Por Rodrigo Fresán Agosto 4, 2011

Si mal no recuerdo, ya recomendé The Suburbs de Arcade Fire a mediados del año pasado, cuando fue editado. Recuerden, aunque seguro que no lo olvidaron: uno de esos pocos CD que aguanta repetidas audiciones y que evocan aquellos tiempos del álbum conceptual. Y buenas noticias: un año más tarde -esta reedición del cuarto trabajo de los tex-canadienses- sigue sonando tan bien como entonces y emocionando con sus canciones, girando alrededor del tiempo perdido adolescente en los suburbios de una gran ciudad. Y varias cosas pasaron desde que lo escuché por primera vez. Por ejemplo: fui a verlos en directo al Palau Sant Jordi (y no aguanté hasta el final, porque se me hizo insoportable el aire cuasi mesiánico de Win Butler y las cabriolas à la Björk de su señora esposa, Régine Chassagne, así como la adoración religiosa de la joven concurrencia), The Suburbs ganó el Grammy y no dejé de oír en privado The Suburbs con una mezcla de admiración y respeto, en especial a la altura de la formidable y emocionante "Deep Blue". Y, de acuerdo, Arcade Fire no era Talking Heads y The Suburbs no era Fear of Music. Pero se acercaba bastante. Ahora, esta special edition (entre cada vez más reediciones innecesarias pero, parece, vitales para mantener el negocio asediado por piratería y descarga) es una buena ocasión para el reencuentro o el descubrimiento. Y los extras son más que estimables: un bonito libro de 80 páginas, un cortometraje -Scenes from The Suburbs- dirigido por Spike Jonze (y donde se narra una suerte de evocación proustiana/teen en unos Estados Unidos de los 80, pero perturbadoramente militarizados), un making of de video y un corto donde se cuenta cómo se "descubrió" a los actores no-actores en un colegio secundario, clave de acceso a contenidos exclusivos en el site de Arcade Fire y dos bonus que, lejos de ser sobrantes, se integran perfectamente al concepto con pareja calidad: "Culture War" y -nada es casual, ya desde el título- "Speaking in Tongues", donde la voz de Butler está muy bien acompañada por la voz de un tal, ¿les suena?, David Byrne.

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