En la triunfal estela de “Loba”, Loca” y “Rabiosa” -piezas maestras de un género intercolombiano que ya podría definirse como “pachanga ninfómana”-llega ahora “Addicted to You”, nuevo single del ya exprimido Sale el sol. Y me pregunto cómo una chica que alguna vez fue capaz de iluminar perfectas joyas-pop como “Ciega, sordomuda” se ha convertido en lo que es hoy. Las cosas comenzaron a torcerse, pienso, con el éxito planetario de “Suerte/Whenever, Wherever” a fuerza de cadera ondulante. Aquí y ahora -ver y sufrir el clip de “Addicted to You”, dirigido por un tal Anthony Mandler y grabado en un día, se nota, en Los Ángeles-, Shakira es una acumulación/avalancha de lugares comunes del más impotente latin-power fusionados con el erotismo para adolescentes de Zalman King y Rihanna. En resumen: una adicta a lo peor de sí misma. A saber: ropa de narcoesposa, cama destendida, bañera vaporosa, velas encendidas, altar de iglesia donde alcanzar el éxtasis orgásmico, grasa de vocoder y vulgar letra en spanglish y, también, en ese extraño e incomprensible dialecto que es el shakirés. Y por si no quedó claro: la canción es horrible. Y la historia continúa y leo en alguna parte que Shakira, en árabe, significa “agradecida”.
De nada.
Y nos vemos y nos oímos en “Psicópata”, en “Medicada”, en “Recluida” y, tal vez, ojalá, en “Desintoxicada” y “Curada” y, por supuesto, “Reincidente”.
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