En la mesa de comedor de su casa ubicada en la calle Alonso de Camargo, en Las Condes, Osvaldo Rosales (64) acumula una pila de documentos, fotocopias y libros. Las hojas están esparcidas sobre la mesa. La escena es más la de un estudiante universitario preparando un examen final, que la del recién nombrado jefe programático de la candidatura del senador Alejandro Guillier. Rosales se la pasa 24/7 estudiando los insumos que le llegan. Todo lo recibe en su casa o en su mail personal. Allí debe funcionar por ahora y mientras no se instale el comando oficial, no hay sede física del guillierismo hasta nuevo aviso.
El economista concentra la tarea de generar el programa de gobierno que el candidato independiente presentará al país, aún sin fecha clara. Un esquivo programa que antes deberá pasar el filtro de los partidos que apoyan al candidato dentro de la Nueva Mayoría.
“No se puede gobernar sin partidos, eso es super obvio y a quienes nos lo recuerdan por la prensa les digo: no es necesario que nos recuerden eso, lo tenemos clarísimo”.
Cuando a principios de abril Guillier llamó a Rosales para que asumiera como coordinador, este lo dudó. Su cabeza estaba en otras cosas, como lograr comprar la mayor cantidad de abonos para la temporada de conciertos en el Teatro Municipal. Había jubilado a fines del 2015 de la Cepal y soñaba con ocupar su tiempo de ocio que jamás antes tuvo. Sin embargo, el proyecto de Guillier lo terminó de convencer y está seguro que no lo aburrirá.
De su boca salen palabras como innovación, tecnología, Big data, robotización, cambio climático y desarrollo sustentable. Todos, términos que el dimitido candidato Ricardo Lagos anunciaba incluir si llegaba a la presidencia. Guillier recoge las mismas ideas, que aunque no son las más populares ni llamativas, lo mueven por completo. Y son las mismas que sedujeron a Rosales. De hecho, para este ex militante PPD y ex asesor económico de los gobiernos de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Lagos, las propuestas de Guillier recogen gran parte de los insumos dejados por el ex presidente tras su fallida candidatura.
—Es importante incorporar las propuestas del ex presidente Lagos que son valorables, oportunas, estratégicas y que claramente las compartimos. Estas ideas tienen que ser capturadas por la gente en una propuesta política y social que permita romper esa brecha que existe entre la ciudadanía y el sistema político—dice.
El trabajo de Rosales no ha sido fácil. De hecho, comenta que hubo que frenar la exposición de ideas programáticas que estaba planeada hacer una por semana —la primera era en energía—, para esperar a los partidos . Hoy la candidatura de Guillier tiene que lidiar con su estatus de independiente, pero ahora con más fuerza con los partidos que lo apoyan.
— ¿Qué tan importante serán los partidos que apoyan a Guillier en la elaboración final del programa?
—Hay insumos que ya existían de parte de un grupo importante de independientes que siguen aportando muchas cifras, datos y puntos de vista. Esto demuestra que la candidatura de Guillier está calando hondo en una ciudadanía que se siente expresada por un independiente que podría llegar a La Moneda. Alejandro Guillier es un independiente que tiene muy claro que la gobernabilidad requiere apoyarse en una mayoría social y política y contar con el respaldo de los partidos. No se puede gobernar sin partidos, eso es obvio y a quienes nos lo recuerdan por la prensa les digo que no es necesario porque lo tenemos clarísimo.
— ¿Cómo ha sido la relación con los partidos políticos cuando existe tensión en la Nueva Mayoría?
—Nosotros tenemos un profundo respeto por la unidad de la centroizquierda. Estamos convencidos de que la convergencia entre el humanismo cristiano y el socialismo hizo posible darle los mejores años a Chile en materia económica, social y hasta política. Esa estrategia dio espacio a la reconstrucción de la democracia. La transición a lo mejor ha sido demasiada larga y ahora es necesario adecuarla a los tiempos, y eso es lo que esta candidatura está planteando.
—Pero, ¿afecta en la construcción del programa nuevas pugnas o malos entendidos diarios con los partidos? Esta semana hubo problemas con el PPD.
—Cuando uno tiene la convicción de que ese espacio de centroizquierda es el único que está posibilitando de construir ese Chile mejor, no nos afecta. Uno trabajaría mejor en otro clima, pero la mística y la convicción son insuperables.
—La estrategia era comenzar a hacer pública una propuesta por semana; sin embargo, eso se frenó. ¿Por qué?
—Es súper sensato. Imagínese al senador en la siguiente situación: presenta sus ejes programáticos, muestra a sus equipos, con documentos listos y después de eso se suma a los partidos... ¿Cómo se van a sumar después? Hay que ser sensato para entender que acá hay algo sustantivo, hay un tema formal. En lo sustantivo hay que generar un cuerpo de ideas que sea consistente con el conjunto de prioridades que cada uno de los partidos tienen y esa es tarea del candidato en definir esa consistencia global y entregarles esa propuesta final a los partidos que lo apoyan. Y después hay algo formal; usted sabe que acá hay que hacer cariño, sin cariño las cosas no funcionan, por lo tanto, había que esperar y no presentar el programa y decirles a los partidos firmen acá y allá. Eso ha retardado la gestación del programa.
—El escenario actual es el siguiente: una candidatura más de izquierda (Frente Amplio), una más de centro (DC) y una más a la derecha (Chile Vamos) ¿A qué electorado debería apuntar el programa del senador?
— Es equivocada esa pregunta. En el sentido de que está hecha con el formato típico del siglo XX. Esta distinción derecha-izquierda estamos convencidos de que no era pertinente para abordar estos temas ahora. La ciudadanía es bastante sabia y perspicaz. Lo que está buscando es cuál es el tipo de propuesta que más recoge sus inquietudes, que más compatibiliza con sus sueños. Esto, en un contexto donde la gente percibe que existe la complejidad de la globalización por el cambio tecnológico.
Algunas definiciones
Cuando se le pregunta sobre definiciones específicas, Rosales da algunas pistas. Así, mientras se diseña la estrategia sobre cómo logrará congeniar en una sola gran masa de ideas el lado ciudadano independiente, con el lado NM de partidos clásicos, el economista habla del tema tributario: no postularán bajar impuestos. Para él los sistemas tributarios no son ascensores; pero estima que se debe simplificar un sistema que muy pocos entienden.
—Desde un punto de vista tributario, lo que a uno le enseñan en los cursos básicos es que un sistema tiene que cumplir con tres características: justo, eficiente y simple. El que más tiene , pague más, que no afecte al comercio, que no afecte el crecimiento, y que sea simple. Nuestro sistema tributario ¿cumple con aquello? Lo que nos dicen las cifras es que Chile tiene una de las estructuras distributivas más regresivas de la OCDE, y que la política tributaria no la altera. Por lo tanto, hay que avanzar. Si me preguntas si eso va a ser en el día uno del gobierno, digo que no. Lo que hay que hacer ahora es conocer los resultados de la operación renta, y ahí ver qué simplificar—adelanta.
Mientras en las sedes partidarias los dirigentes de la NM se sacan los ojos en intensas reuniones para consensuar las listas parlamentarias (resaca provocada tras la huida de la DC de las primarias), Rosales sigue pensando en cómo darle estructura al programa, tratando de hacerles “añuñucos” a los partidos y dejar los menos heridos posible en el camino. Esa es su misión: intentar hacer vista gorda a lo que él denomina “chimullina” política. Quiere mantenerse al margen y pensar sólo en las ideas.