La tesis está rondando hace casi un mes, pero sólo se reveló públicamente un par de semanas atrás.
Un planteamiento que comenzó como una idea remota, pero que tras los auspiciosos resultados de la primaria presidencial del 2 de julio comenzó a tomar forma. Sebastián Piñera —era la idea central de la tesis— podría ganar en primera vuelta.
El primero fue el senador Andrés Allamand, quien el 11 de junio afirmó en el programa Estado Nacional, de TVN, que “si Carolina Goic bajara su candidatura, me atrevería a decir que Piñera gana en primera vuelta”.
“Me parece fantástico que se discuta si podemos o no ganar en la primera vuelta”, afirmó el ex ministro Pablo Longueira hace un par de semanas.
Tras los comicios de principios de mes, también la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, se hizo eco de esta idea en una entrevista en La Tercera. “La primaria demostró la posibilidad de que Piñera gane en primera vuelta; es difícil, pero ese debería ser nuestro desafío”.
Días después, en la bancada gremialista se discutieron las declaraciones de la senadora. “Estuvimos todos de acuerdo en que plantear eso no tenía mucho sustento. Entiendo que su ánimo es motivar a ganar, pero la verdad es que alienta a la izquierda y desalienta a los nuestros”, manifiesta un diputado de la tienda.
Aun cuando hay algunos en la UDI que afirman que la expresión respondió a un análisis personal de Van Rysselberghe, también un histórico del partido se refirió a esta posibilidad. Hace dos semanas, el ex ministro Pablo Longueira manifestó que es positivo crear un ambiente de triunfo. Lo hizo en uno de los tantos grupos de WhatsApp que tiene junto con militantes, diputados, senadores e históricos del partido, a partir de la pregunta de uno de ellos. “Me parece fantástico que se discuta si podemos o no ganar en la primera vuelta”, afirmó el ex senador, conocido por sus minuciosos análisis políticos. “Es extraordinario que eso se instale, va generando sentido de responsabilidad de que hay que ir a votar”. Agregó que “si no lo logras, te dejará sobre el 45% (de los votos) y generará, por la dispersión de los otros (candidatos), una tremenda sensación de triunfo en la segunda (vuelta)”.
Finalmente, escribió que trabajar para evitar el balotaje —como plantearon miembros de la mesa UDI esta semana— “tiene relato, meta, sentido, misión, energía, compromiso de trabajo, ahorro para el país, y elegimos de inmediato al mejor”.
Esto dista del discurso del candidato. La semana pasada, en Valparaíso, el propio ex presidente pidió no insistir en esta tesis. En una comida que sostuvo en el piso 15 del Congreso con parlamentarios UDI y RN, Piñera pidió no caer en triunfalismos y evitar poner sobre la mesa la expectativa de un eventual triunfo en primera vuelta. Aun cuando señaló que los números son favorables a su opción, estos todavía no afirman un escenario de esa naturaleza. En la conversación, el ex mandatario afirmó que, llevando los datos de sus sondeos propios a base 100, estaría superando el 40% de las preferencias, y que cualquiera de sus contendores que llegue segundo estaría bajo el 30%.
El nuevo flanco
A estas alturas, el manejo de las expectativas se ha vuelto un nuevo flanco para la candidatura de Piñera. Ya antes de la primaria, Cecilia Morel salió, en esa línea, a advertir que “nunca una elección es carrera corrida”. Liderando hace meses las encuestas, la victoria que logró en los comicios de principios de mes representó un fuerte envión para Chile Vamos. A ello se suma la suerte de inmovilismo que se ha apoderado de la campaña de su más probable rival, el senador Alejandro Guillier, y los duros momentos por los que pasa la opción de la DC Carolina Goic, entrampada en la difícil negociación parlamentaria que dejó a la DC fuera de la Nueva Mayoría.
En este contexto, la sensación de victoria llegó para quedarse en la centroderecha.
Una y otra vez, el equipo más cercano al ex presidente ha planteado en las últimas semanas que no se debe caer en el triunfalismo, siguiendo precisas instrucciones de Piñera. Mantener un justo equilibrio entre un ánimo ganador, pero sin transmitir que la elección está zanjada. Un miembro del comité político del ex presidente —que pertenece al núcleo de la campaña— responde con dureza a la tesis de la primera vuelta.
“Es un error político gigante. Puedes transformar un eventual triunfo con el 44% en noviembre en una derrota”, dice. Añade, además, que “es poco probable que ocurra” y, en última instancia, asevera que “el ánimo de confianza excesiva es enemigo del éxito”.
La tarde del martes se transmitió nuevamente el mensaje en una reunión del consejo político ampliado, que reúne a los dirigentes más cercanos a Piñera, los presidentes y secretarios generales de partidos, parlamentarios y alcaldes. Otra vez, se pidió “no elevar las expectativas”, cuenta un diputado asistente.
Una y otra vez, el equipo más cercano al ex presidente ha planteado que no se debe caer en el triunfalismo, siguiendo precisas instrucciones de Piñera.
