Zooey Deschanel nos engaña. Se esconde tras esos ojos azules grandes, esos covers de canciones antiguas cantadas con voz ronca y ukelele y esos coquetos vestiditos vintage. Tras una serie inocentona como New Girl y un personaje poco creíble -una profesora de colegio torpe y con poco éxito con los hombres- hay algo más. Hay un prototipo de mujer del que la actriz, cantante y compositora no sólo es ícono, sino promotora.
La mujer que Zooey promueve con su personaje Jess es una tercera vía. No es la comehombres que encarna su amiga Cece, una modelo que vive para ser cool. Tampoco es la que se entrega totalmente a su trabajo, compitiendo en la selva masculina. En uno de los últimos capítulos de New Girl, Deschanel se encuentra cara a cara con este estereotipo: uno de sus compañeros de departamento empieza a salir con Julia, una abogada fría y exitosa. El contraste no lo disimulan: mientras una teje a croché, la otra no puede decir la palabra "novio". Una cocina cupcakes y la otra los rechaza diciendo que no le gustan los postres.
Zooey no sólo promueve este estilo en la serie. También lo hace en Twitter, en Instagram, en Tumblr e incluso creó una página web para mujeres (hellogiggles.com), en la que ella y sus amigas hablan de pinturas de uñas, manualidades y de qué ver cuando no estén dando Downton Abbey. No es extraño, entonces, que sea la torpe Jess de New Girl con la que inevitablemente nos encariñemos. Y tampoco es extraño que Julia, la abogada, termine el capítulo tejiendo a croché.