¿Qué es la literatura? Eso es lo que uno se pregunta al leer Wachit@ (poesía de prueba), de Piero Montebruno. La respuesta es, por supuesto, compleja, porque hace algunos años Montebruno escribió poemas y luego se volvió cronista (cubrió de modo detallado e in situ el atentado a las Torres Gemelas), y después publicó una traducción de las notas expurgadas por Pound de La tierra baldía de Eliot. Aquella traducción era, en cierto modo, un ramal que mostraba lo inquietante de su proyecto: un poema fantasma, la escritura de un cuerpo ausente que completaba -desde otro lado, quizás imposible o espectral- el texto del autor de Cuatro cuartetos, pero que también mostraba al traductor como un velo donde era posible distinguir las facciones horrorosas o entrañables de algo parecido a un rostro.
¿Qué es la literatura? Esto: aquel rostro impreciso y aterrador vuelve con Wachit@..., que es un libro que se escribe desde esas mismas dudas. Catálogo brutal de las esquirlas de una biografía (¿la de Montebruno?, ¿la de su generación literaria?), el volumen comienza con los viejos mails cruzados con Guillermo Hidalgo -el fallecido periodista que fue editor suyo en The Clinic-, y termina con una pequeña crónica donde se revela el nombre secreto de Miguel Serrano. Páginas o segundos antes vemos las fotos de Paz Errázuriz de una performance donde el autor se desfigura usando chunchules, plásticos y genitales masculinos conservados en formol. Entremedio, en el volumen caben textos que apuntan a reconstruir un recorrido por la historia reciente del país: los títulos de libros apilados del canon son usados como poemas visuales, viejos panfletos encontrados en la calle aparecen como la memoria de una escritura privada y trágica, las fotos de preservativos usados trazan el relato del ocaso de una pareja.
¿Qué es la literatura? Acá: esta colección de rastros bestiales y tristes -humanos, al fin y al cabo- que interpela al lector hasta cuestionar su mirada. Libro político, Wachit@... es una colección de gestos secretos que intentan atrapar una sombra, ridiculizar el lenguaje, parodiar la posibilidad de contar o relatar algo. En el centro está Montebruno, que se inmola en medio del paisaje de la historia de Chile, que le parece una broma o una tragedia: una de las imágenes más perturbadoras lo muestra remando, a la deriva en un bote en medio de un Parque Forestal inundado por un temporal. "El Forestal estaba sereno", se llama el apartado.
