El debut de las normas de emisiones para los vehículos nuevos marcó la primera revolución medioambiental de la industria automotora nacional. Corría 1992, y la aparición de los convertidores catalíticos aseguraba una importante disminución de los gases contaminantes. Así, el sello verde marcó un antes y un después en el país.
Casi dos décadas después, en mayo, Chile comenzó a vivir otro momento estelar con la puesta a la venta del primer auto 100% eléctrico: el Mitsubishi i-MiEV. ¿Sus ventajas? Muchas: cero gases contaminantes, cero consumo de gasolina, cero contaminación acústica. No será el único. Para 2012 llegarán otros modelos similares.
Pero en esta nueva revolución hay más. Este año, se vivió un nuevo avance gracias a la adopción de las normas Euro 4, para los vehículos bencineros, y Euro 5, para los diésel, las cuales rebajan sustancialmente la emisión de gases contaminantes y material particulado. A ello se suma la ampliación de la oferta de otras tecnologías ecológicas, como los vehículos híbridos.
La percepción en el sector es que, a pesar de la disponibilidad de nuevas tecnologías "verdes", en las autoridades no existe interés real por masificar su uso. Claro está, el costo de ellas es considerablemente mayor.
Un intento fue la ley 20.259, la cual estableció la bonificación del permiso de circulación por cuatro años a los autos híbridos cuyo valor llegara a 730 UF, y el subsidio por dos años a los que no superaran 1.220 UF.
Pero fue una norma con fecha de caducidad y nombre: el único modelo beneficiado fue el Honda Civic Híbrido, el cual estuvo tres años sin otro competidor en el mercado chileno. En 2006, se vendieron 56 vehículos, y 66 al año siguiente. Gracias a la ley, en 2008 el número se disparó a 217.
Recién en octubre del 2009 comenzó la venta del Toyota Prius, el híbrido más comercializado en el mundo. Pero a pesar de ello, no ha tenido gran recepción en el país, en parte por su alto precio y por el temor a lo desconocido. En total, sus ventas no llegaron ese año a 10 unidades.
Sin embargo, desde el año pasado se está produciendo un pequeño auge en materia híbrida. El ingreso de los Lexus LS 600h, RX 450h y CT 200h; y del BMW Active Hybrid 7 ha disparado las ventas. Así, desde su arribo en 2006, son 582 los autos vendidos. Un 0,05% del total de vehículos nuevos, entre 2006 y 2010.
La comparación es pobre si se piensa que en Estados Unidos, la venta de vehículos híbridos representó casi el 3% de las ventas totales en 2010, con 274.421 unidades.
Pero las expectativas de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC) son grandes. La apuesta está en la masificación de los híbridos. Y proyectan llegar a las 270 unidades vendidas este año, 81% más que el 2010.
Gran parte del aumento se deberá a la introducción de productos como los Civic Hybrid; Peugeot 3008 Hybrid4, BYD F3 DM, y Lexus GS 450h. En estudio está la llegada de las versiones híbridas de los Porsche Cayenne y Panamera, así como del Volkswagen Touareg. Para 2012, se espera que Honda y Toyota amplíen su gama ecológica.
No menos de 20 serán los modelos híbridos que estarán a la venta a fines del próximo año. Por ello, el sector está consciente de la necesidad de contar con incentivos tributarios para estos vehículos. Pero aun así son optimistas. "Hemos suplido los incentivos económicos con precios competitivos, y los resultados han sido espectaculares", señala Paul Cheetham, gerente de Lexus.
Para marcas como Peugeot, los incentivos gubernamentales son importantes para seducir al público que no está dispuesto a pagar entre $ 2 y $ 5 millones más por un auto de bajas emisiones. En general, existe consenso en que el IVA es una herramienta para fomentar estas tecnologías, pero no la única. Apuestan por la liberación de la restricción vehicular, el uso de carriles exclusivos para los buses, estacionamientos liberados en ciertas zonas, e incorporarlas como gasto en los libros de las empresas.
Arremetida verde
Pioneros en la región
Chile no sólo es líder en la introducción de autos híbridos en la región, sino también en tecnología eléctrica, luego del lanzamiento del Mitsubishi i-MiEV. El problema está en su precio: US$ 60 mil, unos $ 28 millones, lo que hace difícil su masificación.
En este breve período se han vendido cinco unidades, y la marca espera "concretar nuevos negocios en el corto plazo con empresas y personas que tengan conciencia ecológica", señala Cecilia Unanue, gerente de marketing de Mitsubishi Motors Chile.
La movilidad eléctrica es un hecho en el mundo y Chile no quiere quedarse atrás. Por eso, Nissan Marubeni ya anunció la llegada del Leaf para fines de este año, y se estima que su precio estará en torno a los $ 20 millones.
Otros que tienen anunciados eléctricos son Peugeot y Citroën, con el iOn y el C-Zero, respectivamente, que podrían estar disponibles recién en 2012.
Y pese a los anuncios y a la inauguración de la primera electrolinera en la comuna de Vitacura, hay muchos que son cautelosos, pues sienten que para su masificación se necesita mucho más que buena voluntad.
"Para la llegada de los autos eléctricos se requiere de mayor preparación. Hay que estar preparados para entregar un servicio adecuado, hay que legislar sobre las normas de seguridad y sobre su forma de homologación, ver si habrá una red de distribución pública, y tener la infraestructura adecuada para recibirlos", señala Humberto Gómez, gerente de venta y marketing de General Motors Chile, marca que cuenta con el famoso Volt.
Pero la oferta de tecnologías verdes no termina ahí. Los microhíbridos y los motores de combustible de bajas emisiones son soluciones más masificables a corto plazo, gracias a su menor costo.
Así, uno de los modelos DRIVe de Volvo, equipado con un motor diésel y elementos eléctricos de asistencia, ofrece las mismas bajas emisiones de CO2 que un auto híbrido. Claro que a precios cercanos a sus versiones normales. BMW, por su parte, tiene la tecnología EfficientDynamics en la totalidad de su gama, la que incorpora elementos aerodinámicos y electrónicos que reducen el consumo de combustible y las emisiones.
Incentivos en pañales
Todas estas intenciones finalmente topan en lo mismo: el mayor costo de las tecnologías que impide su masificación. En promedio, un auto diésel ultralimpio puede subir $ 1 millón por sobre el mismo modelo bencinero; los híbridos aumentan unos $ 3 millones, y los eléctricos son todavía para un público reducido.
Esto ha llevado a los gobiernos de países desarrollados a contar con incentivos para la compra, ya sea al usuario o al fabricante. Así, en España, el valor del permiso de circulación se define según los gramos de CO2 que emite el vehículo. Mientras menos emite, menos paga. En Italia, la diferenciación se hace en el precio de la compra y depende de la tecnología empleada: al valor del automóvil se le restan 3.000 euros si es eléctrico, y entre 1.000 y 1.500 euros si es un auto a gas. En EE.UU., el incentivo a los autos eléctricos es de US$ 7.500, más un adicional por parte del estado donde se compre (US$ 5 mil en California).
"En Chile deberían existir incentivos, ojalá en una escala según las emisiones, para que se fomente el ingreso de distintas tecnologías", señala Humberto Gómez.
Los ministerios de Transporte y Medio Ambiente están estudiando formas de fomentar las tecnologías ecológicas, para lo cual existe una agenda de trabajo con la ANAC. Sin embargo, fuentes de la industria indican que todo está en pañales y que el énfasis de la autoridad ha vuelto al Transantiago. Así, los avances en materia medioambiental, se han debido más a la voluntad de las marcas que a las iniciativas del gobierno.