Según plantean analistas electorales, si bien encabezar las preferencias genera la sensación de “caballo ganador” y puede allegar nuevos votos, es un arma de doble filo. Un excesivo exitismo también puede llevar a que simpatizantes de una candidatura piensen que la elección está asegurada y decidan no ir a votar.
El recién nombrado director de comunicaciones de la candidatura, el abogado y columnista Gonzalo Cordero, planteó también su distancia y profundizó en el error estratégico que significa.
“Es una tontera completa. Es difícil que los números den con la cantidad de candidatos que hay”, afirmó el lunes en T13 Radio. “Desde el punto de vista estratégico, no puedo entender que la gente de Chile Vamos (sostenga esto)… Si en la primera vuelta se llega al 44% de los votos, va a ser interpretado como un fracaso”, agregó. “La derecha siempre tiene que cuidar un riesgo: la soberbia. No aparecer en actitud de suficiencia, de superioridad, porque eso es lo que la gente le reclama al discurso tradicional. Empezar a anticipar estos pronósticos tiene un dejo de menosprecio electoral a los competidores. Eso es entrar en un discurso peligroso electoralmente, que es lo contrario que tiene que hacer”, explicó Cordero.
Punto aparte es lo que significaría lograr una victoria seis meses antes de que Michelle Bachelet deje La Moneda. Un difícil posicionamiento como presidente electo en medio de un escenario legislativo activo, y con la visita del Papa Francisco incluida.
Para Roberto Izikson, gerente de Asuntos Públicos y Estudios Cuantitativos de Cadem, también es inviable hasta ahora un triunfo en primera vuelta. “Si la elección es el próximo domingo, Piñera no tiene opción de ganar. Los números son claros. Hoy bordea el 40% calculado con el voto probable y debiera ir acercándose al 50%. Si votara más gente, parecido a la cantidad que votó en 2009 (cuando ganó con poco más de tres millones y medio de votos), los datos no cambian. Y si uno distribuye la tasa de no respuesta, Piñera podría rozar los 43 puntos, pero queda a siete del 50%”.
Por otro lado, analiza, “la suma de Beatriz Sánchez y Guillier sigue siendo más alta que el porcentaje de Piñera. Es el mismo fenómeno que pasó con Frei y ME-O en 2009. Esta elección se ve muy similar, y Piñera no es mejor candidato de lo que era a estas alturas en 2009”.
Aunque Izikson plantea que no se puede descartar del todo que finalmente haya un triunfo en la primera vuelta, desde su punto de vista “es muy poco probable que crezca 6 y tantos puntos, no veo de dónde salen los cálculos”. En RN plantean, además, que “Piñera no es Bachelet. Si ella no logró ganar en primera vuelta en 2013, él no lo logrará ahora”.
Por otra parte, tampoco se conoce el comportamiento de los votantes del diputado José Antonio Kast. Según miembros de esa campaña, dos tercios de quienes se inclinan por el ex UDI votarían por Piñera, por lo que le estaría restando votos al candidato de Chile Vamos.
Las fuerzas, a la parlamentaria
En estos días, otra prioridad para Piñera es la negociación parlamentaria entre RN, la UDI, el PRI y Evópoli. En la cita del martes en la sede de Enrique Foster, el ex presidente insistió en que los partidos deben negociar sobre la base de una sola lista, y sostuvo que el ideal es que ella se resuelva la próxima semana. Incluso, en la UDI plantean que ha puesto sobre la mesa la idea de que, si los partidos no llegan pronto a acuerdo, los nudos se diriman a través de encuestas. El objetivo, dar una señal de “unidad y eficiencia” ante la Nueva Mayoría. Lo mismo planteó Piñera en sendas bilaterales que sostuvo con las mesas UDI y RN esta semana.
El tema se transformó en un dolor de cabeza, debido al cambio en las reglas del juego desde la última negociación que enfrentó a los partidos en 2013. Ya no se trata de dos, sino de cuatro tiendas que deben ponerse de acuerdo para una sola lista, en un sistema proporcional que otorga más cupos, y con la obligatoriedad de cumplir con una cuota de 40% de candidatas mujeres.
“Él sabe que debe sumar puntos en la lista parlamentaria, meter al menos 42 puntos a la lista, porque va a ser un gobierno difícil”, dice un diputado UDI que participa del comando, pues el ex mandatario “no quiere repetir el escenario de un congreso en contra, como lo fue en su gobierno”. “Piñera está dispuesto a ayudar o poner más énfasis en su campaña en aquellas zonas donde se puede ganar un parlamentario más”, añade.
Una de esas zonas es La Araucanía, donde en Chile Vamos apuestan por lograr tres de los cinco senadores que se eligen esta vez. Los datos que se manejan, aventuran en la UDI y RN, apuntan a que podrían elegirse el diputado Germán Becker y José García. El tercer cupo quedaría en manos del diputado Felipe Kast.