Días frenéticos. Intensas reuniones en sedes de partidos y hoteles capitalinos de los altos dirigentes de la hasta ahora Nueva Mayoría. Este es el ambiente que rodea las últimas horas dentro del conglomerado. Todo por encontrar un salvavidas a un estado terminal, que se coronó con la retirada de Ricardo Lagos de la carrera presidencial. Para muchos, eso fue el fin de la transición chilena. Pero “la vida continúa”, como dijo el ex mandatario, y por un camino pedregoso. El nuevo escenario despertó el apetito de la DC, cuya candidata anunció que quiere llegar directo a primera vuelta, mientras desde el PRSD defienden las primarias y anuncian las penas del infierno en caso de que eso no ocurra. Salga la fórmula que salga, lo que ya es claro es que nadie apuesta a que después de la elección de noviembre la coalición sea la misma.
El empoderamiento de Guillier
El lunes pasado, tras la salida del tradicional comité político de La Moneda, al menos dos presidentes de partido esbozaron el siguiente concepto: puede haber una primaria o también puede ser un acuerdo para elegir al abanderado final de la coalición. Quien más énfasis colocó a la idea fue el presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco. “Reiteramos nuestra voluntad de la unidad, hacemos un llamado a establecer un liderazgo único que ojalá surja de primarias o de un acuerdo, pero que establezca una cohesión de la centroizquierda, un programa común y una fórmula parlamentaria con eficacia electoral”, dijo.
Los dichos del timonel radical apuntan a la estrategia que ya están elaborando los partidos (PRSD-PS) que hasta ahora apoyan al senador Alejandro Guillier, y que se orienta a forzar una caída de la candidata DC, Carolina Goic, y que hasta el lunes se mantenía como una estrategia reservada, pero que el propio Guillier hizo pública cuando dijo que la opción presidencial de la senadora era una forma de “presionar y arreglarse a último minuto”. Dichos que cayeron como la madre de todas las bombas en la falange, pues derechamente hablaba de un “arreglín”.
Pero lo cierto es que dentro del PRSD la idea de que Goic se baje antes de la primera vuelta es algo que está sobre la mesa, según comentan varias fuentes. Ello, debido a que apuestan a que la senadora por Magallanes se estancará en las encuestas, dejando el camino despejado al senador. “Finalmente Guillier es el que marca y seguirá marcando y Goic no tiene espacio para subir”, comenta un cercano al candidato.
De mantenerse el viento de las encuestas a su favor, Guillier tendría mayor peso para negociar con la DC, en un escenario en que su candidata simplemente no prenda en la ciudadanía. Y allí entraría, también, el tema de los cupos parlamentarios. En ese escenario, Guillier se podría transformar en una suerte de “seguro” , afirman, para repartir las opciones, sacrificando en algunas zonas al PRSD, pero atrayendo a la DC con más candidatos al Parlamento —ya sea con una o dos listas o pactos por omisión— a cambio de lograr su apoyo en la contienda electoral, y centrando el foco en un solo enemigo: Sebastián Piñera.
Todos estos supuestos y complejos escenarios están abiertos, incluyendo la realización de primarias, con o sin Goic, asunto que la DC resolverá en su próxima junta nacional del 29 de abril. Es más: incluso en la NN se habla de algún tapado que puede emerger procurando forzar la elección, ya sea del PC (una opción es la dirigenta de la CUT Bárbara Figueroa), o del PPD (Guido Girardi). También, hay algunas tesis más extrañas que mencionan a alguien de “afuera”: Marco Enríquez-Ominami.
Tras la caída de su candidato, el PPD está hoy en intensas conversaciones con los demás partidos, para analizar su nueva preferencia. Todos los caminos apuntan a que proclamarán a Guillier.
Dentro del naciente comando de Guillier, aseguran, también que poco asusta la figura de Beatriz Sánchez. La miran con detención, pero sin alarma. De hecho, pese a que aún no está del todo definido el rumbo que tomará la campaña con o sin primarias, el consenso es que esta debe apuntar hacia cambios reformadores, pero con una mirada de centro. Algo que aún, eso sí, no está claro dentro de su equipo y sigue siendo materia de discusión.
Mientras tanto, Guillier sigue recorriendo Chile en sus diálogos ciudadanos, intentando marcar la agenda con un tema o idea fuerza a la semana. El último fue una propuesta en materia energética. Se mantiene con la esperanza aún de la primaria, que quería hacer para llegar con una victoria a cuestas a noviembre. Y en el PR aún no pierden la fe. “Creemos aún que es muy importante celebrar primarias que es el derecho de la ciudadanía por escoger el mejor, o la mejor candidato. Esperamos la madurez y sensatez de la DC, estamos ciertos y claros que ellos son un aporte para la coalición y esto no va a ser la excepción”, comentó el secretario general radical, Osvaldo Correa.
Guillier se siente más empoderado ahora que tiene a su favor el apoyo de un grande, el PS. De hecho, el respaldo del presidente socialista, Álvaro Elizalde, a la crítica que Velasco realizó a Goic (al asegurar que la DC quiere “chicha y chancho” en el tema presidencial y parlamentario”), cayó bien como símbolo del apoyo al senador independiente.
La encrucijada DC
“Yo creo más en una coalición de centroizquierda 2.0 que en una Nueva Mayoría tal cual como está”. Las palabras de Goic recogidas por El Mercurio en enero pasado están más vivas que nunca en la DC.
