Por Alejandro Alaluf Noviembre 17, 2011

No fue hace mucho que el disco compacto llegó a nuestra vida cotidiana. Lanzado en 1982 -pero masificado mucho después- este medio de almacenamiento y reproducción, que superaba ampliamente a otros formatos,  fue sinónimo de futuro, rapidez e incluso mejor calidad de vida. Pero las cosas han cambiado, y si a alguien le quedaban dudas sobre su inminente final, la noticia de que los mayores  sellos discográficos abandonarán el formato a finales de 2012 dejó las cosas claras. En rigor, las compañías sólo se tomarán la molestia de editar CDs como parte de ediciones limitadas de artistas obviamente seleccionados.

 Acá tenemos otro de los legados de Steve Jobs: que las nuevas generaciones -y la industria- se hayan acostumbrado al formato digital -virtual, descargable, binario- en vez de a objetos físicos. Ahora, lo anterior no quiere decir que el CD desaparezca por completo. Irónicamente, Amazon.com sigue siendo el mayor vendedor de discos físicos y otros viejos formatos, como el vinilo, que están teniendo un segundo aire, especialmente entre melómanos y coleccionistas.

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