Lejos del análisis académico, el libro El espejo quebrado. Memorias del cine de Allende y la Unidad Popular es una invitación amplia para sumergirse en un período del cine chileno que luego del golpe del 73 ha quedado en el limbo. No es mucho el material fílmico que se conserva, y aún son pocas las investigaciones sobre el período. Alfredo Barría, director y curador del Festival de Cine Recobrado de Valparaíso, asume la tarea con total honestidad, sin ocultar al crítico de cine -durante 15 años escribió en El Mercurio de Valparaíso- ni al joven estudiante y simpatizante de la Izquierda Cristiana de esos años.
Como el propio Barría advierte, éste es un "viaje fantasmagórico", donde se cruzan capítulos dedicados a Chilefilms, al proyecto de La batalla de Chile de Patricio Guzmán, al documental militante y al cine de Raúl Ruiz, con una serie de flashbacks que remiten a distintos momentos del gobierno de Salvador Allende. Aquí, Barría asume la primera persona sin pudor, dejando que se cuele el retrato de un país polarizado, la autocrítica, y valiosas postales de la vida cotidiana de la época. Pese a todo lo que hemos leído sobre el golpe militar, su descripción de la noche de ese lunes 10 de septiembre resulta reveladora.
También tiene un valor documental al desmenuzar a los actores de una industria siempre precaria. Desde la experiencia fallida de Chilefilms, empresa estatal en ese entonces, hasta el real impacto del Manifiesto de los cineastas de la Unidad Popular. La vocación patrimonial que Barría ha desplegado en el festival de cine de Valparaíso emerge aquí al rescatar trabajos del argentino Enrique Urteaga (Operación Alfa, ficción a partir del asesinato del general Schneider) o los documentales que José Román realizó al alero de la CUT y la Universidad Técnica del Estado. Por eso El espejo quebrado es un libro que se agradece. Porque es un paso más en la batalla del cine chileno contra el olvido.
Precio: $ 9.100. Uqbar Editores.