Los magros resultados del oficialismo en la elección municipal de 2016 sumados al impasse que se produjo tras la prohibición a Mariana Aylwin de ingresar a Cuba —y el enfrentamiento que ello conllevó con el PC— terminaron por cimentar la idea de empujar una nueva alianza política. Entre las filas DC se reclama la falta de injerencia del partido en la definición de las políticas del gobierno de Bachelet, además del “giro a la izquierda” del conglomerado.
Por ello, la actitud mayoritaria —dicen en su directiva— es revisionista respecto del pacto de gobierno y su proyección. Junto con ello, en enero la nueva dirigencia encabezada por Goic planteó dos puntos que concitan el apoyo de gran parte de la militancia: no apostar por el camino propio y seguir en una alianza de centroizquierda.
¿El meollo del asunto? Las profundas discrepancias con el PC. “Tenemos que formar una nueva coalición tomando en cuenta que la Nueva Mayoría tiene un 8% de respaldo, con un discurso no antiempresarial y más procrecimiento”, asegura el diputado Matías Walker. “Para avanzar en una alianza de centroizquierda hay que avanzar en un acuerdo político y programático, con una fuerza legislativa que esté de acuerdo en ese programa. Esto debería expresarse, por ejemplo, en la adhesión a la declaración universal de los DD.HH.”, plantea el jefe de campaña de Goic, el ex ministro Pablo Badenier.
Esta sensación de estar fuera del eje del poder sustenta la postura que con el tiempo ha tomado la propia Goic, que la llevó a plantear que está por ir directamente a una primera vuelta presidencial, y saltarse las primarias que la medirían con Guillier.
Tras una actitud zigzagueante —a principios de año planteó que iría a primarias—, la decisión estratégica sobre llegar a una primera vuelta, que será zanjada en la Junta , abrió un foco de discusión dentro del partido. De hecho, en el consejo nacional realizado el lunes se vivió un duro debate sobre este tema.
El senador Jorge Pizarro y los diputados Aldo Cornejo y Víctor Torres ya manifestaron que están por ir a primarias compitiendo con Guillier. El riesgo, dicen, es quedar fuera del pacto. “Se va a conformar igual una coalición política de centroizquierda sin nosotros”, advirtió Pizarro. Ello también está cruzado por los intereses de los congresistas, quienes temen ver amenazada su reelección de entorpecerse la negociación parlamentaria con los demás partidos en caso de optar por una primera vuelta. Además del riesgo de sacrificar votos si es que Goic sigue marcando un dígito en las encuestas, como ha sido hasta ahora.
La DC funda su posición en números: pese a la baja votación en la municipal 2016, se mantuvo como el partido más grande de la Nueva Mayoría, y es el que más representantes tiene en el Congreso.
Sin embargo, los parlamentarios no tienen derecho a voto en la Junta del 29 de abril. Y quienes están por ir a una primera vuelta afirman que ello no conlleva necesariamente una dificultad en la negociación parlamentaria. Lo que hay que ver, dicen, es qué tan separadas están las cuerdas de la candidatura presidencial y la lista de congresistas. “Perfectamente puede haber dos listas y un pacto de apoyo recíproco en la segunda vuelta. No hay que caer en pánico”, afirma Walker. Esta semana, el PPD se manifestó abierto a ir en dos listas, debido a la dificultad de integrar a todos los candidatos oficialistas en una sola nómina, lo que se agrava aún más con la obligación de cumplir con un 40% de postulantes mujeres.
Quienes están con Goic temen cerrar ya una primaria —en la que probablemente Guillier ganará— por dos razones. Primero, porque sería una contienda de cuatro partidos contra uno, lo que los dejaría en una débil posición negociadora. Segundo, porque, como lo plantea un ex secretario nacional de la tienda, “¿qué pasa si de aquí a agosto los números de Guillier se empiezan a parecer a los de Beatriz Sánchez?”. En una primera vuelta, agrega, “un porcentaje de la DC vale más caro que en una primaria. Ahí, un 10% de la DC pasa a ser fundamental, y tienes más peso programático”.
El desafío para Goic, entonces, es empezar a crecer. Mostrar que hay una campaña activa, aún cuando sus contrincantes señalen que este “guapeo” de la DC es sólo un medio para negociar mejor, como lo dijo Guillier el lunes. En esta línea, la senadora comenzará a plantear ejes programáticos que incluso marcarán diferencias con el gobierno de Bachelet. Así lo hará, por ejemplo, con el caso de TVN: la parlamentaria se mostrará contraria a la inyección de U$70 millones al canal, proponiendo destinar esos montos a medios regionales. El resto de su programa debería ser aprobado en la Junta del 29 de abril. “Queremos recuperar el sentido común”, afirma un miembro de su comando, quien añade que el foco serán aquellas personas que alguna vez votaron por la DC desde 1990, pero que dejaron de hacerlo por haber girado a la izquierda. Una agenda más ciudadana que política.
En el intertanto, en la NM no pocos apuestan a que Goic no llegará a la primera vuelta. Se verá forzada a declinar antespor su mal desempeño en las encuestas.
Pero un ex dirigente de la mesa advierte: “Si este año perdemos contra Piñera, ¿a título de qué vamos a mantener la situación actual? Perder con Guillier no deja una proyección. No veo que el futuro de la coalición se juegue. Si gana Piñera, la coalición se acabó”.
Con todo, y en medio de todas estas últimas reuniones, también se discute algo no menor: de prosperar la existencia del conglomerado, éste debería cambiar el nombre. De hecho un dirigente PR propuso hace un tiempo el del Frente Amplio. Pero alguien ya se les adelantó. La Nueva Mayoría vive momentos de incertidumbre, con negociaciones en donde más de algún herido caerá, con cicatrices que pueden ser difíciles de borrar.