Theresa May no lo logró. Al conseguir 318 escaños y no los 326 que buscaban, no pudo obtener la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes. Los laboristas, primeros de la oposición británica y liderados por Jeremy Corbyn, obtuvieron 261 escaños en estas elecciones. Antes de estos comicios, contaban con 229 puestos en el último Parlamento.
La líder conservadora apostaba, con estas nuevas elecciones, a consolidar su poder. Sin embargo, los resultados que se dieron a conocer terminaron por debilitar su liderazgo.
El objetivo de May siempre fue aumentar la mayoría para tener un mandate firma y estable, especialmente en el contexto de las negociaciones sobre el Brexit, que contempla la salita de Reino Unido de la Unión Europea. Pero las últimas elecciones dejaron un Parlamento fragmentado y con altas incertidumbres.