Por quepasa_admin Septiembre 19, 2009

Edgardo Boeninger fue uno de los más grandes autores y articuladores de la democracia que tenemos. Fue, también para algunos de nosotros, un amigo irreemplazable con quien compartimos 20 años en el servicio público: en el gobierno de Patricio Aylwin, después en el Senado y la Cancillería y también en el ámbito de generación de ideas y de discusión de las políticas públicas en Cieplan, el think tank que formamos hace 30 años y con el cual Edgardo colaboró activa y permanentemente.

Aprendimos de Boeninger el valor de la tolerancia y el diálogo. La necesidad permanente de una política de construir acuerdos transversales que hacen los cambios de fondo en que el país ha estado comprometido en los últimos veinte años. La necesidad de mirar hacia adelante con ambición, para construir un buen país, como una obra colectiva de la que podamos sentirnos orgullosos.

Edgardo fue un ser humano extraordinario. Extremadamente inteligente, modesto en lo personal, alegre y llano en el trato. El mejor de los amigos.  

Alejandro Foxley. Presidente Cieplan

Edgardo Boeninger II

Probablemente Edgardo Boeninger Kausel  no era perfecto, pero qué gran ser humano fue. Cuánta falta le hará a la política. Siempre buscó convencer, jamás imponer. Siempre buscó escuchar para construir acuerdos.

En estos pocos días que han transcurrido desde su muerte, muchas personas -de las mas diversas posiciones políticas- han reconocido sus méritos y aportes, con emoción y fundamento.

Pertenezco a una generación de personas que están en la política que van  desde los que empiezan a correr los primero metros de los cuatrocientos, y los que estamos en la primera curva de los quinientos metros, usando términos hípicos, una pasión desconocida de Edgardo. Esta generación se nutrió permanentemente de la inteligencia y el diálogo de Edgardo, así ocurrió en los '80, en el grupo de los 24, en el CED, en Cieplan, en su casa de calle Las Malvas y en la DC.

Edgardo, hasta sus últimos días,  siguió contribuyendo en la construcción de un mejor país. Hace menos de un mes expuso ante la Comisión  Mixta que trataba sobre la Reforma Constitucional de Calidad de la Política. Allí, con sus dolores a cuestas, expuso con rigor  y brillantez sobre la necesidad de establecer una norma constitucional perentoria que norme el trabajo de los parlamentarios, quienes sólo deberían dedicarse a dicha función y a ninguna de carácter privado, salvo la académica.

La pronta publicación de su nuevo libro dará cuenta que allí hay un virtual Programa de Gobierno. Provocará discusión y debate sobre algunas cuestiones allí contenidas: bienvenido en un momento en que el debate se ha tornado bastante  pequeño.

Boeninger en dicho libro y en su última entrevista es crítico sobre la necesidad de dictar una nueva Constitución, al menos a mí, una vez más lo que él dice me hace sentido.

Edgardo, por cierto te recordaremos, pero esencialmente te echaremos de menos.

Jorge Burgos Varela. Diputado DC

Nueva Norma de TV Digital

Por fin el gobierno escogió el estándar de TV digital más avanzado de los disponibles: el japonés ISDB. El temor a que fuese demasiado caro para Chile, el principal miedo hace poco, quedó atrás: se podrá acceder a TV digital (en versión básica) con decodificadores de alrededor de 20 mil pesos.

El problema es quién y cómo va a operar esa TV digitalizada. Pero eso no depende del estándar técnico, sino de la Ley de TV. Desgraciadamente la reforma legal que el gobierno envió al Congreso es un parche a la Ley Nº18.838, redactada cuando "televisión" equivalía a una TV abierta similar a la radio AM de los años 50: un puñado de operadores ofreciendo contenidos generalistas (que no satisfacen mucho a nadie), que dependen de la publicidad y que, además, tienen prohibido operar más de una señal por área de servicio. Pero la TV de hoy incluye al 30% de los hogares con TV paga, internet (50% de usuarios) y los celulares (90%). La TV paga ya es multicanal, digital e independiente del rating minuto a minuto, y está integrada a consorcios de telecomunicaciones con un modelo de negocio muy diferente.

En otras palabras, definir el estándar técnico es apenas un primer paso. Pero no basta. El estándar ISDB permite más canales, con imagen más nítida y captables por receptores móviles. Pero no asegura más ni mejores programas, ni que sean más entretenidos o innovadores, ni que sean chilenos quienes los elaboren con criterios de excelencia audiovisual.

Sergio Godoy Etcheverry, PhD. Profesor PUC

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