Junto a su escritorio, y encima de un pequeño refrigerador enchapado en madera, Felipe Larraín guarda los archivadores que contienen todos los desgloses, estudios, cifras e información que ha utilizado para diseñar la reforma tributaria.Hoy el proyecto de ley está prácticamente terminado, y el ministro de Hacienda sólo espera afinar los últimos detalles para presentarlo al Congreso a más tardar a fines de abril.
Está contento, pese a que la tarea le ha significado trabajar cerca de 15 horas diarias durante los últimos meses. Asegura que la normativa le permitirá al país recaudar los fondos necesarios para financiar las mejoras a la educación comprometidas, pero sin hipotecar el crecimiento, pieza clave para alcanzar la gran meta de este gobierno: convertir a Chile en un país desarrollado el 2018.
No es una tarea simple, pero Larraín está optimista. "Durante estos dos años el país volvió a crecer sobre el promedio mundial y recuperó su poder de creación de empleos. Hemos dado transparencia a las cuentas fiscales y el 2011 colocamos el mejor bono en la historia de Chile y de toda Latinoamérica. Definitivamente hemos marcado una diferencia", dice mientras se prepara para partir a Estados Unidos la próxima semana. Ahí asistirá a las reuniones del Council of the Americas en Nueva York y, posteriormente, viajará a Washington a las reuniones del Fondo Monetario Internacional y a los encuentros de los ministros de Hacienda del G20.
Plantearemos una reducción significativa -bastante más de la mitad- para el impuesto de timbres y estampillas, que es un impuesto al crédito, porque cualquier persona que pide cualquiera de éstos paga un 0,6%
- ¿Cuáles son los grandes lineamientos que inspiran la reforma tributaria que va a presentar el gobierno?
- Esta reforma la comenzamos a pensar a fines del 2010, luego de que se aprobara el proyecto de ley de financiamiento de la reconstrucción. He estudiado el sistema tributario chileno y me parece que tiene muchos aspectos positivos: es un sistema edificado en forma eficiente y al lado tiene una excelente herramienta de administración tributaria, que es el Servicio de Impuestos Internos (SII). Además, incentiva el ahorro y la inversión. Pero creo que hay tres elementos que uno podría mejorar. Primero, hay una diferencia muy grande entre la tasa de impuestos a las personas y la tasa de las empresas -estoy hablando de la permanente fijada hoy en la ley-, que va entre un 40% y un 17% respectivamente. Eso se traduce en que hay un incentivo muy grande a la formación de sociedades. Está bien que se formen sociedades en la medida que éstas tengan como objetivo producir riquezas y no generar un mecanismo para abaratar la carga tributaria personal, por eso hay que reducir esta brecha. Para ello hemos decidido mantener el impuesto a las empresas en el 20% que fue establecido transitoriamente para la reconstrucción y, segundo, vamos a reducir la tasa de impuesto a las personas, no sólo al tramo más alto, sino que en todos los tramos.
- ¿De qué forma concreta se traducirá esta rebaja?
- Vamos a reducir la tasa máxima de 40% y también bajaremos la carga a lo largo de toda la escala, que parte en quienes ganan algo más de $500.000 por mes. O sea, vamos a aliviarles la carga a más de 1.500.000 personas que pagan impuesto a la renta y así vamos a llegar a sectores amplios de la clase media.
- ¿Qué se planteará en relación al impuesto de timbres y estampillas? Se ha hablado de reducirlo a un 0,3%.
- Vamos a plantear una reducción significativa -bastante más de la mitad- para el impuesto de timbres y estampillas que finalmente es un impuesto al crédito, porque cualquier persona que pide un crédito de consumo, hipotecario o en su tarjeta, cualquier crédito, paga un 0,6% por este concepto. Lo interesante aquí es que hay 3.200.000 contribuyentes del impuesto de timbres, de los cuales hay 2.830.000 personas naturales, del orden de 370.000 pymes y 8.900 empresas grandes, o sea la verdad es que más del 99% de quienes pagan este impuesto son personas naturales y pymes. Nosotros lo que queremos es reducirle la carga a la gente que vive de un sueldo y hoy en día toda persona que gana un poco sobre $500 mil por mes ya paga este impuesto y con esta reforma se verán favorecidos.
- Desde la Concertación han esbozado una cifra de entre US$ 4.500 millones hasta llegar a US$ 9.000 millones en el largo plazo. ¿No cree que la propuesta del gobierno -que espera recaudar entre US$ 700 millones y US$ 900 millones- es más bien una "reformita" y no la "gran" reforma tributaria que pide gran parte del país?
- La gran reforma no se mide por la cantidad recaudada, se mide por lo que hacemos. En este tema hay que tener cuidado: la reforma tributaria tiene que contribuir perfeccionando el sistema actual; acortando la brecha entre las empresas y las personas; reduciendo significativamente impuestos como el de timbres, y reduciendo o eliminando mecanismos que se utilizan para la elusión. Todas recomendaciones de la OCDE.
