de los grupos que trabajaron de forma preliminar. De 39 años, es considerado el delfín del ex ministro Cristián Larroulet, quien declinó liderar la discusión programática. Blumel se ganó la confianza de Piñera cuando reemplazó a la abogada María Luisa Brahm como jefe de asesores del Segundo Piso presidencial en 2013. Una vez terminado el gobierno, fue nombrado director de la Fundación Avanza Chile.
Entre quienes participarán se encuentran los ex ministros Loreto Silva, Hernán de Solminihac, Allamand, Beyer; y ex subsecretarios y colaboradores de gobierno, como Lucas Palacios, Juan Carlos Jobet, Sebastián Soto, Alvaro Cruzat, Rodrigo Ubilla, Soledad Arellano, Alejandra Candia, Francisco López, Juan Francisco Galli y Susana Jiménez.
A ellos se suma el equipo económico dado a conocer la semana pasada: lo integran los ex ministros Felipe Larraín y Juan Andrés Fontaine, y los economistas Klaus Schmidt-Hebbel y José Ramón Valente. A ellos se sumaría el ex consejero del Banco Central Rodrigo Vergara.
En las intervenciones públicas que ha tenido desde su proclamación, Piñera destacó dos áreas: tributaria y educación, enfocadas en corregir las reformas de Bachelet. Respecto de la primera, dijo que pretende volver a un sistema integrado, diferenciando los ingresos dedicados al consumo y los dedicados a la inversión. Según afirman en el círculo del ex mandatario, Valente estaría tras la discusión impositiva: ya se le encargó hacer un levantamiento de información sobre el tema.
Otro tópico que, aseguran, será prioritario es el de la modernización del Estado, en el que tanto Larroulet como el ex contralor Ramiro Mendoza serán las cabezas.
El tema previsional también estará entre los más relevantes: en eso, se pretende reflotar las medidas planteadas en el ‘Libro blanco de las pensiones’ que dejó Piñera a Bachelet en 2014. Varios apuestan a que Cecilia Morel tendrá un rol en el equipo que tratará esta temática.
El sello de los partidos
En la UDI quedó marcado a fuego el gesto que hizo Piñera en su consejo general del 24 de marzo. Levantó el cuadernillo de propuestas que el partido le entregó momentos antes y se comprometió a incorporarlo en un eventual gobierno. La senadora Ena von Baer, quien estuvo a cargo del trabajo programático, afirma que la UDI “tiene que estar en los equipos de trabajo. Le vamos a cobrar ese compromiso”.
El planteamiento de la tienda parte de una autocrítica a la centroderecha. “No nos dimos cuenta de que la sociedad chilena cambió porque el país creció fuerte y rápido. La lectura de la ‘retroexcavadora’ que hizo la izquierda fue errónea. Defendemos el desarrollo del modelo chileno, pero hay que dar el siguiente paso: continuar hacia el desarrollo del bien común. Transformar el crecimiento económico en calidad de vida”, dice Von Baer.
Por parte de RN, en tanto, aplauden el hecho de que Piñera haya incorporado el concepto de “solidaridad” a la tríada libertad, justicia, progreso que mencionó en el lanzamiento de campaña en Quinta Normal. Según explica el senador Alberto Espina, quien lideró el trabajo programático de ese partido, es este el sello que buscará darle la tienda al programa de Piñera.
“En un país solidario se sabe que no hay libertad, justicia y progreso si a unos pocos les va muy bien y a muchos les va mal. Este es el sello, el ADN de nuestro programa”, afirma.