Lo bíblicamente lógico sería que este cuarteto de elegantes londinenses se llamasen Johan and the Whale. Pero no. Y entiendo que el cambio y alteración a Noah and the Whale (luego de ver y escuchar "L.I.F.E. G.O.E.S. O.N.", esta canción tan pegadiza, en lo más alto del ranking británico mientras escribo estas líneas, sonando a versión dandy y bien educada del "Walk on the Wild Side" de Lou Reed), es que son fans confesos del director de cine indie norteamericano Noah Baumbach y que admiran muy especialmente su film The Squid and the Whale. Y a mí, con eso, ya me alcanza para que me caigan simpáticos. Lo que no impide que caigan muy antipáticos a buena parte del periodismo especializado de su país (Uncut destroza su nuevo disco: "todo un nuevo nivel de falsedad"). Pero eso no es todo. Leo también que firman sus posts en su site con un "Sic Transit Gloria", pedido en préstamo al joven disfuncional y adicto a su colegio en Rushmore, de Wes Anderson (recordar que Baumbach es habitual colaborador en proyectos de Anderson). De acuerdo, me rindo: estos chicos con Charlie Fink y su particular forma de vocalizar al frente son consumados e incurables esnobs. Y sigue sonando "L.I.F.E. G.O.E.S. O.N." que sale del tercer álbum de la banda -el reciente Last Night on Earth- que supone un viraje a lo más urbano y cálido luego del neofolkismo del que hicieron gala en Peaceful, the World Lays Me Down (2008) y The First Days of Spring (2009). No los he oído. Procuraré hacerlo. Mientras tanto y hasta entonces, no dejo de mirar -cada vez que aparece este clip en VH1- en el que Noah and the Whale suena como el eslabón perdido entre Belle and Sebastian y Mumford & Sons y lucen y me recuerdan tanto, pero tanto, a aquellos tan frescos y brillantes, como alguna vez lo fue Lloyd Cole al frente de The Commotion, cantando aquello de "I believe in love / I'll believe in anything".