Larraín propone
- ¿Y por qué no aprovechan el consenso político casi transversal que existe sobre la necesidad de hacer esta reforma para hacer algo más amplio?
- Nuestro objetivo es obtener una recaudación que permita aumentar la cobertura preescolar; mejorar la subvención; aumentar las becas para la educación superior y mejorar las bases de acceso al crédito. Para todo eso necesitamos entre US$ 700 millones y US$ 900 millones. Cuando a nosotros nos hablan de US$ 4.500 millones o de US$ 9.000 millones, yo diría dos cosas: primero, que es curioso que haya que hacerlo justo ahora y que todo les parezca poco, cuando durante los 19 años que estuvo la Concertación en el gobierno -digo 19 porque se hizo una reforma tributaria en 1990 y nunca más- no se tocaron los impuestos en una reforma, sólo hubo temas específicos. Y, segundo, nosotros queremos hacer una reforma tributaria y mantener la posibilidad de crecer de esta economía, y por eso vamos a hacer una reforma tributaria con una recaudación moderada.
- Pero finalmente lo importante es hacer un reforma que de certeza a los inversionistas, porque estos están dispuestos a pagar más impuestos a cambio de mejores servicios y capital humano, pero no a que les suban los impuestos cada tres años.
- Exactamente y nosotros creemos que ésta es la reforma que el país necesita y el resto lo vamos a financiar, como lo hemos hecho hasta ahora, con el mayor crecimiento económico. Hace poco revelamos las cifras de recaudación tributaria y tuvimos un aumento muy significativo de la recaudación tributaria porque, por un lado, estamos administrando muy bien el sistema de recaudación y, por otro lado, estamos creciendo.
- La reforma tributaria no era parte del programa de gobierno de Piñera y usted dijo en varias oportunidades que una política pública de este tipo era innecesaria porque el programa se financiaría con mayor crecimiento. ¿Qué cambió?
- Es verdad que una reforma tributaria no estaba explícitamente expuesta en el programa de gobierno. Pero esta reforma representa un aumento moderado de recaudación, algunos dirán que es demasiado poco, pero se hace para tener un compromiso todavía mayor con la educación. Ahora, lo que yo dije siempre era que el presupuesto 2012 estaba enteramente financiado con el crecimiento y de hecho lo está.
Tributación "verde"
- Otra de las recomendaciones hechas por la OCDE es la incorporación de impuestos verdes. ¿Incluye ese punto la propuesta?
- Sí, hay una mirada sobre ese punto, aunque aún nos falta definir algunos aspectos. Pero tenemos que apuntar a un esquema tributario que sea amigable con el medioambiente.
Más que gravar a las empresas, nuestra intención es gravar la actividad que genera contaminación, como el manejo de residuos. Cuando ocasionas un daño, lo que dice la sana doctrina es que debes compensarlo y en este caso el daño al medioambiente debe ser pagado para que la gente tenga menos incentivos para generar ese daño
- ¿Concretamente se está pensando en aumentar los impuestos a aquellas empresas que contaminen?
- Más que gravar a las empresas, nuestra intención es gravar la actividad que genera contaminación, como el manejo de residuos. Cuando ocasionas un daño, lo que dice la sana doctrina es que debes compensarlo y en este caso el daño al medioambiente debe ser pagado para que la gente tenga menos incentivos para generar ese daño. Los impuestos tienen un doble rol: a veces no son para recaudar, sino que para disuadir ciertas conductas. Por eso estamos considerando incentivos para el reciclaje, porque hay varios productos que si al darse de baja no se reciclan generan un daño medioambiental, por ejemplo los neumáticos y los computadores.
- ¿Y esa definición incluye el no eliminar el impuesto específico a los combustibles, cuestión que han solicitado con fuerza desde la propia Alianza?
- Nosotros hemos tenido un pronunciamiento bastante claro sobre este impuesto. Los estudios dicen que un 60% de este impuesto lo paga el 20% de la población con mayores ingresos, y el 80% lo pagan los dos quintiles más altos del país, por lo tanto, es un impuesto progresivo. Asimismo, hay un estudio reciente del BID que indica cuál es el monto óptimo que tendríamos que cobrar por el impuesto específico al combustible para compensar sus externalidades, como contaminación, congestión, gastos asociados a la salud, rotura de pavimentos, etc. Tomando todo eso en cuenta el impuesto debiera ser aun más alto. No es que lo queramos subir, pero es un buen antecedente. Por último, debemos reconocer que éste es un impuesto que recauda US$ 2.000 millones.
El factor Longueira
- ¿De parte de quién ha sentido mayor resistencia: de la Concertación o de Libertad y Desarrollo?
- Es difícil decirlo, pero siento que las críticas más ácidas vienen de ciertos sectores de la Concertación.
