Seamos sinceros: puede que nos hayamos topado con anterioridad a Amy Adams (37), pero no fue hasta que la vimos en El luchador, ahí, detrás de la barra de un bar de mala muerte, cuando nos detuvimos realmente en ella. Porque no era el típico cliché de la barwoman: era más bien una barwoman trash, que podía detener las peleas con sus propias manos y hasta romper una botella para amenazar a alguno de los borrachos de turno. Ése, claro, fue el momento en que Adams se quedó en la retina de varios pese a que antes, eso sí, tuvo variadas apariciones como en la segunda parte de Juegos Sexuales o hasta como monja moralista en La duda. Y ahora, que sale en Los Muppets, donde hace de la dulce Mary, y canta y baila al lado de la rana René y Miss Piggy, queda claro que corren buenos tiempos para Amy. A eso hay que sumarle que está confirmada como la próxima Lois Lane para el reboot de Superman que se viene (esperemos que mejor que el último intento) y que será una de las musas de la generación beatnik en la adaptación de On the road. Y la clave, tal vez, es que siga intensificando su imagen tipo El luchador (dato: antes de despegar en Hollywood, Adams fue mesera por mucho tiempo en Hooters, una cadena de restaurantes estadounidense). O sea, una belleza trash, en la que parte del encanto es saber que, en cualquier momento, Amy te puede dejar en el suelo.