Por Paula Molina Junio 27, 2013

"Hay adolescentes que creen que tienen cientos de amigos, cuando en realidad están muy aislados. Y la razón es que cuando escriben en Facebook que tienen un examen, alguien les responde ‘espero que te vaya bien’. Y conciben eso como amistad"

"Con las revelaciones sobre Prism hubo una diferencia considerable. Los más jóvenes, a menudo no ven ningún problema. Viven en una sociedad y una cultura exhibicionistas, donde quieres que todo el mundo sepa todo sobre ti"

Noam Chomsky camina pausadamente a través del MIT con siete piezas de sushi con palta en una bandeja de cartón y un sobre con palitos. Tiene 84 años. Es doctor en Lingüística de la Universidad de Pensilvania y profesor en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) desde 1955. Es reconocido como uno de los fundadores de la lingüística moderna, un intelectual y, más que un crítico, más bien un activista. Su influencia intelectual se aquilata en la permanente cita a su trabajo en la década de los 80, cuando fue el intelectual vivo más citado por sus pares.

Es un hombre de respuestas largas, con algunas incipientes dificultades para oír, pero que tiene una voz que se escucha más joven que su rostro. Para algunos es un provocador y en ese caso, uno que luce particularmente afable y tranquilo. En el MIT, Chomsky tiene su oficina en el Stata, el edificio de líneas quebradas e imposibles que Frank Gehry diseñó a principios de los 2000. Un edificio radical, imperfecto -al principio se llovía-, pero que es también metáfora de la creatividad y la libertad de las que se precia esta institución y que es, de alguna manera, un espacio lógico para Chomsky.

El profesor volvió a los medios norteamericanos estos días en sonoras declaraciones sobre el espionaje del gobierno norteamericano en internet -que describió como un ataque a los ciudadanos- y los lentes de Google, que consideró “orwellianos”, usando un término que ha circulado con profusión a medida que se comprende mejor el detalle y la extensión de información personal disponible en internet. Para muchos el término es un cliché; no quizás para un intelectual y un lingüista que sabe cuánto valen las palabras.

Para hablar sobre internet, Chomsky  parte un poco más atrás, y recurre al  telégrafo.

-¿Cree que internet es uno de los factores de cambio más importantes de estos días?

-Es un cambio, pero no el mayor; hubo cambios mucho mayores si uno mira el último siglo y medio. La transición entre la comunicación que permitía la navegación a vela y el telégrafo fue mucho mayor. Hace 150 años si mandabas una carta a Inglaterra, la respuesta iría por barco y podría demorar unos dos meses, quizás ni siquiera llegaría a destino. Cuando surgió el telégrafo, la comunicación se volvió prácticamente instantánea; ahora que tenemos internet es un poco más rápida.

Para Chomsky, no sólo el telégrafo fue más revolucionario que internet, también las bibliotecas y las impresoras. “La institución de las bibliotecas públicas en la mayoría de las ciudades estadounidenses, hace un siglo, generó un aumento en la disponibilidad de información y un incremento en la riqueza cultural ampliamente mayor que el de internet. Ahora no tienes que cruzar la calle para ir a la biblioteca, tienes acceso a la información en tu casa, pero la información ya estaba allí, cruzando la calle. El efecto del uso masivo de la imprenta, eso tuvo un efecto sorprendente. De hecho, la impresora de escritorio ha tenido un enorme efecto en países del Tercer Mundo o en áreas más pobres”.

Chomsky no cree necesariamente en el criterio de selección de las bibliotecas, pero hace notar que “el material pasó al menos por cierto proceso de evaluación. Quizás fue un proceso equivocado, pero al menos no es totalmente azaroso. Internet es una suma de ideas azarosas y es difícil distinguir entre lo que alguien pensó mientras cruzaba la calle y lo que otro estudió en profundidad”.

-¿Y respecto de las relaciones sociales?

-Por supuesto que ha tenido impacto. En el campus, por ejemplo, uno de los impactos visibles es que los estudiantes caminan hablando por teléfono. Es una forma de contacto con otros, pero, ¿es un paso adelante o un paso hacia atrás? Yo creo que probablemente sea un paso hacia atrás.

-¿Por qué?

-Porque está separando a la gente, construyendo relaciones superficiales. En vez de hablar con las personas cara a cara, de conocerlas a través de la interacción, hay una especie de carácter casual de esta cultura en desarrollo. Conozco adolescentes que creen que tienen cientos de amigos, cuando en realidad están muy aislados. Y la razón es que cuando escriben en Facebook que mañana tienen un examen, alguien les responde “espero que te vaya bien”. Y conciben eso como amistad.

