Por Juan Pablo Garnham O., desde Londres Junio 30, 2011

De la vida de William Shakespeare se sabe poco. De hecho, hasta se ha especulado de que nunca existió o que era un nombre bajo el que varios escribían. En Stratford-upon-Avon, en la iglesia de la Santísima Trinidad, estaría enterrado su cuerpo. Sin embargo, nadie se ha atrevido a pasar a llevar la maldición que reza, en inglés antiguo, en su tumba: "Bendito el hombre que evite estas piedras y maldito el que mueva mis huesos".

Se especula mucho y se sabe poco de su vida personal, de su sexualidad y de sus creencias religiosas. Lo mismo sobre sus inspiraciones. Sin embargo, un reciente estudio de historiadores de Oxford encontró, por coincidencia, una historia real con una clara similitud a la de uno de sus personajes más relevantes.

Steven Gunn, quien encabeza la investigación, estaba inmerso en certificados de defunción del siglo XVI, como parte de un trabajo sobre muertes accidentales en la Inglaterra tudoriana. Entre casos extrañísimos, como el de un hombre que se mató intentando sacar la flecha de su ballesta, otro que se destrozó sus testículos jugando, y tres que fueron muertos por osos de circo, encontró un nombre que le llamó la atención: "Jane Shaxspere".

Se trataba de una niña de dos años y medio. Mientras recolectaba crisantemos amarillos, que crecían a las orillas de un pequeño canal, Jane cayó al agua y murió ahogada entre sus flores. Todo estaba detalladamente relatado en el documento en inglés antiguo, lo que habla de la importancia que se le dio al accidente. "Y por las flores mencionadas fueron la causa de muerte de la dicha Jane; y ellas no valían nada", escribió el forense del servicio de la reina Isabel.

"Su nombre y el lugar donde esto sucedió -a 32 kilómetros de Stratford-upon-Avon- me hicieron pensar en Shakespeare", explica Gunn, "y el ahogamiento y las flores me hicieron pensar en Ofelia".

Relatada en Hamlet por la madre del protagonista, la muerte de Ofelia es uno de los pasajes más alabados de esa obra. La enamorada de Hamlet cae desde un sauce a un río y se ahoga entre margaritas, orquídeas y ortigas. "Los aros de flores cayeron con ella al río lloroso", escribió Shakespeare.

"Fue una gran sorpresa encontrarse con la entrada de Jane Shaxspere en los reportes forenses" -dice Gunn- "puede haber sido una coincidencia, pero los vínculos con Ofelia son ciertamente prometedores". Los académicos creen que la niña era una prima del escritor. Su nombre no estaba escrito de la manera exacta en que tradicionalmente se escribe hoy Shakespeare, pero eso no es objeción, ya que su misma firma ha sido encontrada escrita de diversas formas.

La profesora Emma Smith, de la Facultad de Literatura de Oxford, explicó a The Guardian la importancia de este hallazgo: "Esto es un buen recordatorio de que, si bien las obras de Shakespeare son literarias, también están enraizadas en los chismes, en lo mundano, en los detalles domésticos del día a día... Es interesante pensar en Ofelia como una combinación de antecedentes clásicos y renacentistas con la tragedia local de una niña ahogada".

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