La protagonista de esta historia es la voz de Marcela Bustos. Ella, profesora de Música, que trabaja hace 18 años en el Colegio San Joaquín -ubicado en Renca- de la Fundación Astoreca; ella, madre de tres hijos, casada y que alguna vez soñó con ser cantante; ella, que dirige tres coros en el colegio y que los ha hecho cantar en el Teatro Municipal y ganar concursos interescolares, se sienta y apenas habla, uno entiende que su voz cálida pareciera estar hecha para alguien que decidió enseñarles algo a los niños, a los jóvenes.
Ella, en su caso, decidió enseñarles que la música era necesaria para el alma.
"Salí del pedagógico y mi sueño siempre fue enseñar música en un lugar donde no existiera el acceso a ella. Donde yo llevaría la magia de la música. Y se cumplió mi sueño cuando llegué a este colegio", dice.
Pero también hay sueños que no se cumplieron. El sueño, por ejemplo, de desarrollarse como cantante. O el sueño de dedicarles más tiempo a sus hijos.
Y también está la preocupación por el futuro de sus alumnos, por las dificultades para que accedan a la universidad. De hecho, Marcela tuvo que repactar su deuda con la universidad y recién el próximo año terminará de pagarla. El mismo año en que su hijo mayor entrará a la universidad. "Es un círculo vicioso. Por eso es difícil motivar a tus alumnos, pues sabes que las carreras cuestan más de lo que ganan sus padres", dice. "Por eso siento que es muy bueno que se movilicen y que digan que todos debieran tener derecho a educarse y a seguir sus sueños".