Tres veces al año se transforma en la cara mediática de los resultados de la encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP). Como si fuera una cadena nacional, da a conocer la foto sociológica de Chile y la evaluación de la ciudadanía respecto de los candidatos. A primera vista, se pensaría que el coordinador del programa Opinión Pública del CEP tiene sólo un rol técnico. Pero Ricardo González (32) sorprende. En estos cuatro años como gestor y también presentador de los resultados, de a poco ha logrado darle al estudio una impronta cercana. Uno de los investigadores más jóvenes del equipo, el ingeniero comercial y economista de la Universidad Católica está a cargo de producir y coordinar la encuesta más influyente del país, que desde hace 30 años da cuenta de la evolución intelectual y emocional de los chilenos.

El viernes pasado se hizo la penúltima presentación del año. Bromeó con el público y provocó la risa de los asistentes. Tanto, que quizás no se notó que la noche anterior trabajó hasta tarde en la presentación. De hecho, perdió las entradas que tenía al estadio para ver a la Roja jugar contra Paraguay en las eliminatorias. Es expresivo y habla relajado.

—Es parte de mi estilo. Hay gente a la que puede no gustarle, y está bien, pero prefiero ser fiel a mi personalidad y poner las cosas en un lenguaje cercano, reducir la tensión que genera la presentación de resultados —explica en su oficina en el CEP, en Providencia.

Incluso su familia y amigos le dicen que habla ante el público como si hablara con ellos.

Uno de sus principales referentes y quien estimuló su interés por los temas públicos durante sus primeros años universitarios fue el fallecido economista Ernesto Fontaine —uno de los primeros Chicago Boys y director de la Escuela de Administración y Economía de la UC—, con quien trabajó como ayudante. Además, fue discípulo de Vittorio Corbo. El ex presidente del Banco Central lo introdujo al CEP en 2008, primero como ayudante de investigación un cuarto de jornada. Con él formó una relación profesional y de amistad.

—Me ha ayudado como consejero en ciertos momentos difíciles de mi vida, dice.

Cuando tenía 23 años, la universidad y el Centro le consumían más de 14 horas diarias. Era el principio del camino que forjaría en el CEP.

—Siempre he trabajado mucho, me apasiona lo que hago —reconoce.

Ahí González descubrió un mundo: se acercó a otras disciplinas de las ciencias sociales relacionadas con el comportamiento humano, que podían explicar fenómenos que los indicadores económicos no podían por sí mismos.

De a poco asumió diferentes roles y proyectos, hasta que se quedó en la institución. Introducirse al mundo de las encuestas y de la opinión pública fue un proceso gradual y autodidacta, que despertó intereses que no sabía que tenía.

—No soy un tipo planificado, voy viendo cómo se van dando las cosas, cómo van evolucionando, cuáles son las oportunidades que surgen. Si hay algo de mi interés, profundizo en eso —dice.

En 2013, el actual director del CEP, Harald Beyer, le pidió hacerse cargo de la encuesta.

—En este cargo debes de estar constantemente informado....

—Probablemente leo los diarios y las revistas más de lo que quisiera, es parte del trabajo —dice riéndose. Reconoce que siempre fue mateo y que le gusta mucho leer.

Además de la prensa, se da el tiempo todos los días de leer otras cosas, como libros con un enfoque antropológico. Su pasión es aprender.