La celebración de los 60 años de la República Popular China merece algunas reflexiones. Ya nadie discute que China es la potencia económica en Asia y, a corto plazo, en el mundo. Las cuatro modernizaciones diseñadas por Deng XiaoPing han dado lugar a profundas transformaciones, que la llevan inexorablemente a ser potencia. A su poder demográfico como gran mercado, se agrega la consolidación constitucional del derecho a la propiedad privada, las modernizaciones en defensa, ciencia y tecnología, así como también las de la agricultura.
Los estudiosos discuten ahora qué modelo político seguirá China, asumiendo que en algún momento, a la apertura económica, llegará la política. Los chinos también se lo están planteando. En declaraciones, la dirigencia del Partido Comunista ha expresado que el modelo democrático occidental no es opción para ellos y que la "transición política" será a su estilo. Entender esta mentalidad es difícil para Occidente, sobre todo si se desconocen sus raíces y fundamentos filosóficos.
En los próximos años, China se debatirá entre la modernidad y la tradición. Enfrentará las brechas que se han producido entre la riqueza de las zonas costeras y la pobreza del interior; un "aggiornamiento" del partido que ahora se esfuerza por incorporar a los más jóvenes, a los empresarios y combatir la corrupción.
Un punto importante será cómo China integrará a las 56 etnias que la componen, que son su base histórica. Su integración es condición sine qua non para que China logre ser una "sociedad armoniosa" y una gran potencia.
Verónica Neghme. Instituto de Estudios del Pacífico y del Índico, UGM
Crisis en Honduras
No es casualidad que el término de "república bananera" haya sido acuñado por un humorista refiriéndose precisamente a Honduras. Si O. Henry todavía viviera, hoy tendría muchas otras cosas sobre las cuales escribir sin recurrir a la fantasía: un cowboy maniaco dispuesto a inmolarse; un dictador con la mirada ausente y un discurso barnizado con una pátina democrática en la que no cree ni él mismo; 15 familias dueñas del país escandalizadas por los comunistas que se asoman en sus pesadillas. En fin, un gran sainete bananero como no se veía hace mucho tiempo.
Sólo dos constataciones de las que quizá no se ha hablado demasiado: que el sistema internacional en la región, cuando es tensionado, hace aguas por todas partes; y, en segundo lugar, el cambio cualitativo en la intervención brasileña en el conflicto, lo que seguramente marcará la política internacional en los próximos años.
Respecto a lo primero hay poco que agregar, apenas que si bien es cierto que la institucionalidad internacional no puede hacer mucho debido a su estructura y mandato, tampoco puede ocultar que hoy se bate en la inanidad absoluta.
Respecto a Brasil, vale la pena detenerse en su nuevo papel como potencia regional. Exagerando, se podría decir que se trata de un quiebre de la ya centenaria doctrina del Barón de Río Branco, que puso a su país bajo la órbita norteamericana. Ese cambio que ya se veía venir, estaba restringido a Sudamérica, pero hoy Brasil asume su autonomía respecto a los EE.UU. también en Centroamérica, lo que es muy novedoso.
Sergio Molina. Fundación Chile 21
Legado presidencial
En la sección Posteos aparece una contribución muy interesante de un asesor de la presidenta Michelle Bachelet respecto a la importancia de la segunda línea en el libro de la historia de un presidente, destacando que la segunda línea de la actual presidenta de nuestro país será "Michelle Bachelet… que sentó las bases de un Estado de protección social".
Al mismo tiempo, en otro artículo pasado de Qué Pasa, se refiere a los cambios en Cuba desde el Estado paternalista de Fidel Castro al realismo económico de su hermano Raúl. Una de las razones es que el sistema estatal de subsidios y gratuidades sociales se ha convertido en una carga insostenible y, otra -que a mi parecer es más importante- es que esta política social ha provocado que la gente sienta que no tiene necesidad de trabajar, según palabras del propio actual presidente de Cuba.
Por lo anterior, me parecen muy loables las políticas sociales implementadas por la presidenta, que además están en el género femenino que quiere proteger. Pero no me gustaría que el próximo presidente continuara, como eje central de su gobierno, con la protección social, aunque esto reditúe aceptación popular.
Como ciudadana chilena perteneciente a la esforzada clase media, pienso que el acceso a una buena educación es una de las mejores formas de nivelar hacia arriba nuestra sociedad, por esto me gustaría que la segunda línea de nuestro próximo presidente sea "XXXXX... que sentó las bases de una educación de calidad y un Estado moderno y eficiente".
María Teresa Sémbler M.