- Juan Andrés Fontaine y Hernán Büchi han sido especialmente duros con esta iniciativa...
- Es verdad, pero creo que en estas materias uno hace pronósticos en base a las políticas y nosotros hemos ido ganando credibilidad porque hemos cumplido todo lo que prometimos. Yo apelo a los resultados y que nos juzguen por lo que hemos hecho. Hoy debo decirles a los que creen que esta reforma va a frenar el crecimiento y la generación de empleos que están equivocados.
- Usted está bien optimista, pero la Alianza es minoría en ambas cámaras y por lo tanto el Ejecutivo sabe cómo entran los proyectos de ley, pero no tienen control alguno sobre como salen. ¿Hay alguna estrategia para evitar que el proyecto sea transformado completamente?
- Es cierto, pero hasta el momento hemos pasado una cantidad enorme de proyectos con minoría en las dos cámaras. Ahora, si usted pregunta por un plan de contingencia es bien simple: si no se aprueba el proyecto, va a tener que permanecer el régimen tributario tal cual lo conocemos hoy.
Larraín propone
- En toda la etapa previa a la presentación de la reforma tributaria el ministro Longueira ha adoptado un rol preponderante en el alineamiento de los parlamentarios oficialistas. ¿No se siente desplazado?
- El ministro Longueira tiene un liderazgo muy importante dentro de la UDI y en este tema él tiene un rol muy específico. Él no está a cargo del diseño de la reforma tributaria porque las decisiones en torno a esta materia se toman entre el Presidente de la República y el ministro de Hacienda. El ministro Longueira tiene un rol que comparte con la ministra Matthei y el ministro Chadwick, pues son los tres ministros de la UDI con una vida partidaria intensa, entonces son los indicados para ayudar al gobierno a conseguir los apoyos en ese partido.
- Pero el ministro Longueira se ha tomado "a pecho" la reforma tributaria y se ha referido a ella públicamente varias veces, incluso antes que usted. ¿No cree que esta situación puede confundir a la gente sobre quién es el responsable de este tema?
- La gente es capaz de distinguir cuando los temas son de un ministerio y cuando son de otro. En lo personal, yo soy muy cuidadoso de no inmiscuirme en los temas relativos a otras carteras.
Sobre Pablo Longueira: "Es bueno que él coopere apelando al apoyo de la UDI en esta reforma, pero las opiniones que los ministros dan en materias que no corresponden a sus carteras son juicios estrictamente personales
- ¿Y cree que el ministro Longueira no ha sido tan cuidadoso en esta materia?
- Es bueno que él coopere apelando al apoyo de la UDI en esta reforma, pero las opiniones que los ministros dan en materias que no corresponden a sus carteras son juicios estrictamente personales.
La faceta política
- A este gobierno le ha ido bien en materia económica. ¿Por qué eso no le reditúa en las encuestas? ¿A los chilenos les dejó de importar la economía?
- A los chilenos sí les importa el estado de la economía, pero aquí hay muchos factores, algunos económicos y otros políticos, y al final la evaluación del gobierno es una mezcla de todos esos elementos. Pero a medida que pase el tiempo y sigamos haciendo nuestro trabajo, estoy seguro de que al final los buenos resultados económicos van a incidir en que el apoyo al gobierno suba.
- Los buenos resultados tampoco han incidido mucho en su perfilamiento dentro del gabinete. ¿Qué piensa de eso?
- "Por sus frutos los conoceréis". Me remito a esa frase y, por lo demás, no ando buscando cámara. Obviamente que hay que comunicar, pero no tengo mayores ambiciones políticas ni de ser candidato a algo.
- ¿Cree que el hecho de no ser político y de no tener ambiciones en esa línea le ha jugado en contra en términos de popularidad?
- Cada uno tiene un rol y debe cumplirlo lo mejor posible. Mi tarea no es andar haciendo declaraciones efectistas ni buscar las luces. Yo quiero hacer mi pega bien y no para alcanzar algún objetivo político, por legítimo que eso sea. Yo aspiro a ser un buen ministro de Hacienda. Además, estoy relativamente bien evaluado en las mediciones.
- ¿No cree que el gabinete, que comenzó siendo muy técnico en un momento, se politizó y los ministros más técnicos quedaron desplazados?
- No comparto ese diagnóstico. Creo que aquí hay un equipo donde cada uno tiene sus habilidades. Yo soy técnico, pero también tengo un cargo político y además participo en el comité político del gobierno. A mí se me acerca gente en la calle y me dice que siga adelante y por eso digo que la gente entiende y distingue el trabajo serio, bien hecho y sin estridencias.
- ¿Qué le parece que haya tantos "candidatos" en este gabinete?
- Es bueno que haya opciones de candidatos presidenciales entre los ministros. Hay algunos que tendrán legítimas aspiraciones y los que las tengan en algún momento, eso sí, tendrán que salir del gabinete.