Eran las 20:00 horas y por la puerta central del Hotel Fundador salían entre cánticos y aplausos el jefe de campaña del candidato de la Fuerza de la Mayoría Alejandro Guillier, Osvaldo Correa, y su jefe de comunicaciones, Juan Andrés Lagos. Entre abrazos y risas se transparentaba la completa satisfacción por los resultados, que dejaban a Sebastián Piñera con un 36%, seguido del senador con un 22%. A esa hora el comando ya había tomado una decisión: se levantaría un escenario por calle Serrano mirando hacia la Alameda para la celebración. Había motivos para festejar o, al menos, para estar optimistas con el futuro.
Más que el resultado de Guillier, la baja votación de Piñera era la fuente del optimismo que se reflejaba en el equipo del senador. Con esos números ahora se abría una posibilidad real de ganar la segunda vuelta, cuestión que hasta antes de la noche de ayer no estaba clara. Los números eran remontables. Pero, sin duda, el elemento que más causó sorpresa fue la alta votación de Beatriz Sánchez y el Frente Amplio. El primer análisis de un dirigente oficialista era que ahora sí o sí se debía ir a buscar a ese mundo y no a otro. El Frente Amplio era la llave.
De inmediato algunos recordaban las elecciones de 2009 y cómo Eduardo Frei no fue capaz de capturar el 20% obtenido por Marco Enríquez-Ominami en primera vuelta. Esta vez ese error no se podía cometer. Pero nada será fácil, Sánchez —a diferencia de MEO en 2009— está cobijada por una bancada parlamentaria de 20 diputados y 1 senador, por lo que cualquier acuerdo está sujeto a un conglomerado con densidad política, algo que el PRO nunca logró. La tarea será compleja para seducir a ese mundo, pero es casi la única alternativa que tiene Guillier para ganar el balotaje. Y así lo expresó el presidente del PC, Guillermo Teillier.
—Es importante llegar a un acuerdo con el Frente Amplio y con todas las fuerzas de centroizquierda, pero hay que reconocer que el Frente Amplio tiene una gran responsabilidad en este minuto— dijo a QP el reelecto diputado.
Con respecto a la debacle de la Democracia Cristiana en el entorno del senador estiman que, si bien el partido puede sufrir un cisma, finalmente la mayoría se sumará en segunda vuelta a la campaña del periodista, y sin grandes condiciones debido a la debilidad con que quedó la falange luego de sus magros resultados electorales. No pueden poner muchas trabas, comentó un miembro del comando.
Con todo ese escenario —que casi nadie esperaba —el senador tuvo una serie de reuniones previas en el vecino Hotel San Francisco (lugar donde en un principio se iba a armar el comando) para preparar el discurso que daría al país. Había que hacer varios ajustes, los resultados eran imprevistos. Junto a su grupo más cercano de asesores, Guillier optó por un discurso breve, pero con una idea clara: la unidad del mundo progresista. Sus palabras seguían la línea de lo expresado por el ex presidente Ricardo Lagos, quien mediante un video hizo un llamado a “generar un programa progresista y amplio para enfrentar al adversario de la derecha”. Era, también, el gesto que Guillier esperaba del ex mandatario, que se demoró, pero que finalmente llegó.
—Tengo la convicción de que hoy triunfó el futuro y no el pasado, pero necesitamos propuestas que en la segunda vuelta nos agrupen a todos—fueron las palabras del senador.
Con todo, el tiempo corre y ahora nace una nueva campaña, en la cual Guillier deberá liderar un, quizás, histórico proceso de renovación de la centroizquierda. Este lunes tendrá una primera reunión con los presidentes de los partidos que lo apoyaron a la espera de la decisión que tome la Democracia Cristiana. Y ya comenzarán a trazar la estrategia con la cual esperan acercarse al mundo frenteamplista. La campaña entra a una etapa de análisis, como explicó Osvaldo Correa:
—Hay que hacer un análisis de lo que pasó. Quedó demostrado que las encuestas se equivocaron sistemáticamente, y no sólo eso, quedó demostrado que lo que esperaba la derecha no se cumplió. Hoy día Alejandro Guillier tuvo un triunfo electoral y la suma de la votación y del mundo progresista sin duda puede ayudar para alcanzar la presidencia sumando todas las voluntades posibles. Ganar las elecciones pasa por nosotros —dijo.
La Moneda en acción
Quienes también entraron de lleno al ruedo fueron los miembros del gobierno de Michelle Bachelet. Doce ministros acompañaron al senador en su discurso. La Moneda se había alejado ante la incomodidad de tener dos candidatos. Vendrán semanas intensas en el Congreso con la discusión de proyectos de ley que podrían “sacar al pizarrón” a Piñera. El ministro Secretario General de la Presidencia, Gabriel de La Fuente, adelantó a QP las leyes que se discutiráne:
—En estas semanas tenemos la ley de presupuestos, que es muy importante sacar adelante porque tiene compromisos de continuidad con aquellas cuestiones que son centrales para el programa de gobierno, como es educación y gratuidad, salud e infraestructura para el desarrollo. Vienen más semanas legislativas, donde pretendemos sacar adelante proyectos muy significativos para nosotros y la ciudadanía, como son pensiones, universidades estatales, regulación de educación superior y gratuidad y matrimonio igualitario—. El secretario de Estado también apuntó a la necesidad de un acuerdo de la centroizquierda.
—Es una tarea que tienen que hacer los comandos, los partidos que sostienen la candidatura de Guillier con el resto de las candidaturas de centroizquierda. Nosotros (el gobierno) tenemos que seguir adelante con nuestro programa que entendemos que son las transformaciones que promueven y pueden dar sustento al acuerdo programático que se logre— dijo el ministro, agregando que esperan con tranquilidad la definición de la DC para sumarse a la campaña de segunda vuelta.
El análisis que predominó ayer en el comando de Guillier es que la elección se abrió completamente y que las opciones de triunfo pasan por la unidad del progresismo bajo la figura del periodista. Su campaña deberá analizar a qué mundo se le pretende hablar y todo indica que ese mundo está más en el Frente Amplio. Las elecciones de este domingo generan un nuevo mapa político, único desde el retorno a la democracia. Y el tiempo corre: sólo falta un mes para intentar descifrar a ese votante que transitó desde la Nueva Mayoría al FA y que Guillier deberá encontrar para arrebatarle a Piñera lo que hasta ayer parecía un claro triunfo.