Las nociones de interacción y amistad son diferentes en internet, y críticas como las de Chomsky son habituales, pero el profesor es de quienes piensan que internet, además, estrecha y no amplía las perspectivas. Y se pregunta por el efecto del “acceso instantáneo a todo tipo de ideas, opiniones”.

-¿Eso ha ampliado nuestras perspectivas o las ha hecho más estrechas?

-Creo que ambas.  Si sabes lo que estás buscando y tienes un sentido razonable de cómo proceder, internet puede ampliar tus perspectivas. Por otro lado, si te aproximas de manera desinformada, el efecto puede ser el opuesto. Lo que se puede ver es que las personas encuentran sus sitios favoritos muy rápidamente, y los visitan porque refuerzan sus propias ideas, y se vuelven adictas a esos sitios, no miran otros. Eso tiene un efecto de autorreforzamiento; el sitio se vuelve más extremista, y tú te vuelves más extremista y te separas más de los otros.

-Pese a las críticas que usted plantea, la imagen general es de internet como una herramienta útil y valorada.

-Tienes razón, así es como internet se marketea a sí misma. Y hasta cierto nivel es cierto; puedo contactar amigos auténticos en diferentes partes del mundo, en India, en el Medio Oriente, Chile, en cualquier lugar. Y puedo interactuar con ellos de una forma que sería muy difícil por correo. Pero, por otro lado, internet también tiene el efecto opuesto. Es como cualquier tecnología: es básicamente neutra, puedes usarla en formas constructivas o dañinas. Las formas constructivas son reales, pero muy pocas.

EDUCADOS Y MALEDUCADOS

Chomsky es un pensador político y tiene la convicción de que el gobierno, particularmente el suyo en Estados Unidos, fue concebido para proteger un orden que favorece a los más ricos. En esa lógica, el principal enemigo de cualquier gobierno son sus propios ciudadanos, que podrían querer cambiar el estado de las cosas, y la tecnología es un recurso más -y uno muy poderoso- en la batalla por el control social. Uno puede pensar que Chomsky exagera, pero no tanto después de la revelación del contratista norteamericano de la Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden, quien denunció que el gobierno norteamericano posee un programa de vigilancia masivo sobre las llamadas telefónicas y el tráfico en internet (Prism).

-Las denuncias de espionaje hacen evidente, además, la cantidad de información personal que las empresas controlan en la red.

-Sólo por propósitos comerciales, Google, Amazon y el resto están coleccionando enormes cantidades de información de las personas. Es información que yo creo que no deberían tener. Rastrean tus hábitos, tus compras, tu comportamiento, y están tratando de controlarte dirigiéndote en determinadas direcciones. Así que el gobierno les está pidiendo ayuda. Nos estamos moviendo hacia un mundo que fue descrito por uno de los fundadores de Google, Eric Schmidt quien, cuando le preguntaron si la actividad de Google interfería con la privacidad, respondió: si estás haciendo algo que no quieres que termine en internet, no deberías hacerlo.

-Pero el tema de la privacidad parece muy poco relevante para los jóvenes…

-Con las revelaciones sobre Prism hubo una diferencia considerable en la actitud de la gente. Los más jóvenes,  a menudo no ven ningún problema. Viven en una sociedad y una cultura exhibicionistas, donde colocas todo en Facebook, donde quieres que todo el mundo sepa todo sobre ti. Lo que comí esta mañana, lo que estoy usando, cualquier cosa. El gobierno también sabrá todo eso.

-Quizás para una generación nueva la privacidad no es importante.

-Primero que nada no son todos, hay mucha gente joven que se dedica seriamente a hacer algo por el mundo. Hay presiones en la tecnología, en la sociedad, en las instituciones, para tratar de controlar y dominar a la gente, y volverlos hacia un estilo de vida más superficial, para evitar que “molesten”. Y eso ha sido así por siglos. Cuando se fundó el sistema de educación moderno en Estados Unidos, la educación pública fue una contribución mayor a la sociedad americana. Pero echa una mirada a lo que estaban pensando. Pensaban que tenía que haber una especie de sistema dual con una educación para la élite, que les enseñaría a ser creativos e independientes, y una educación para las masas que dirigiría a los agricultores independientes  para operar como herramientas de producción. Hay una versión moderna de eso. Toma los programas de educación de Obama y Bush: educar para las pruebas, es la forma perfecta de convertir a la gente en robots. Tener que dar una prueba, estudiar, tener un buen resultado. Educar para las pruebas es esencialmente una técnica de adoctrinamiento y control.

-Usted ha apoyado más de una vez al movimiento estudiantil chileno.

-Ése es el lado bueno: la gente está protestando. El movimiento chileno ha sido fantástico. En Quebec hubo un movimiento estudiantil que venció los intentos por aumentar el costo de las matrículas y que llamó a un proceso de reformas. Así que hay un montón de cosas que están pasando.

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