La realidad virtual se está tomando las vitrinas alrededor del mundo, pero la realidad aumentada —su prima tecnológica— no lo está haciendo nada de mal. Fuera de un par de marcas que han acentuado su uso dentro del mundo del entretenimiento, como Nintendo o Microsoft, las aplicaciones que se le han dado a la realidad aumentada (entiendo que ésta es aquella en que, a través de lentes, es posible “agregar” elementos digitales al entorno) han sido más que nada en ámbitos laborales.  En Chile ya tenemos algunos ejemplos de modelos de lentes de realidad aumentada.

Epson tiene disponible en nuestro país su modelo Moverio, que posee todos los atributos de un gadget similar, como Google Glass, pero a un precio más reducido.

El efecto es el mismo: ver nuestro entorno con información adicional generada desde una pantalla ocular conectada a la red. Los usos, en verdad, son ilimitados. Aunque en este caso, la idea de Epson es no enfocarse necesariamente en el consumidor final, sino que más bien apunta a un uso en museos, laboratorios, mineras o grandes corporaciones. Es lo que se viene. (Precio sugerido: US$ 699).